amores tristes |
Uno la quiso y recuerda con amor el sentimiento pero ni loco pidiera vivir de nuevo aquel tiempo. Uno la quiso y sufría, uno la quiso sufriendo (y ella también sufriría: no habré yo sido tan bueno). Bogan muchas veces juntos el amor y el sufrimiento pero esas navegaciones rara vez dan en buen puerto. En el mejor de los casos uno se vuelve más bueno. En el caso más amargo el amor se hace veneno. En los más, traga el olvido todo en un largo bostezo. Allá, muy de tarde en tarde, la marea del recuerdo trae de nuevo a la costa de aquel naufragio los restos. Uno los mira con pena, anudada de silencio la garganta y con los ojos heridos, por más que secos. Vieja cicatriz dormida despierta por un momento. Yo la quise. Yo sufría. Ahora no sufro ni quiero. Hubo una vez que, borracho, casi creí estar dispuesto a soportar otra vez con tal de querer de nuevo. Me olvidé si me animaba en cuantito estuve fresco. |
Canciones y romances
Juan de Marsilio
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