- Déjame explicarte, Rigoberto. Tal vez tú no lo entiendas, porque en tu mundo anuro las cosas son, no solo diferentes, sino sencillas.-
- En eso, le llevamos muchísima ventaja a los humanos, ya que nuestros anhelos están limitados a cazar insectos, croar y más que nada, aparearnos. -
- Te decía que no entiendo la actitud de una gran parte de la población de los Estados Unidos, que se niega a contribuir con impuestos, para que puedan acceder a los planos de salud más de seis millones de personas, que no pueden pagarlos.
- Oye, soy un sapo, pero no soy insensible. Te escucho con mucho interés.-
- Te decía que el presidente Obama ha propuesto, para que las familias que no pueden pagar un plano de salud, (porque allí todo es privado), se beneficien de una ley que se promulgaría, amparando en ese sentido a más de seis millones de ciudadanos. –
- Claro, pero como se ha difundido, existe un grupo opositor, no solo de corte político sino racial, que se opone terminantemente a que ese proyecto sea aprobado en el Senado. –
- Bien, cuando le tocan el bolsillo a la gente, la reacción no se hace esperar, por supuesto, negativa. –
- ¿Sabes una cosa, amigo sapo? Creo que esta vez, sí, el presidente de la nación más poderosa, está sintiendo en carne propia, los resultados de una política absolutamente individualista, que fue lo que pusieron en práctica con más o menos diferencia, los sucesivos presidentes de esa nación. –
- Y eso involucra el fomento de las campañas bélicas, el triunfalismo, la censura interna y el método rabioso de la competitividad. –
- Eres muy sabio, Rigoberto, y por eso procuro tu compañía en momentos de duda o angustia. -
- Me atrevería a decirte más: a todo lo anterior citado, podríamos
agregar el hecho que los racistas de siempre, orientados por grupos nazis y del mismísimo Klus Klus Klan, los rubios de ojos azules, hasta ahora no pueden aceptar que un negro sea el presidente.-
- Te aseguro que no se lo pondrán fácil a Barack Obama. La llamada Casa Blanca, pretende seguir siendo wite, pese al deseo de los millones que lo llevaron a ocupar el sillón presidencial, con gran expectativa y mucha esperanza de cambio. -
Rigoberto, el sapo, quedó inmóvil por algunos instantes, inflando y desinflando su pecho, como si estuviera dormitando.
- ¿Acaso duermes?- le pregunté sorprendida.
- No, estaba pensando que detrás de un presidente, se mueven figuras difusas que tejen y destejen la maraña del poder. La máquina montada por el anterior gobernante, al parecer, sigue
funcionando en algunos aspectos, tornando más difícil aún la tarea de concretar proyectos en todos los ámbitos, incluyendo las relaciones con otros países, la regulación de leyes para inmigrantes y la carrera armamentista.-
- Tu planteamiento es convincente, amigo mío. También a mi me preocupa, y mucho, ese panorama. Porque el aspecto político, involucra siempre al ser humano, para bien o para mal. Pero, como soy una mujer optimista, aunque con sentido común, te diré que apuesto con entusiasmo al futuro. –
- Y yo también - respondió el sapo, mientras se escurría por las paredes resquebrajadas del estanque, perdiéndose en la nochecita, sin siquiera decirme adiós.
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