Trece |
Atado
al hacha. Me
sobrecoge el cuello del caballo que
alcanza la manzana. Que
recorre el vapor. Que
sorbe el río como un trago fresco. Como
quien llena un vaso. Simplemente. El
hombre está curvado en su arco iris. Nadador
amarrado. Su
espalda sometida. El
barro del sudor zumba
en su oreja. En
la bóveda negra una
serpiente aviva el fogonazo. Come
baba rastrera. Espía
mi reflejo. Los
ojos se disuelven en el agua. Una
llovizna borra el camafeo. Y el leopardo voraz traga mi copa. |
Cristina Landó
de Recuerdo de Guerra
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