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El
traumatismo por presión, una aflicción común del oído Dr. Félix E. F. Larocca |
¿Quién
no ha sufrido alguna vez de molestia en el oído? Este órgano es tan
complejo y sensible que difícilmente podríamos encontrar a alguien que
responda negativamente a esta pregunta. Esta lección se ofrece a nuestros lectores, cuya presencia en nuestras playas, a menudo se dificulta por trastornos de la oreja que pueden ser prevenidos. Los especialistas señalan que las molestias que afectan a nuestro aparato auditivo son diversas, y coinciden en señalar aquí, como una de las más comunes el barotraumatismo. Originada por los cambios de presión, bien en el aire o en el agua, esta condición altera fundamentalmente el oído medio --- en casos excepcionales, al oído interno --- manifestándose usualmente en su forma más leve: un ligero taponamiento de los oídos que padecen frecuentemente quienes, entre otros casos, sufren una infección de las vías respiratorias, practican el submarinismo, viajan en avión, en automóviles u otros vehículos por zonas elevadas. |
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Si bien en la mayoría de los casos el
barotraumatismo desaparece espontáneamente (en cuestión de unas horas o
de un día), es posible que se prolongue durante más de varios días, con
el peligro de que el entaponamiento de la trompa y la presión
desequilibrada lleguen a provocar un derrame seroso en el oído medio,
cuyo tratamiento requiere atención especializada. Infección de las vías
respiratorias superiores... La trompa de Eustaquio es un conducto que
comunica el oído medio con la rinofaringe, de forma que permite una
ventilación del mismo y que se mantenga una presión interior similar a
la atmosférica. Cuando una persona se resfría o padece una infección en
las vías respiratorias altas (rinitis, faringitis, sinusitis...), la
trompa puede quedar afectada hasta el punto de aparecer taponada por la
inflamación o las secreciones propias de estas enfermedades; es entonces
cuando se altera la presión en el oído medio, originando una extraña
sensación, diagnosticada científicamente como barotraumatismo. En condiciones normales, la trompa de
Eustaquio equilibra la presión de la caja del tímpano a la exterior
mediante unos mecanismos de cierre y apertura fisiológicos que se activan
al bostezar o mediante la masticación y deglución de alimentos y saliva.
Como estadística interesante para algunos, se estima que el ser humano
degluta cada 40 segundos cuando está despierto y cada cinco minutos si
está dormido. Los especialistas aconsejan una forma alternativa para
contrarrestar los cambios de presión, que consiste en forzar la apertura
de la trompa mediante la “Maniobra de Valsalva”: facilitar la entrada
de aire en el oído, sonándose la nariz, con la boca y las fosas nasales
bien cerradas. Viajes en avión y
el buceo Los barotraumatismos del oído se deben
frecuentemente a los cambios de altura bruscos y a la práctica de
deportes como el buceo. A nivel del mar, la presión es de 760 mmHg y a
mayor altura ésta disminuye, de forma que si en el intervalo de ascenso
el tiempo de adaptación para equilibrar la presión interior del oído
resultara insuficiente, se podría producir un barotraumatismo del oído
medio. En los viajes aéreos, sufren mayor riesgo quienes se encuentran dormidos durante el descenso del avión, quienes no están habituados a volar, y las personas que padecen catarros rinofaríngeos, alergias y congestiones. En estos casos, la permeabilidad de la trompa se ve disminuida. Algo similar ocurre entre los submarinistas, aunque en su caso se deben adaptar al agua, cuya presión es mucho más rigurosa que en la superficie, hasta el punto de poder provocar la rotura de la membrana timpánica, con la consiguiente penetración de líquido en el interior del oído y la disrupción del laberinto debido a la temperatura del agua. El resultado podría ser fatal para el submarinista: la desorientación en el fondo marino. |
Cuidado con la
limpieza brusca Una forma muy especial de barotraumatismo es
la que accidentalmente se produce cuando se efectúa la limpieza de los
conductos auditivos. Éstos son sinuosos tapizados por unas glándulas que
segregan una sustancia cérea (el cerumen) que, en ocasiones, puede
acumularse en su interior hasta llegar a taponar el oído. De hecho, hay
personas que deben efectuar la limpieza con cierta frecuencia para impedir
que el cerumen se endurezca y forme un verdadero bloqueo, aunque las
molestias se limitan normalmente a la sensación de oír con menos agudeza
de lo habitual. Para ablandar estos tapones, se suministran
unas gotas que se comercializan en farmacias, o, simplemente, se instila
poco de aceite de oliva --- algo que no recomendamos, ya que puede
resultar en infecciones. Ya una vez reblandecido el tapón, se inyecta
agua templada con una jeringa especial, que elimina los restos de cerumen.
Esta operación requiere, por su complejidad, que la lleve a cabo un médico,
ya que si la inyección del agua se produce con una presión excesiva se
puede dañar el tímpano e, incluso, romperlo --- complicación muy
frecuente, aun en manos expertas. El oído, un aparato
complejo El conducto auditivo externo proyecta las ondas sonoras sobre el tímpano, donde se registra la primera vibración auditiva. A través de la cadena de huesecillos del oído medio, esta ondulación activa un delicado mecanismo que estimula las células acústicas, donde se produce la conversión de la energía de la presión en otra forma de energía que se transmite por el nervio acústico al cerebro. El origen de la sensación acústica está ligado a la actividad de los sistemas de transmisión y percepción de los sonidos, situados en el oído. El aparato de transmisión conduce la energía sonora a las estructuras del oído interno, de tal forma que la hacen receptiva para estimular las terminaciones neurales. Este sistema de transmisión está constituido por el pabellón de la oreja y el conducto auditivo externo, que, en conjunto, forman un embudo que incrementa la vibración sonora. Haciendo que cuando ésta llega a la membrana timpánica, su intensidad es doble de la que fuera en el pabellón auricular. |
Por otra parte, para que la membrana timpánica
vibre con soltura y precisión y, a su vez, transmita la onda a la cadena
de huesecillos, es preciso que la presión a un lado y otro del tímpano
esté equilibrada. No hay que olvidar esto último. |
Por otra parte, para que la membrana timpánica
vibre con soltura y precisión y, a su vez, transmita la onda a la cadena
de huesecillos, es preciso que la presión a un lado y otro del tímpano
esté equilibrada. No hay que olvidar esto último. Los
síntomas:
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Siempre
lo mejor, la prevención:
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Maniobra de Valsalva |
En
resumen El oído, órgano localizado en el
“vecindario” de la boca y la nariz, se encuentra muy cercano para que
no sea afectado por lo que, a los otros dos sistemas contiguos, aflige. Para evitar sus complicaciones médicas
hay que mantener este vecindario tan estéril como tranquilo ---
tratemos… Bibliografía Suministrada por solicitud. |
Dr. Félix E. F. Larocca
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