Ella |
Estaba de lo terrible paradita en la frontera: yo te lo juro por mi alma, nunca vi cosa tan bella (es cuestión sin importancia que otros ni la percibieran). Por caridad del buen Dios no me faltaron las fuerzas para acercarme y hablarle, colorado de vergüenza. Tratando de ser galante se me anudaba la lengua. En cambio, qué bien que hablaba, silenciosa, su belleza. Supongo que por piedad para con mi gran torpeza no me despidió esa vez prohibiéndome la vuelta. Ya luego pude pararme sin miedo ante su presencia. O mejor, con menos miedo, que todavía me aterra, porque podría destruirme nomás con que lo quisiera. Ella está de lo terrible paradita en la frontera. |
Canciones y romances
Juan de Marsilio
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