Si desea apoyar la labor cultutal de Letras- Uruguay, también puede hacerlo por PayPal, gracias!! |
La gloria de la vida
poema de Alberto Lasplaces
|
El pecado es el goce supremo de la vida. vuelca sangre que hierve y palpita en las venas; y en los pechos ansiosos que de alegría inunda, del amor la semilla prodigiosa v fecunda como en surcos divinos arroja a manos llenas.
El pecado es el semen de la vida triunfante. pecan secreta y honda y misteriosamente; y unos brazos que aguardan futuras atracciones sumidos en el éxtasis tic las excitaciones, son culpables e impuros esplendorosamente!
El pecado es la vida, y el espasmo y el goce. Desdichado mil veces aquel que no conoce las voluptuosidades divinas del pecado; y aquel que no ha probado de la fruta prohibida no sabe del misterio, ni sabe de la vida que pasa ante sus ojos como un edén cerrado.
Natura es una pródiga madre amorosa y tierna: con afiebrada y dulce solicitud materna rasga su seno en donde pecador y abundoso germina el rubio grano con placeres sensuales, mientras en el ovario fecunda con sexuales movimientos, el polen impuro y lujurioso.
El pecado es milagro y os connubio divino: por las venas galopa como embriagante vino, y es prodigio y deseo y es entusiasmo y siembra,
y es
polen y es ovario y es estigma en las flores. el soberano abrazo del macho y de la Hembra!
Peca, pues, rubia niña que a la vida despiertas; ya que ansiosa interrogas del edén á las puertas del manzano prohibido muerde la blanda fruta; desdeña el Paraíso de infecunda grandeza, y sabe del pecado que es goce y es tristeza y que es amor y olvido y almíbar y cicuta!
Eva, la vieja madre ;por siempre sea bendita! su pecado sin nombre nos legó la infinita ciencia maravillosa de los bienes y males; bendita la serpiente que le ofrendó el hechizo y el ángel centinela del pobre paraíso repleto de venturas y goces celestiales!
Peca, pues, rubia niña que ignoras el pecado; tu cuerpo blanco y fresco que nunca sea vedado al abrazo divino que es la ciencia escondida, y concibe gloriosa si es que vivir deseas, desdeñando a las torpes vírgenes galileas místicas insexuales que aborrecen la Vida!
Florece en tus mejillas un prodigio de rosas; tus pupilas relumbran grandes y esplendorosas, en tus labios quemantes hay un vago aleteo; y en tu pecho redobla con impulsión gitana tu corazón, lo mismo que una roja campana que volteara cu las misas triunfales del Deseo!
El fuego sacrosanto del amor te consume; como un ánfora brindas tu belleza y perfume ante el ara dispuesta para los sacrificios; ven, y entrega al abrazo, redentor y triunfante tu cuerpo blanco y puro, delicado y fragante que locamente anhela los ardientes suplicios.
Ardes como una llama. Te excitan ardorosas las caricias quemantes de mis manos ansiosas;
ven a oficiar el culto misterioso y vedado. como una blanca hostia, excelsa y sacrosanta ante el altar del Todopoderoso Pecado! |
poema de Alberto Lasplaces
Revista Bohemia año I Nº VII
Montevideo, diciembre de 1908
Ir a índice de poesía |
Ir a índice de Alberto Lasplaces |
Ir a página inicio |
Ir a índice de autores |