Bejarano, especializada en el tema de Cuba y su relación con los judíos, es catedrática en el Departamento de Estudios Españoles y Latinoamericanos de la Universidad Hebrea de Jerusalén y el Instituto de Judaísmo Contemporáneo
A raíz de la renuncia de Fidel Castro, pedimos su opinión sobre la relación entre Cuba e Israel. Por razones de espacio, dejamos para el próximo número la parte referente al trato a los judíos en la isla.
P: ¿Cuál fue el primer pensamiento que le pasó por la cabeza cuando oyó que Fidel había renunciado?
R: No sentí que hay algo tan dramático como se da a entender. Creo que lo dramático fue el 31 de julio del 2006 cuando anunció que deja en la práctica el gobierno. Ahora creo que es algo más formal y que es la continuación del proceso gradual de cambio.
P: Cuba rompió sus relaciones con Israel en 1973, habiendo resistido en 1967 la presión de la Unión Soviética y sus satélites de hacerlo ya entonces. La relación de Fidel Castro con Israel siempre tuvo cierta dualidad ¿verdad?
R: Exactamente. El grupo revolucionario de Castro y sus más allegados, simpatizaban mucho con Israel al principio y las relaciones , en sus primeros años, eran bastante buenas. Es interesante mencionar a quien fue el primer embajador de Cuba en Israel, Ricardo Subirana y Lobo, un judío alemán que ayudó mucho a Castro cuando se hallaba en exilio en México. Su nombre original era Richard Wolf (de ahí viene Lobo).Luego de la revolución Castro estaba dispuesto a darle cualquier puesto económico, pero él, en base a su visión sionista, pidió ser el primer Embajador de Cuba en Israel.
P: Al principio mismo de las relaciones...
R: Claro, si no 1959, pues 1960. El Embajador financiaba de su propio bolsillo no sólo el funcionamiento de la embajada en Israel sino que enviaba expertos agrícolas de distintos kibutzim a Cuba. La ayuda israelí a Cuba en esa época se concretó en esa época gracias a él. Tenía relaciones muy cercanas con Fidel y si surgía algún problema, hablaba directamente con él y lograba solucionar muchas cosas.
A nivel humano las relaciones eran muy buenas. Además, había una simpatía básica. Israel era socialista. Pero luego , con el tiempo se fueron estrechando los lazos entre Cuba y la URSS. Castro quiso luego ser líder en el bloque de los no alineados. De a poco, las relaciones con Israel eran cada vez menos apropiadas al marco internacional en el que Castro se manejaba.
P: Pero no es que al principio todo era ideal..
R: No, era a fuego lento. De entrada Cuba trató de no destacar demasiado sus relaciones con Israel pero de fondo había una gran simpatía.
P: ¿Por qué? ¿Por los kibutzim?
R: Los kibutzim eran un modelo muy interesante para Cuba, sin duda. No establecieron algo así allá, pero se veía como algo, sin duda, muy
positiva. Pero además había algo general, la imagen de un país pequeño, rodeado de enemigos, con régimen socialista..todo parecía pegar muy bien. Castro simpatizaba políticamente con el Israel de entonces.
P: Cuando comenzó una etapa diferente y las relaciones ya fueron cada vez más hostiles ¿se puede hablar de un cambio absoluto en Fidel o daba a entender que no tenía más remedio, en términos políticos?
R: Yo creo que no se puede hablar de un cambio absoluto porque Castro es una persona muy pragmática, que actúa, en mi opinión, en base a intereses políticos y consideraciones personales, no sólo de acuerdo a ideología. Hasta 1967 las relaciones eran sin duda muy correctas, pero desde entonces hasta 1973 el empeoramiento fue muy grande. Documentos de la Cancillería israelí dejan en claro que se sentía eso sin duda alguna. El embajador Subirana y Lobo trató de influir, pero ya las cosas no funcionaban tanto. Recordemos que en 1967, Cuba no rompió relaciones con Israel, entre otras cosas, porque tenía interés en adoptar una actitud independiente en relación a Moscú. Al final, por presión más que nada de Libia, decidió sí cortarlas en forma unilateral y bastante repentina.
P: Estamos hablando de 1973..
R: Así es. Pero no a raíz de la guerra de Iom Kipur, sino antes. En septiembre hubo una reunión de los Países no Alineados y ahí anunció. Al parecer quería recibir algún puesto en la cumbre ...Estaba muy presionado y cortó relaciones .
