"No puedo garantizar que aqui no corra sangre" 
afirma Eran Sternberg, portavoz de los colonos en Gush Katif.

Eran Sternberg se desempeña desde hace varios años como portavoz del Consejo Local Hof Aza (Costa de Gaza), cargo por el cual se le conoce como principal vocero de los asentamientos israelíes en el bloque Gush Katif en la Franja de Gaza. Es una de las voces más conocidas de esa zona, defendiendo la permanencia de Israel en dichas localidades y rechazando terminantemente el plan de retirada promovido por el Primer Ministro Ariel Sharon. El plan estipula que todos los 21 asentamientos israelíes de Gush Katif y otros cuatro del norte de Cisjordania, deberán ser evacuados.

Días atrás, Eran nos recibió en su oficina en el asentamiento central de Neve Dkalim, que en los últimos años -y muy especialmente en las últimas semanas- es blanco de innumerables cohetes Qassam y morteros disparados del lado palestino. Durante nuestra estancia en Gush Katif, aterrizaron varios de estos cohetes, inclusive muy cerca de la oficina de Eran en la que nos encontrábamos. Eso no quitó nada a su determinación a luchar para impedir la retirada y permanecer en el lugar.

Eran Sternberg

Eran Sternberg se desempeña desde hace varios años como portavoz del Consejo Local Hof Aza (Costa de Gaza), cargo por el cual se le conoce como principal vocero de los asentamientos israelíes en el bloque Gush Katif en la Franja de Gaza. Es una de las voces más conocidas de esa zona, defendiendo la permanencia de Israel en dichas localidades y rechazando terminantemente el plan de retirada promovido por el Primer Ministro Ariel Sharon. El plan estipula que todos los 21 asentamientos israelíes de Gush Katif y otros cuatro del norte de Cisjordania, deberán ser evacuados.

Días atrás, Eran nos recibió en su oficina en el asentamiento central de Neve Dkalim, que en los últimos años -y muy especialmente en las últimas semanas- es blanco de innumerables cohetes Qassam y morteros disparados del lado palestino. Durante nuestra estancia en Gush Katif, aterrizaron varios de estos cohetes, inclusive muy cerca de la oficina de Eran en la que nos encontrábamos. Eso no quitó nada a su determinación a luchar para impedir la retirada y permanecer en el lugar.

"Semanario Hebreo" conversó con Eran Sternberg sobre la problemática actual y los peligros que se avecinan.

 

P: Eran, hace varios meses te entrevisté aquí mismo. En aquel entonces ya era notorio vuestro dolor y vuestro enojo -de los colonos, por supuesto-, pero también la esperanza de que la retirada no sea implementada. ¿Cómo te sientes hoy?

R: Estoy seguro que no se concretará. Ante todo, veamos lo que sucede en la Kneset, justamente lo que decimos a la prensa constantemente. Sharon no tendrá gobierno y su gabinete caerá. Le surge un obstáculo, lo salva y le surgen otros dos. Todo indica ahora que los partidos religiosos no se sumarán a la coalición y si eso es así, por lo menos ocho o nueve diputados del Likud no lo apoyarán. Si el laborismo se incorpora al gobierno y Sharon mantiene junto a él a todo el Likud, además del partido "Am Ejad", tiene 61 diputados, o sea que en la constelación actual vemos que es seguro que cae. Podemos ver también qué sucede en el seno del pueblo. Muchísima gente anuncia que no acatará órdenes de retirada y miles dejan en claro que paralizarán la vida en el país. Si el ambiente político es tan delicado y cientos de miles protestan políticamente, ningún dictador, por más malvado que sea, podrá poner en práctica su política, dado que democracia y moral son elementos que siempre salen victoriosos.

 

P: Hablas de protesta moral. ¿Pero acaso no hay grandes riesgos al utilizar elementos como una exhortación a los soldados a desacatar órdenes?

El ejército está compuesto por los hijos de todos, todos son parte del mismo pueblo. ¿No es peligroso?

R: Creo que es muy peligroso. Todos debemos, de inmediato, sacar al ejército de este juego político. Lamento que Sharon haya introducido a la fuerza al ejército a este juego político. El ejército ya se está entrenando para la evacuación. Nosotros llamamos a Sharon a sacarlo de inmediato del medio. Si quieren lidiar con los civiles, pues hay policía. El ejército no debe estar en medio de todo este juego político, pero el Primer Ministro y el Ministro de Defensa lo han introducido sin límites. Con este llamado que nosotros formulamos a los soldados a responder a la voz de su conciencia, no se está menos que tratando de sacar al ejército de esta realidad tan triste. Es por eso que exhortamos al Primer Ministro a cancelar de inmediato este plan, a detenerlo, ya que de lo contrario todos nosotros entraremos a un torbellino político que nadie sabe en qué terminará.

 

P: ¿Cuál es el límite que no se pasará?

R: No soy profeta.

P: ¿Cuál debe ser el límite?

