Veinticuatro |
Mi
desarme interior. Mis
huraños desquites La
caspa transpirada bajo el casco. No
se como paso. Iba
en coche cerrado. Donde
el coraje y la cobardía eran miedos iguales. Judíos
apilados rodeados
de un fogón gigantesco. Sus
huesos chamuscados como ruedas torcidas. Ah!
Pueblo de lengua corta. Cada
cual se sentía milagroso. Subí
hasta mis piernas para
aflojar la mente. Camisas
Pardas destechaban las casas del vecino. Repartían
sus fuentes familiares. Se
metían en la pecera de su ropa interior. Desde
su jabonera a su cocina. Cada
hombre es un bosque. Una
sospecha. No
abeja flotadora. Mancha
apestosa. El
testigo rapado en el alambre. No
se como paso. ¡vi
el horizonte tan voraz! Mariposa
carnívora se comió mi caballo. Yo
fui tras la corbata del galope. Los caireles del aire me empuñaban. |
Cristina Landó
de Recuerdo de Guerra
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