Anotando escena de sobrevivencia

Asisto al exterminio:
El acto sordomudo de la naturaleza
avanza sobre un tajo de tambores.
Dioses desarrollados hacia protozoarios
refriegan sus prepucios en blandos hormigueros.
Los pulpos del incendio arrastran
rojas babosidades por la tos de la luz.
Resistencias extintas
a la comprobación de los ombligos.
Espeso pus revienta:
Placenta de ternero descuaja
matriz muslo de cuchillo.
La destrucción es un pinchazo fértil
que se contrae para descrear.
Las perras del ovario sangran
por la selva sin dientes del vacío
donde el sol abandona huesos azucarados.
¡Atrás! ¡Atrás! La neutronición quema
el desnudo trineo de la memoria.
Mazapán de las pesadillas
vuela su oreja momentánea
sobre equinos pescuezos que empiezan la
                                           /indialéctica.
Batracio universal
orina sus mandriles en el puñal de la camisa.
El mal es el bien negro.
Gomosidades caen de la extensión.
La tersura de su caída desespeja
somnolencias anarcisadas
que endurecieron las palabras.
Me detiene la sustancia cautiva en el vellón del oso.
Hoy es la antigüedad.
Un temblor transparenta lo inorgánico.
Culo y patas se juran dulces delicadezas.
Pájaros incrustados en mis uñas
disparan uvas blancas al espejo.
Todo lo santo lucha con el ángel.
Demonios extraídos de mis oraciones
revuelven sus tripas en amorosa asfixia.
Olla carnal erupta su vapor cocinado
por la zoológica humedad del árbol.
Recibo el sacramento de la abundancia:
compruebo su leche comunicadora
en la noble ingestión del nacimiento.

Cristina Landó
de Una película de amor. 

Editorial proyección, 1992

Ir a página inicio

Ir a índice de poesía

Ir a índice de Landó, Cristina

Ir a mapa del sitio