R: No se debe recurrir a la violencia .Ya lo hemos dicho decenas de veces: que nadie actúe con violencia. Lamentablemente, te digo con sinceridad, que dado el comportamiento de Sharon, su enfoque dictatorial, la destitución de ministros, el hecho que no ha prestado atención a los resultados del plebiscito en el partido

Likud, el haber cambiado sus posiciones desde las últimas elecciones sin estar dispuesto a dirigirse de nuevo al pueblo a pedir su opinión, todo esto, me hace sentir cuando digo a la gente que no recurra a la violencia, como un niño pequeño que trata de detener una ola de tsunami con dos manos. Así me siento. Lamentablemente el primer ministro nos arrastra a una realidad imposible. Trato de aclarar a la gente que no debe actuar violentamente. Intento de explicar las fronteras entre lo permitido y lo prohibido. La mayoría escucha y entiende, pero hay algunos  pocos que no están dispuestos a escuchar. Puedo entenderlos aunque no esté de acuerdo. Pero la responsabilidad es de Sharon.

P: ¿Esto quiere decir que sientes en el terreno un potencial de violencia muy grande?

R: Claro. Espero que todo esto se traduzca en acciones masivas no violentas, que la gente llegue aquí y no haga posible siquiera que las tropas que deben evacuar a la gente pueda llegar. Espero, no lo puedo asegurar, espero y rezo porque el plan termine sin derramamiento de sangre, con la ayuda de Dios. No estoy seguro. Espero que la planificación termine pronto y quede archivada en el tarro de desperdicios de la historia. Pero a la implementación, estoy seguro que no llegaremos.

 

P: Pero no firmarías que si realmente llega el día de la verdad del intento de evacuación, no habrá aquí derramamiento de sangre...

R: Yo no puedo firmar nada. No sé. Sólo sé qué es lo que yo haré y qué trataré de hacer. Nunca he estado en una situación así.

P: Me refiero a qué es lo que sientes en el terreno.

R: El terreno está agitado, hay llamas encendidas. Pero no podría decir a qué nivel se podría llegar. No podría asegurarte a qué se podría llegar porque nunca hemos estado en una situación así. No sé cómo reaccionará la gente, porque aquí no hay robots. Oro porque logremos detener este plan, sea como sea, pero también

porque en el esfuerzo por hacerlo, no haya violencia. Trato de hacerlo, como político, como portavoz, pero no puedo asegurar nada.

 

P: Puedes sí asegurar cómo actuarías tú mismo. Si llega el momento, comprendes que esto no se detiene, ¿entonces subes a tu auto y te vas?

R: ¿Cómo? Bajo ningún concepto. Yo sigo viviendo en mi casa como siempre y quien quiera tendrá que llevarme, tirarme al camión , con todos mis hijos y hacerme las valijas, porque yo solo no me muevo.

P: ¿No te parece que con eso estás agregando un trauma a los niños? Tengo entendido que tienes cuatro, la menor una bebita.

R: Así es. La menor tiene siete meses. No estoy de acuerdo con tu planteamiento. Los niños son suficientemente inteligentes para comprender. Además, les explicaremos todo lo necesario. De todos modos, quien les agrega traumas es el Primer Ministro. Con la ayuda de Dios, este plan no será implementado y no les

agregaremos ningún trauma. Sea como sea, dentro de 20, 30 ó 50 años, después de haber visto ya que lo que sucedió a raíz del acuerdo de Oslo fue sólo un prólogo de las olas de tsunami del terrorismo árabe que sean resultado de este plan, yo podré decir a mis hijos que papá intentó con todas sus fuerzas impedirlo.

P: Ustedes, los residentes de Gush Katif, ¿no pensaron en algún momento que quizás ustedes están equivocados? ¿Quizás Sharon tiene razón y ustedes son los que cometen un error? ¿Quizás este plan puede mejorar la situación?

R: No hay ni uno que diga así, fuera de Sharon y quienes le acompañan, que tienen intereses claros. Si uno habla con los oficiales del ejército, sin publicarlo, fuera de los micrófonos, ninguno lo dice. Si Sharon realmente piensa que nosotros estamos equivocados, preguntémosle al pueblo. El hecho que Sharon está robando a la democracia y da la espalda a quienes le votaron, es un tema digno de ser investigado en academias de Ciencias políticas en el mundo todo. Pero no es nuestro problema. Nosotros estamos convencidos de nuestra razón y de que en las últimas elecciones nosotros, nuestras ideas, fueron las que ganaron. Nada cambió en el terreno, sólo el hecho que desde entonces surgieron investigaciones policiales en su contra. Yo quiero que me explique cómo el arrancar poblados judíos de su tierra ayudará a ganarle al terrorismo. Yo no lo puedo entender.

P: ¿Qué opinión te merecen aquellos que aceptan irse, que hablan sí de no luchar contra la retirada? ¿Qué te parece el acuerdo al que llegó el asentamiento de Peat Sadé, de trasladarse en grupo, todos juntos, al moshav Mavkiim, si se cumple la retirada?

R: No tengo nada contra ellos. Deseo a cada uno la mayor suerte y aplaudo la fuerza y entereza emocionales de todos los que viven aquí, bajo 5.000 morteros, explosivos e innumerables casos de disparos en los caminos y numerosos atentados. No conozco mucha gente que aguantaría tanto. Entiendo sus motivaciones. Creo que es un error táctico contactarse con las autoridades sobre este tema porque creo que lo que ellas quieren es doblegarnos, pero les deseo lo mejor. La gente de Peat Sadé ya anunció que seguirá luchando y que ven ese acuerdo como seguro de vida .Y mientras eso sea así, los abrazo y deseo que todos puedan luchar como ellos. Y dado que dijeron que seguirán luchando hasta la victoria, estoy seguro de que los veremos aquí con nosotros por siempre.

Ana Jerozolimski - Neve Dkalim, Gush Katif
Semanario Hebreo

Enero de 2005

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