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Temas de neurociencia en el tratamiento psiquiátrico moderno (I) |
En los círculos
del conocimiento científico, las etapas finales, específicamente, las últimas
dos décadas del siglo XX, desde el punto de vista de la psiquiatría,
pueden ser recordadas como “La Era del Neuropsicoanálisis” en
reconocimiento a una amalgama de nuevos hallazgos que, confirmando las hipótesis
freudianas, conmemorarían la deuda recíproca que existe entre las
neurociencias y el psicoanálisis.
Apropiadamente,
y como resultado de este auge en la percepción de las aplicaciones al
entendimiento y cura de los trastornos psiquiátricos, una avalancha de
libros, artículos y de revistas científicas han aparecido, bajo la autoría
de los intelectuales más destacados procedentes de entre un número de
las disciplinas más variadas; pero que, en común, todas profesan un
cometido al estudio y la aplicación de las neurociencias. Notando que poco
se ha escrito para informar al gran público de estos avances de interés
particular para el mismo, este y los artículos que seguirán se proponen
como una introducción a las ciencias del cerebro en sus aplicaciones al
desarrollo emocional del ser humano y de como estos conocimientos se
adaptan a las técnicas de la psicoterapia psicoanalítica modernas. En
el principio, era Freud… Todo lo que hoy
consideramos de interés para nuestras lucubraciones, tuvo su nacimiento
en el famoso “Proyecto” que el Padre del Psicoanálisis concibiera, en
medio de una tormenta emocional, para introducirnos a la noción de que el
campo de la psicopatología necesitaba afianzarse en las ciencias neurológicas
de entonces (porque, antes de ser psiquiatra, Freud se entrenó como el
neurólogo que por la duración de sui vida sería). El Proyecto, como
contribución, por muchos años languideció careciendo de valor, debido a
que las técnicas para el estudio del cerebro durante el período en que
se publicara eran totalmente rudimentarias y poco sofisticadas. Mucho
tiempo transcurrió antes de que los avances confirmatorios de las ideas
de Freud nos alcanzaran durante las últimas etapas del siglo pasado con
el advenimiento de las técnicas de resonancias magnéticas, los
descubrimientos de las localizaciones cerebrales y las técnicas de emisión
de positrones. La
nueva Psicología Científica y el renacimiento del ego (self) Cuando éramos
neófitos en las ciencias de la mente nosotros, como tantos lo hicieran,
nos formamos y nos nutriríamos profesionalmente dentro de los parámetros
que nos suministraron el rigor científico de la Escuela de Washington
University en Saint Louis y del Institute
for the Psychoanalysis en Chicago. Crecimos montando el corcel del
conocimiento, como si fuéramos a horcajadas, cabalgando como jinetes en tándem
entre la psiquiatría “orgánica” y la puramente “psicodinámica”,
porque entre ambas tendencias no existía entonces área de proximidad o
aun de diálogo que no fuera hostil. Situación que en sí negaría por
mucho tiempo, como todavía, para tantos lo hace, el hecho indisputable
que el cerebro es el órgano de la mente. El cerebro como
órgano, es desde donde se originan la mente y sus estados complementarios.
Este es el axioma que define la neurociencia. Un
caso fortuito Desde que Hanna
Damasio describiera en detalle el caso de Phineas P. Gage (véanse mis artículos
al respecto) un cambio paradigmático ocurriría que transformaría en su
esencia y alcance todo el campo científicos de la neurociencia en su
totalidad y del neuropsicoanálisis en sus principios y metodologías. El caso de
Phineas P. Gage se transcribe en este espacio como fuese publicada en una
revista que en tiempos pasados dirigiera Historia clínica: el caso de P. P. GageDr.
Félix E. F. Larocca El
13 de septiembre del año 1848, Phineas P. Gage, un capataz de construcción
en Vermont sufrió un accidente cuando una explosión prematura de una
carga de dinamita le disparó a través de las partes anteriores de la
cara, del cráneo y del cerebro una varilla de metal cuyas dimensiones
eran: 3 cm. de ancho X 109 cm. de longitud.
A
pesar de sus heridas, Gage vivió hasta el año 1861. Habiendo
sobrevivido esas lesiones tan dramáticas, los médicos de ese entonces
pensaron que Gage se había recuperado totalmente. Sin embargo algunas
cosas comenzaron a surgir que parecían
muy extrañas después del
accidente. El comportamiento social de un hombre que, de otrora siempre
fuera persona proba y moderada, había cambiado totalmente. Antes del
trauma Gage era un personaje muy respetado por todos quienes a él le
conocían. Era considerado inteligente, formal, honesto y bien adaptado.
