Quiero escribir del mal
Busco seres que lo postergan todo
Aunque sus labios frescos
Engañen la hondura poética.
Una mejilla rusticana
O gargolantes dedos
No pueden verter el infierno
Aunque se precipiten
Con dulces pasajes
De conquista.
Sobre un banco de piedra
O en un cuarto ostentoso
Con dos hilos permitidos
No se habrá visto lo triste
No habrá visto lo que odia
ése será su mal
Impostergable.