Hace tiempo |
Hace un siglo ya de nuestro encuentro era otro tu rostro y tu figura eran otras las voces con tu acento y tu silencio lleno de ternura Guardo en mi memoria de cien años tu ronco susurro enamorado y la urgencia de tus manos ávidas y la curva quemante de tu labio. Ese rostro que me mira no es tu rostro. Ni tampoco es tu voz la que me llama. Se parecen es cierto se parecen, como al mirar a trasluz dos gotas de agua. No. No me engaño estoy despierta esperando tu llamada pero ha cambiado tu rostro y tu figura las estrellas no encienden tu mirada no veo aquel temblor entre tus manos. Un siglo es mucho tiempo. Y no es nada. |
Soledad
López
Enero 27/ 1983
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