Una situación que cambiaría a medida que su convalecencia progresaba.
Todos reparaban en el hecho sorprendente de que a pesar de que su
intelecto estaba intacto y de que no demostraba limitaciones mentales
ningunas; paulatinamente Gage se había vuelto un ser irreverente,
caprichoso, inconsciente de las convenciones sociales y con una tendencia
pasmosa al uso excesivo de las palabras profanas. Así también cesó de
cumplir sus obligaciones, tanto económicas cuanto sociales. Ello, últimamente
terminó costándole su empleo. En
las palabras de sus amigos más cercanos "Gage ya no es Gage". Cuando
este hombre murió, lo hizo ya desahuciado y como una carga a amigos y a
parientes quiénes terminaron siendo forzados a
ocuparse de él. Como
no se hizo una autopsia para establecer las localizaciones anatómicas de
la áreas destruidas por el proyectil, en su trayectoria, este caso
continuó siendo por muchos años otra más de esas historias clínicas
que serían reto a las facultades discernientes y especulativas de los
neurólogos dedicados a la investigación científica. Recientemente,
un grupo de investigadores de la distinguida Iowa
State University
en Iowa City; utilizando métodos de calibraciones modernísimos y
sometiendo a pruebas de laboratorios el cráneo de Gage,
concluyeron que las lesiones que les cambiaran el perfil emotivo a
este infortunado hombre fueron localizadas en ambas de las dos cortezas
prefrontales (derecha e izquierda) que confirmarían la producción de un
defecto post-traumático que
involucraban regiones del encéfalo en zonas donde los procesos de
decisiones racionales y la distribución de las respuestas sociales y
emotivas, normalmente, residen. Epílogo Este
estudio representa un caso cuyo análisis nos ayuda a entender mejor
algunos aspectos de las respuestas emocionales y cognitivas del ser
humano. A la sazón, sabemos que, a menudo, cuando una persona sufre un
accidente cerebro vascular y su "personalidad cambia" la causa
de ese fenómeno puede que sea una lesión cerebral, de localización
prefrontal similar a la que P. P. Gage sufriera. Casa
de Campo 9
de junio, 1994 Referencia Hanna
Damasio, Thomas Grabowski, Randall Frank, Albert M. Galaburda, Antonio R.
Damasio: The
Return of Phineas Gage: Clues About the Brain from the Skull of a Famous
Patient Science
Vol. 264. 20 May 1994. pp. 1102-05. Por supuesto que mucho más se
ha escrito acerca de este caso en tiempos recientes. Caso, que, con otros
similares reportados en otros países, han transformado el rol de las
neurociencias y sus contribuciones a las funciones y entendimientos del
encéfalo. La psicoterapia de la
neurociencia En estudios detallados de
ambas disciplinas, la de las funciones y localizaciones cerebrales, también
conocida como la neurociencia y las del desarrollo normal del ser humano,
se destaca una tercera disciplina como posibilidad insospechada e inédita
, esta siendo la modificación directa y epigenética del cerebro mediada
por la acción continua y sostenida de la terapia racional y emotiva del
psicoanálisis. Los artículos que seguirán
como secuela de esta introducción llenarán la función de completar
nuestros objetivos para esta serie. En resumen El autor de este artículo
reconoce la parvedad de información fidedigna disponible al público en
una era de progresos y de avances meteóricos ocurriendo a todos los
niveles de la exploración del cerebro y de sus funciones. Muchos nuevos estudios siguen
apareciendo que soportan nuevas vistas y entendimientos en procesos tan
enigmáticos como relevantes. El estudio biopsicológico de la sociopatía,
del narcisismo, de las adicciones y del envejecimiento de las Monjas de
Mankato, entre otros. Estudios que ocupan lugares ocultos o recónditos en
los reportajes que nos llegan cotidianamente. Como siempre hemos deseado,
queremos evitar consignarnos a que la nuestra sea disciplina meramente
“contemplativa” (en las palabras de Elkhonon Goldberg) para continuar
siendo disciplina didáctica al servicio de la educación del público en
general. Referencias: Goldberg,
E: Contemporary Neuropsychology and the Legacy of Luria (1990)
Lawrence Erlbaum 1990 Goldberg,
E: The Executive Brain: Frontal Lobes and the Civilized Mind (2002)
Oxford University Press Goldberg,
E: The Wisdom Paradox: How Your Mind Can Grow Stronger As Your Brain
Grows Older (2005) Penguin NY Kandel
E. R: In Search of Memory: The Emergence of a New Science of the Mind
(2006) W. W. Norton Larocca, F. E. F: El Caso de Gage, sito en el texto. |
Dr. Félix E. F. Larocca
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