Yo di las cosas. Las subí allá.
Después las di vuelta. No era tarea
hablar sobre la nobilidad honrada
de mi pasado frontal ¡Y sonreía !
Soy mi enemigo. Sirvo a mi especie.
Soy su yo y me repito en la nulidad.
No conocí el ahora. Tu ya me has visto;
un fantasma arrancado de antemano.
Para endijar bastaba el averno.
Para existir yo di los cardos.
Una luz de farol. Yo fui las cosas;
Centenares de siglos bajo estas ramas.
Esta es la poesía de todas las naturalezas.
Allá las almas tiernas y pulcras
Cortan el pasto de la conciencia.
ia iu soy un niño de viejos pelos.
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