P: Años después Israel adoptó la posición de Estados Unidos en cuanto al embargo a Cuba. Pero antes ¿hubo intentos de reacercamiento?
R: Hubo distintas etapas. Entre 1973- 1989 ó 1990, no hubo ninguna relación, salvo la que mantenía el partido Comunista de Israel. Pero al caer el bloque soviético, cuando Cuba empezó a abrirse en cierto sentido al mundo, hubo también cierta apertura a la posibilidad de cambiar la política anti israelí de Cuba. Fue entonces que también yo llegué a Cuba por primera vez.
P: ¿Desde cuándo se dedicaba usted a estudiar el tema de Cuba, especialmente de los judíos en la isla?
R: Comencé mi doctorado en 1984, pero no habría osado viajar a Cuba con mi pasaporte israelí, hasta que cerca de 1990, me dieron a entender que había una actitud algo diferente .Ellos cambiaron algo. Por un lado, hubo intentos de ver qué pasaba, de los dos lados, pero para Israel estaba de fondo la posición norteamericana a la que no se quería enfrentar abiertamente. Y hasta ahora Israel vota en la ONU siempre a favor del embargo a Cuba. Pero recordemos que del otro lado también había serios problemas. Ya antes del rompimiento de relaciones, de hecho desde 1967 o antes, escribían sobre Israel cosas terribles en Cuba. La posición era sumamente anti-israelí.
P: Pero esa era la posición oficial...la sensación en la calle era diferente ¿no es así?
R: Sin duda. En la calle, hay mucha simpatía hacia Israel. No hice una encuesta al respecto, pero lo sentí. Estuve allí por última vez en el 2004 y la sensación fue clara. Uno habla con la gente y todos comentan que quisieran visitar Israel y conocer.
P: ¿Cómo explica estos dos niveles?
R: Mira, por un lado, recordemos que los cubanos son sumamente simpáticos, gente agradable. Existe además el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos, que funciona en cooperación con la Cancillería cubana. La idea que esto refleja es que aclaran que relaciones entre pueblos, es otra cosa. El hecho es que Cuba nunca habló contra la existencia del Estado de Israel ni en favor de su destrucción sino que criticaba ferozmente, pero a otro nivel. Pero creo que hay un cambio para mal a raíz de la relación con Chávez, que influye también en el contacto con Irán.
P: ¿Y ahora cree que cambiará algo?
R: No estoy segura, para nada. Creo que lo que determinará lo que suceda será la situación con Estados Unidos. Si Raúl Castro decide cambiar la política respecto a Estados Unidos, eso influirá también sobre el contacto con
Israel. Lo que puedo asegurar desde ahora es que si hay relaciones entre Cuba e Israel, habrá mucha gente en ambos lados que estará muy feliz. Creo que también en el Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel. Hay una simpatía básica de fondo. Ahora, hace años, hay mucho turismo. Varios miles de israelíes han entrado de visita, con pasaporte israelí. Cuando yo fui por primera vez en 1990, me llevó un mes recibir visa, a través de España, todo un problema. Israelíes no viajaban a Cuba. Ahora, se recibe la visa de inmediato en una agencia de viajes.
P: Todo esto suena realmente como una relación compleja pero con potencial..
R: Mira, también hay que aclarar que cuando la gente vive durante tanto tiempo bajo un régimen totalitario, uno nunca puede estar plenamente seguro de lo que piensa y si realmente está diciendo la verdad. Pero es indudable que en Cuba lo hacen con tanta gracia que causa otra impresión...
P: Bueno, es América Latina...
R: Es verdad, hay una simpatía natural. Pero sí sentí interés auténtico en Israel. Cuando estuve en el 2004, me invitaron a dar un curso con participantes del exterior, sobre Documentación oral. Eso se enmarcó en un nuevo enfoque. Me explico: inmediatamente después de la revolución cubana, se hablaba de un solo grupo, de una Cuba uniforme, pero en los últimos años hay investigaciones abiertas sobre los distintos grupos que conforman la sociedad cubana, también sobre los judíos, aunque también sobre los españoles, chinos, japoneses, árabes, de todo un poco. Para eso organizaron pues el curso que recién mencioné. Pues los participantes me pedían todo el tiempo que un día dejemos de estudiar y que yo les cuente de Israel y de la historia judía, que eso les interesaba mucho más que el tema del curso. El último día en efecto así lo hice ,les di una lección de historia judía y el tema realmente los atraía mucho.
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