El martes de esta semana, vándalos aún no identificados-que se teme
podrían ser radicales israelíes, judíos de extrema derecha- pintaron
grafitis anti cristianos de tono ofensivo hacia Jesús y quemaron la
puerta principal del Monasterio de Latrún, a 20 minutos de Jerusalem,
conocido como “el monasterio de los silenciosos”. La reivindicación, que
se supone indica la identidad de los autores, podría hallarse en el
hecho que , con palabras en hebreo, se pintó allí claramente el nombre
de “Migron”, el nombre del puesto no autorizado evacuado esta semana por
el ejército, ante la abierta protesta de sus habitantes que sostenían la
Suprema Corte había tomado decisiones en su caso en forma injusta.
Sería parte del condenable fenómeno conocido en hebreo como “tag mejir”-que
viene a ser algo así como “etiqueta de precio”- una práctica que
extremistas de derecha comenzaron hace ya unos años e intensificaron en
los últimos meses, de cometer actos vándalos en aldeas palestinas e
inclusive mezquitas en Cisjordania, para incomodar a las autoridades
israelíes, como una venganza contra ellas mismas por lo que los
extremistas consideran son medidas injustas para con la población judía
en los territorios de Judea y Samaria. Se “vengan” lanzando ataques por
cuyo costo político y de imagen, tiene que pagar el propio Estado de
Israel.
En varias oportunidades, hubo ataques de este tipo contra sitios
ubicados dentro del Israel soberano, entre ellos una mezquita cuyo techo
fue quemado en una aldea árabe israelí y en dos ocasiones, en santuarios
cristianos: grafitis en el Monasterio de la Crucifixión en Jerusalem
hace unos meses y ahora, en el Monasterio de Latrún.
Las condenas a todo vapor se hicieron oir de inmediato, tanto de parte
del Primer Ministro Benjamin Netanyahu como del Ministro de Defensa Ehud
Barak y diferentes figuras de diferentes partes del espectro político
israelí. Esperamos que sean acompañadas por el éxito de la policía en
ubicar lo antes posible, tal cual indicó el jefe de gobierno al Ministro
de Seguridad Interna Aharonovich, a los responsables, para que paguen
con todo el rigor de la ley. Las condenas son claves, pero no son lo más
importante.
Con la cautela que impone el hecho que los responsables aún no han sido
hallados, pero con la preocupación que nos inspira el sospechar, en base
a diferentes elementos en el terreno, que en efecto se trata de judíos
extremistas, comentamos que nos cuesta decidir cuál es el sentimiento
que más nos embarga al escribir estas líneas: vergüenza por el hecho que
alguien entre nosotros, en el seno del pueblo judío, actúe de esa forma,
o furia e ira ..precisamente por lo mismo.
No hay “peros” ni términos medios en el repudio que estos elementos nos
inspiran. Son unos irresponsables, unos inconscientes y deberían ser
vomitados de la comunidad en la que viven.
Esto no quita, sin embargo, que también la respuesta de algunos sectores
de la Iglesia Católica nos haya inspirado, si tratamos de ser delicados
en el uso de los términos, indignación.
Que la Iglesia Católica condene, es no solamente esperado sino lógico y
natural. Pero de allí a los términos utilizados en comunicados publicados
por sus representantes en Tierra Santa, hay una gran distancia que nos
parece lamentable que se haya cruzado.
Monseñor Fuad Twal, Patriarca Latino de Jerusalem (o sea representante
de la Iglesia católica), se pregunta retóricamente «¿Por qué los
cristianos están de nuevo en el punto de mira?», y denuncia la
«enseñanza de desprecio» hacia los cristianos prevalente en la sociedad
israelí.
«Lo que ocurrió en Latrún es la continuación de una larga serie de
ataques contra los cristianos y sus lugares de culto. ¿Qué pasa en la
sociedad israelí de hoy para que los cristianos sean los chivos
expiatorios y los objetivos de tales actos de violencia?», agregó.
Y nosotros nos preguntamos de qué está hablando…¿No se estará refiriendo
a los cristianos quemados en Nigeria y atacados en Irak y otras partes
del mundo islámico? Esos sí que están en la mira..de las armas, de la
hostigación.
¿“Enseñanza de desprecio hacia los cristianos en la sociedad israelí”?
¿De dónde lo sacó? ¿”Larga serie de ataques contra los cristianos y sus
lugares de culto”? Quisiéramos saber el nombre de uno, aunque sea uno
que haya sido víctima de esos ataques..Mejor dicho..no, no queremos
saber, porque no queremos que eso ocurra jamás dentro de Israel. Y no
ocurre.
