Hoy me puse a escribir
y qué más puedo decir,
hace tiempo que yo no digo
que de los pretéritos tiempos
me ha quedado sólo un amigo.
Qué más puedo decir
si estoy cansado
de buscar algo
que no consigo.
Qué más puedo decir
si sólo por su recuerdo
viviendo sigo.
Qué decir
si su presencia
me hacía sentir importante
si para mí su sonrisa
era ya bastante.
Hoy
que ya no la tengo
a su ciudad no sé si voy
o no.
No sé tampoco
si alguien la espera en la Ciudad Luz.
Yo
desde el Salto Oriental
la extraño.
No sé si alguien la espera
en la Ciudad Luz.
Yo la espero con el Fuego despierto.
Sabiendo que
el Fuego
–compuesto por tetraedros-
La Tierra
-formada por cubos-
El Agua
-por octaedros-
Y el Aire
-por icosaedros-
(diría Platón)
en mis párpados están depositados
y en una lágrima colgados.
Sin ella.
Y con ella.
¡Oh, de Dante fuera semejante estrella! |