UNESCO: ¿ignorancia, sumisión o simple hostilidad? Editorial por Ana Jerozolimski |
Tal cual hemos escrito en situaciones similares en el pasado, tendríamos que estar curados de espanto...pero rehusamos acostumbrarnos. El 21 de octubre, la UNESCO aprobó por una amplísima mayoría de 44 votos a favor, 1 en contra y 12 abstenciones, una resolución en la que proclamó oficialmente dos santuarios claves en la historia judía, como “mezquitas palestinas”. El problema es que no se menciona ni por un momento que ambos lugares son considerados sagrados tanto por judíos como musulmanes, sino que se borra la mención del judaísmo de raíz , en un evidente intento de presentar una situación en la que, supuestamente, los judíos están desconectados de su tierra ancestral. No deberíamos sorprendernos, al saber que los países que solicitaron tratar el tema como moción especial en la agenda provisional de la sesión 184 del Ejecutivo de UNESCO , fueron Argelia, Kuwait, Marruecos, Arabia Saudita, Siria, Túnez y Egipto. Entre los que aprobaron la resolución, por supuesto, había numerosos miembros de la Conferencia Islámica. El problema es que todos los demás se dejan llevar.... En varios casos, se trata de países donde los cristianos son asesinados en sus iglesias y tienen prohibido rendir culto a su fe en medio de la mayoría musulmana. Entre ellos, hay países en los que está prohibido construir iglesias y mostrar cruces en público, pero tienen el tupé de alegar que Israel viola la libertad de cultos y se apropia de santuarios que son, supuestamente, legado del Islam. Se refieren al mismo Israel al que multitudes de cristianos llegan del mundo entero, todos los años, no sólo como turistas sino como peregrinos, recorriendo libremente sus calles. En Arabia Saudita está prohibido construir iglesias y andar con cruces por la calle. En Jerusalem, hemos presenciado en innumerables ocasiones procesiones cristianas, en las que grupos de cristianos de variadas procedencias, caminan detrás de una enorme cruz, a menudo traída por ellos mismos de sus países de origen, en el recorrido por la Vía Crucis, durante Semana Santa. En Irak y Pakistán, los matan. En Israel, caminan bajo la protección de la policía israelí. En su ya mencionada reunión de hace casi dos semanas, el Ejecutivo de UNESCO declaró que “la Mezquita Ibrahimi/Tumba de los Patriarcas en Hebron” y “la Mezquita Bilal Ibn-Rabah de Belén” –en este caso ni se mencionó el término judío con el que se la conoce, la tumba de Rajel-como “mezquitas palestinas”, señalando que “son parte integral de los territorios palestinos ocupados” y que “cualquier acción unilateral por parte de las autoridades israelíes, debe ser considerada una violación del Derecho Internacional”. No es secreto alguno por cierto que Cisjordania es territorio en disputa que no ha sido anexado al territorio israelí, aunque está bajo su control y administración, y que su futuro aún debe ser decidido en negociaciones entre Israel y la Autoridad Palestina. Tampoco es secreto que Belén y Hebron se encuentran precisamente dentro de Cisjordania. Eso no da legitimidad, sin embargo, a una pretensión política sumamente tendenciosa por parte de UNESCO, de dejar en el olvido el vínculo judío con ambos sitios. El trasfondo fue la decisión adoptada meses atrás por el Primer Ministro de Israel Benjamin Netanyahu, de declarar a ambos santuarios, parte de la lista de sitios claves que son “patrimonio nacional” del estado judío. Con ello, no se dijo en ningún momento que dichos sitios dejan de tener vinculación también con el Islam. Israel no necesita desdibujar la historia de otros para que la suya sea cierta. ¿Será que los árabes son conscientes en su fuero íntimo del íntimo vínculo entre la tierra de Israel, incluyendo los dos santuarios hoy en el centro de la polémica, y el pueblo judío, y por eso sienten que su único recurso para lidiar con el tema es intentar