Después de ávidos letreros
De castillos, de anticuarios,
De rosales inmensos, luego,
De versillos centenarios
Gusto de los pobres fuegos
De los fuegos solitarios.
Más que templos, campanarios.
Más que paisaje, amor ciego.
Después de almas magistrales
De enredaderas de dedos.
Luego de ovales rosales.
Incluso, del monte luego
Gusto de los pardos mares,
De los mares limosneros.
Busco en labios pordioseros
Encallo en los labios mortales.