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El
Síndrome de Dorian Gray Dr. Félix E. F. Larocca |
Durante toda la historia de la psiquiatría
y, particularmente, en los últimos años, ha existido una tendencia a
diagnosticar síndromes, basados en la adaptación de figuras mitológicas,
de personajes actuales, de cuentos de hadas, de historias extraídas del
folklore y de todo lo que se nos antoje; para caracterizar los hallazgos
que en nuestra experiencia clínica se considerarían originales, amén de
interesantes para, con otros, ser compartidos.
En mi opinión, esta tendencia halla
justificación en el hecho de que como psiquiatras, todos gozamos de lo
que creemos sea un fondo de riquezas culturales muy vasto. Además de que
nuestros antepasados profesionales exteriorizaban la misma tendencia a
exhibir sus talentos multifacéticos personales y estéticos.
Hoy, en esta lección, nos ocupa otro nuevo
síndrome y otra nueva categoría diagnóstica, la que con nuestros
lectores aquí veremos. El nombre del síndrome está basado en el
carácter de la novela más famosa de las que Oscar Wilde escribiera, como
más adelante apreciaremos. El
Síndrome de Dorian Gray El Síndrome de Dorian Gray se aplica a un
conjunto de síntomas de origen sociocultural que se caracteriza por la
preocupación excesiva de muchos individuos con su apariencia personal
distorsionada (dismorfofobia). La última se refiere al miedo extremo de
sufrir deformidad alguna. Acompañado por dificultades en la aceptación
del proceso del envejecimiento y de aceptar asimismo las demandas del
crecimiento y la madurez emocional. Los individuos que se creen “sufrir” de
este síndrome se consideran inclinados al uso excesivo de los cosméticos
y de los procedimientos quirúrgicos en un esfuerzo --- a veces, vano ---
para preservar su apariencia lozana y juvenil. De mucha importancia es que éste y muchos
otros síndromes que tanto abundan en la literatura, no se reconoce por
DSM-IV como entidad diagnóstica establecida.
Dorian Gray frente a su
cuadro Definición El síndrome de
Dorian Gray se define por una tríada diagnóstica que abarca los
siguientes criterios:
·
Signos de dismorfofobia.
·
Rasgos de personalidad narcisista.
·
Fijación en el desarrollo psicosexual del tipo característico encontrado
en las parafilias.
·
En adición, hoy se incluye el uso excesivo de sustancias y procedimientos
estéticos para retrasar el envejecimiento.
Su
historia
Esta condición fue descrita por la
primera vez, por Brosig en el año 2000 en un simposio dedicado al estudio
de las drogas que se utilizan para ocultar la vejez y a la “medicina estética”.
El nombre, como ya sabemos, alude a la
novela famosa de Oscar Wilde, El
Retrato de Dorian Gray, en
la cual el protagonista, como hombre muy bien parecido, admira su retrato
recién pintado y expresa el deseo de que sea el lienzo --– que en su
lugar --- envejezca.
Estatua
de Oscar Wilde en Dublín Entonces, habiendo vendido su alma, para no envejecer. Con angustia, Dorian, se vuelve testigo de los estragos que, al retrato, infligen su vida disipada y alma despiadada y narcisista. Mientras que él
no envejece o cambia, el retrato luce como monstruosidad repugnante.
En la trama de
la novela, Wilde condensa en la metáfora provista por el retrato, el
rejuego de motivos narcisistas y grandiosos. Plasmados entre sí en la
necesidad de la belleza eterna y en la abolición del proceso del
envejecimiento natural.
La descripción
de Dorian Gray, en su carácter ficcional sirve como la inspiración para
el epónimo y la descripción de este síndrome.
Cau
Psicodinámicamente, existe una interacción entre tendencias narcisistas --- la eterna belleza --- con la inhabilidad de crecer y madurar --- miedo de envejecer --- eso lo encapsula. Como
defensa contra los procesos mencionados, surge el uso de los cosméticos y
de los procedimientos estéticos destinados a lograr el objetivo básico:
el de borrar o de retardar todo cambio que signifique no ser “bello”.
Por razones no bien
establecidas, los arquitectos de este “síndrome” proponen la
coexistencia de la dismorfofobia, con el narcisismo y la parafilia --- las
dos primeras se entienden --- pero, la última requiere explicación.
Mientras que, para
quienes manifiestan este síndrome se postula, que poseen un componente
psicodinámico característico, que se define por la defensa inconsciente
contra la maduración y el envejecer. Eso afecta muchas
personas por todos conocidas.
De acuerdo a Brosig,
quien fuera quien, por la vez primera, lo describiera; este síndrome, se
ha confirmado que existe en un 3% de la población alemana.
La proporción sexual
aun no se ha determinado.
También se desconoce si
existe en otras culturas y, si está relacionado en su apariencia con
otras condiciones, como son la obesidad u otras disorexias --- ya que las
últimas pueden causarnos alteraciones físicas poco halagüeñas.
El
diagnóstico
Los siguientes
criterios de índole operacional tienen que establecerse rigurosamente
para llegar al diagnóstico:
·
Signos de
dismorfofobia.
·
Estancamiento e
inhabilidad de aceptar el crecimiento o la madurez emocional.
·
Utilización de
por lo menos dos de los siguientes productos, o maniobras 1.
Restauradores
del crecimiento del pelo (finasterida) 2.
Agente anti-adiposidad
(orlistat) 3.
Medicación
contra la disfunción eréctil (sidenafil) 4.
Elevadores del
afecto (fluoxetina) 5.
Dermatología
cosmética en cualquiera de sus formas 6.
Cirugía estética
(liposucción o estiramiento facial).
Secuelas
Los episodios
depresivos y crisis suicidas se observan con frecuencia en este síndrome.
Esto sucede si los métodos utilizados por el “paciente” fallan en sus
propósitos de retardar el envejecimiento o resaltar la belleza. Si el paciente continúa
en su evolución progresiva hacia el envejecimiento aborrecido --- a pesar
de sus esfuerzos --- la depresión o la rabia narcisista pueden sobrevenir
con todas sus consecuencias adversas. En los últimos casos
la posibilidad de actos autodestructivos por sobredosis o abuso de las
drogas y el suicidio pueden ser una complicación final.
Muerte y la doncella por
E. Munch Bibliografía:
|
Dr. Félix E. F. Larocca
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