Soledad

poema de Leoncio Lasso de la Vega
de "El morral de un bohemio"

  ¡Qué sublime y perfecta armonía

la de un alma sola, pensante, callada,

que abandona de otras la infiel compañía

porque se ha sentido mal acompañada! .
  ¡Con qué Verbo inefable dialogan

Universo y Alma, periferia y centro!
Cuán unidos los dos desahogan

charlas silenciosas de afuera hacia dentro!

  Cada espíritu es foco de un orbe,

núcleo que ilumina la célula inmensa

del Todo invisible; lo apropia, lo absorbe,

y a él asimilándose, ama, siente y piensa.
  Por eso las almas pensantes, calladas,

son de lo Infinito sereno reflejo;

por eso en sus sueños nunca están aisladas,

pues hay en su fondo noches estrelladas

en que se contemplan como en un espejo.
  ¡Santas almas calladas que pesan

sobre el propio seno con fuerza infinita!
¡que son más supremas porque nada expresan

de cuanto en su arcano se mueve y palpita!

  Las que cantan imitan al ave

que a turbar la selva con su voz se atreve;

pero un alma fuerte, calla, porque sabe
que es pérfido el mundo, y es para ella grave

que le falsifiquen su cántico breve.
  Todo trino entonado transforma

su arpegio sonoro; y esto en tal manera

que, guardando el fondo, se esfuma la forma

afán de gloria que en el alma hubiera.
  Y aunque fuese inspirado y sublime

¿qué importa? ¡si nadie comprende su idea!

¿qué importa que el canto generoso sea?
¡si ese verbo, que es luz, no redime,

ni inspira, ni vence, ni halaga, ni crea,.. !

  ¡Qué admirable, perfecta armonía

la de un alma sola... pensante... callada..,

que abandona de otras la infiel compañía

porque se ha sentido mal acompañada... !

Ir a índice de poesía

Ir a índice de Leoncio Lasso de la Vega

Ir a página inicio

Ir a índice de autores