|
Nos fue dada
la nostalgia del Edén
– Edén que sospechamos que no existe.
Nos fue dada la idea
de haber sido expulsados del Edén.
Nos fue dada
la incomprensión de la culpa primera
y el hacernos los tontos
sobre las tantas culpas que la siguieron.
Nos fue dada,
también,
la dolida y sincera perplejidad
ante los golpes
que de veras creemos injustos.
Terca, nos fue dada
la nostalgia del Edén
pero no se nos dio
mapa inapelable
para el regreso.
Nos fueron dadas las ganas
de volver al Edén.
Nos fue dada la intuición
del deber de tratar
de ser un poco menos
indignos del Edén.
Nos fue dado
soñar a veces posible
la construcción de un Edén.
Nos fue dado
creer que caminamos de regreso al Edén.
Nos fue dado el Edén
de la mejor manera
que era posible dárnoslo. |
|