cambiar la historia a través de organizaciones internacionales? El problema, claro, es que las Naciones Unidas se presten a ello o que sean tomadas de rehén de mayorías automáticas no democráticas que no votan sobre la verdad sino sobre intereses particulares que distorsionan la realidad. Meses atrás, cuando Israel anunció que incluirá la Tumba de los Patriarcas en Hebron y la Tumba de Raquel en la lista del patrimonio nacional y del “legado judío”, tanto la Autoridad Palestina como Hamas saltaron airados afirmando que la intención era “borrar la identidad palestina, alterar monumentos islámicos y robar la historia palestina”. Sería para reir, si no fuera para llorar.... Hace pocos años, entrevistamos en el Monte de los Olivos en Jerusalem, al Dr. Gabriel Barkai de la Universidad de Bar Ilan. Tenía a su cargo un proyecto original: investigar “basura”. Se trataba de lo que las autoridades del Waqf islámico habían tirado como desperdicios tras sus excavaciones en la zona de las mezquitas en el Monte del Templo. “En 1999, el Waqf islámico (encargado del manejo de los sitios sagrados del Islam) cavó sin control alguno una fosa enorme en el Monte del Templo, para agrandar una mezquita subterránea que también había sido hecha sin permiso”-nos contó. “Fue una excavación indebida, criminal, en una zona en la que nunca se había excavado, por la sensibilidad política y religiosa del lugar”. Con tal de agrandar las mezquitas, no sólo que no prestaban atención ninguna a elementos importantes en la historia judía del lugar-recordemos que el Templo Sagrado de Salomón y el segundo, que le sucedió, fueron erigidos allí mucho antes del nacimiento mismo del Islam y la construcción de las mezquitas de Al Aksa y el Domo de la Roca- sino tampoco a los de la propia historia islámica. El fundamentalismo de hoy, es lo principal. El respeto a la historia, es sólo un pretexto para atacar a Israel. Así nos contó en su momento el Dr. Barkai: “Hemos hallado objetos de todos los períodos en la historia de Jerusalem”-afirma. “Tenemos aquí la posibilidad de ver objetos del Primer templo, del Segundo templo, de la época romana, de Bizancio, el período árabe, los Cruzados, Mamelucos, Otomanos”, detalló, destacando que había también muchos de los períodos islámicos. Y nos mostró fotos de objetos que ahora están en el depósito del proyecto: un medallón tallado con versículos del Corán, una moneda cristiana con la figura de Jesús, la inscripción de un sello de una familia de sacerdotes del Templo, mencionada en el libro de Jeremías, entre muchos otros.. Todo, absolutamente todo, fue hallado en la “basura” tirada por el Waqf, sacada del propio Monte del Templo, que los musulmanes llaman Haram al-Sharif. Y ahora, en la resolución que promovieron y que increíblemente UNESCO aprobó, no sólo que se quita toda vinculación del judaísmo con dos de sus santuarios, sino que se condena a Israel por las excavaciones en Jerusalem Este (aunque no son en el Monte del Templo, respetan la historia y preservan también todo lo hallado del período islámico) mientras que ni se menciona las excavaciones descontroladas y peligrosas del Waqf en el monte sagrado para las dos religiones. Nos preguntamos a menudo, si al volver a sus oficinas -tras votar bajo la sombra de las mayorías automáticas regidas por países dictatoriales que no permiten la libertad de cultos y en los que los cristianos tienen motivos para temer por sus vidas- funcionarios de organismos internacionales como UNESCO en este caso, sienten un poco de vergüenza. ¿Realmente ignoran la historia y desconocen la realidad? ¿Tan sumisos están ante la imposición política de regímenes intolerantes? ¿O simplemente violan la carta constitutiva de la propia ONU, una y otra vez, en señal de abierta hostilidad a Israel? |
Ana
Jerozolimski
Editorial de "Semanario Hebreo"
4 de Noviembre de 2010
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