No estamos alegando que no hay incidentes condenables, de fanáticos
retrógrados que escupieron a sacerdotes y cosas similares. Para condenar
lo que está mal , muy mal, no hay que inventar hechos que no ocurren
como “atentados contra lugares de culto”…Claro que lo ocurrido en el
monasterio de Latrun es un ataque imperdonable, pero bien sabe Monseñor
Twal que en una tierra con nervios a flor de piel como Tierra
Santa..hablar de “atentados” causa otra impresión y hace pensar en otra
cosa..
«Los monjes de Latrún dedican su vida a la oración y al trabajo”, dice
el comunicado del Patriarcado Latino. “Cientos de israelíes judíos
visitan el monasterio cada semana y los monjes los reciben con caridad y
afecto. Algunos aprendieron el hebreo y favorecen la comprensión mutua y
la reconciliación entre judíos y cristianos, según las enseñanzas de la
Iglesia». Es cierto…y también es cierto que entre la ciudadanía israelí
judía hay quienes dedican no menos esfuerzo a la reconciliación y al
mutuo entendimiento, a pesar de los siglos de antisemitismo de raíces
cristianas, fomentado por la Iglesia durante mucho tiempo. No sólo la
Iglesia, desde Juan XXII y Juan Pablo II-ambos, de bendita memoria-
apostaron al acercamiento y la reconciliación, sino también el pueblo
judío y no pocos de sus rabinos y autoridades religiosas.
«¿Qué tipo de enseñanza del desprecio a los cristianos se transmite en
sus escuelas y en sus casas? “, pregunta retóricamente el comunicado
acerca de lo que ocurre en Israel. Y lo que sentimos al leer esa frase,
conociendo los libros de historia y la narrativa que se enseña en
Israel, es que hay quienes, al parecer, aprovechan un hecho lamentable,
condenable, cuyos responsables deberían ir de inmediato a prisión, para
fomentar una animosidad injustificada contra Israel en general.
Esto nos hace recordar algo que escribimos en enero último y que hoy nos
parece oportuno reproducir.
El Padre Diego Sánchez Alcolea (41), Vice Rector del Seminario
“Redentoris Mater” en la Galilea, en Israel, se encuentra en el país
hace casi once años. “Para mi Israel es de los países más seguros, en
comparación con otros”, dice cuando le preguntamos cómo resumiría su
vivencia como cristiano en la zona.Nos recordó una conversación que
mantuvimos hace unos años con el Custodio de Tierra Santa, el Padre
Pierre Battista Piazzaballa, quien dijo que “los cristianos en Israel no
corren riesgo físico alguno”.
“Lo que yo veo de la vida de los cristianos en Israel es que es normal”,
recalca el Padre Alcolea. “La experiencia que tengo aquí, en Tierra
Santa,es que no he tenido nunca problemas especiales que puedan surgir
en otros países. Y hago de manera normal la función que desarrollo”.
Es consciente de los problemas alrededor. “La situación es delicada
porque evidentemente la religión deja de hacer su función y se toma como
emblema para una idea política, o para empezar una guerra, la cosa se
desvirtúa”, admite, agregando una esperanza: “Confiemos en que volverán
las cosas a su cauce normal”.
De todos modos, su convicción es que “más que la política pienso que el
problema fundamental de los cristianos de Tierra Santa es volver a las
raíces de nuestra religión, qué es lo que es un cristiano”.
En aquella nota, citábamos también a una joven palestina cristiana,
Amira Farhud, que había compartido con nosotros su tristeza tras una
visita a la comunidad cristiana de la Gaza dominada por Hamas.
También Amira, la joven de Belén, conoce algo sobre los cristianos del
lado israelí, aunque no viva entre ellos. “Me dicen que para ellos su
vida es totalmente normal, como la de todos..son parte del país”.
Las cosas , en la vida, muy especialmente en una compleja región como
Oriente Medio, no se pintan siempre de blanco o negro..No es que todos
los judíos son buenos ni todos los musulmanes malos…todos los cristianos
víctimas y todo comunicado que no nos gusta es una mentira. Creemos
haber dejado en claro los matices en esta nota…La condena en los
comunicados de la Iglesia católica en Tierra Santa al ataque al
monasterio, son no sólo lógicas y naturales, sino hasta esenciales. Pero
el tono que las acompaña es nocivo e injusto, tendencioso y mal
intencionado. A menos que los propios testimonios cristianos que hemos
reproducido hoy aquí, sean un invento. Pero recordamos aún claramente
las voces que grabamos…y el significado de cada palabra.
Y nos parece no equivocarnos si nuestra impresión es que jamás oímos
términos tan duros de la Iglesia católica contra , por ejemplo, el Islam
o un país musulmán determinado, cuando cristianos en sus fronteras eran
asesinados y atacados físicamente, masacrados inclusive, por musulmanes
radicales. ¿Estamos en lo cierto si sentimos que cuando el “blanco” de
la crítica es Israel..la lengua se libera con mucha mayor facilidad? |