Destino luminoso solo al alcance del más sabio:
el Pacificador, el ilustrado, el prestidigitador
de ecuaciones, el fantástico hacedor de versos
el que observa planetas y asteroides, el que bucea
más allá del corazón y la sangre, el que se amarra
con cadenas para defender nuestra morada azul
el que pinta el verde mañana en la mirada de un niño
el que siembra luces e ideales en el aula
el que enseña a volar libre como el viento
el que ríe, canta, abraza, construye y ama.
Pero alzo mi voz para decir airada
No merece ese honor el que guerrea
El que derrama la sangre de inocentes
En nombre quien sabe de qué causa!
Han vaciado el cáliz de simientes
Sobre la yerma tierra de la nada. |