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La noche va cayendo |
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Un frenesí de luces desmenuza las sombras que la humedad difusa convierte en terciopelo. La calle es sólo mía. La ciudad se me rinde. A un costado las moles rezuman un olor de humanidad caliente. Me gusta caminar en los días de lluvia. Parece que camino sobre un cielo de charcos porque entonces el cielo se mudó hacia el asfalto. |
Juan Carlos Legido
Montevideo al sur
Ed. Aquí Poesía, 1964
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