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Cantaría esta noche las viejas canciones de una guerra
ya del siglo y milenio pasados
y hasta incluso cantara las canciones
de la parte enemiga y vencedora
- tanta mi orfandad.
Cantaría las pírricas hazañas de la República
si no fuese a esta altura de las cosas
un gesto patético,
dinosáurico,
ridículo.
Como decían los indios de las películas
- asumiendo su rol de vencidos indefectibles -
hoy es un buen milenio para morir.
Pero
- tras haber sobrevivido tantas veces a la batalla del Ebro -
tengo el deber histórico
de que no me deprima demasiado
ver cuatro cifras nuevas a la cabeza
del maldito almanaque. |
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