Con el maestro Roberto Montenegro en Israel Al partir de regreso a Uruguay como director invitado de la Orquesta Sinfónica de Jerusalén |
El Maestro Roberto Montenegro fue honrado con una invitación que le extendiera la Orquesta sinfónica de Jerusalem para dirigir uno de los conciertos festivos en Uruguay, en el marco de la gira que dicha orquesta inicia dentro de pocos días, con motivo del cincuentenario de la independencia de Israel. Montenegro estuvo la semana pasada en Jerusalem, ensayó con la orquesta- y presenciamos personalmente, en el Teatro Jerusalem, los efusivos aplausos que ganara de sus miembros, en una atmósfera de gran calidez y de aprecio y reconocimiento por su trabajo- y partía hoy de regreso a Uruguay, conjuntamente con la Sinfónica de Jerusalem. El primer concierto, a llevarse a cabo este lunes en el Victoria Plaza, será la bienvenida de la orquesta sinfónica de Jerusalem en el centenario de la Cámara de Industrias de Uruguay. El programa, actuando como Director Ierujam Scharovsky, estará compuesto por "Fanfarria para Israel" de Paul Ben -Haim, la Obertura de Nabucco de Verdi, "Flauta 3000" de Shlomo Gronich (compuesta por este músico israelí especialmente para los festejos de Jerusalem 3000") y la Sinfonía número 4 de Tchaikovsky. El solista será el flautista Noam Buchman. El segundo concierto, que tendrá lugar el martes en el Teatro Solís, será un saludo al Estado de Israel en su quincuagésimo aniversario. El programa, con Roberto Montenegro como Director, incluirá concierto para piano y orquesta número 5 de Beethoven y la sinfonía número 8 de Dvorak. El solista será Jean Louis Steuerman. Antes de partir la orquesta, con Roberto Montenegro, a Uruguay, tuvimos la oportunidad de conversar con el Maestro en Jerusalem. P: ¿Cómo surgió este proyecto de llevar la Sinfónica de Jerusalem a Uruguay y más aún, de que sea justamente un Director uruguayo quien la dirija al iniciar la gira por América Latina, precisamente en nuestro país? R: Esto surgió hace prácticamente un año, al recibir yo una invitación de la Orquesta Sinfónica de Jerusalem, para presentarme como uno de los Directores invitados en la gira que se iba a realizar este año con motivo de los 50 años de la fundación del Estado de Israel. Y se hizo posible que coincidiera que el primer concierto de esta gira será en Uruguay. Y es así que el próximo lunes comienzan las actuaciones. Estas son las sorpresas que llevan estas carreras, que justo se da el caso de que me invitan a dirigir la orquesta sin saber que yo era uruguayo y que por casualidad se da que el primer concierto es justamente en mi país. Yo estoy muy contento de que la gira comience en Uruguay y además puedo decir que serán todos conciertos memorables. Creo que es una de las grandes orquestas que pasan por nuestro país en los últimos años. Dicho sea de paso, en mi concierto tendré también un pianista de nivel mundial, de modo que todo amante de la buena música va a estar de parabienes. Y ni que hablar que toda la gente de la colectividad también por lo que va a significar la emoción de poder saludar al Estado de Israel en sus 50 años. P: ¿Qué sentimientos te inspira todo esto? Se entremezcla aquí lo profesional, con lo emocional, por las circunstancias especiales de estos conciertos.. R: Así es. Por un lado está la satisfacción profesional, musical, de poder dirigir una de las grandes orquestas a nivel mundial, como es la Sinfónica de Jerusalem, que realmente hace temblar a más de uno por el currículum que tiene detrás y los grandes nombres que continuamente se están parando en el podio o actuando como solistas. Por otro lado está el lazo afectivo, desde la primera vez que vine a Israel hace dos años y que realmente me ha dejado cautivado. Esta ciudad, toda la mística que tiene, cada vez que tiene me hace sentir realmente muy identificado. Y en este caso de la presentación con la orquesta sinfónica de Jerusalem, en el repertorio va a haber obras relacionadas con el Estado de Israel o con Jerusalem. Realmente, esto me produce mucha satisfacción. Yo diría que hay algo muy emocional para mi, desde el primer momento que vine, en mi relacionamiento con el Estado de Israel. Ya en la época en la que había sido Director artístico del SODRE había hecho un concierto cuando se conmemoraba el cuadragésimo cuarto aniversario de la independencia del Estado de Israel. Fue muy emotivo. Esa vez, por primera vez en mi vida, hice el Salmo de Paul ben Hayim, muy conocido, que por supuesto en Israel es uno de los grandes compositores. A partir de ese momento, he dirigido ese Salmo muchísimas veces, con variadas orquestas en Europa, América, por todos lados. Cada vez que he tenido oportunidad de incluirlo, lo he puesto en el repertorio. Después, cuando los 60 años de la fundación de la Orquesta Filarmónica de Israel, me invitaron y me cupo el honor de dirigir la Orquesta Internacional compartiendo el podio con el Maestro Zubin Mehta y con Aldo Ceccatto. Desde entonces los vínculos se han mantenido muy fuertes. El año pasado hice el concierto festivo del cuadragésimo noveno aniversario de la fundación del Estado de Israel en el acto oficial que se hizo en Argentina, en la ciudad de Santa Fe. También hice un concierto con tres obras de compositores de origen judío, aunque clásicos: el Salmo de Ben Hayim, una de las sinfonías de Mendelssohn y una sinfonía de Mahler. Y después se da como culminación de todo esto, algo de una vez en la vida, poder conmemorar el cincuentenario del Estado de Israel, haciendo una gira a Latinoamérica, una de las tres giras que la Orquesta Sinfónica va a hacer este año con motivo del aniversario en cuyo marco me cabe además el honor de poder dirigirla en mi país lo cual es de por sí muy emotivo. P: ¿Qué atmósfera sentiste esta vez en Jerusalem, en el año del cincuentenario? R: No te lo podría decir en esta oportunidad porque no he tenido oportunidad de pasear, pero la experiencia que tengo de la última vez que vine es que caminé toda Jerusalem sin ningún tipo de problemas. Espero también en estos días volver a hacerlo. Pude ver un poquito ahora por las festividades del día de Jerusalem pero andando en taxi, porque me vinieron a buscar de la Orquesta, pero veo siempre que uno se puede movilizar con mucha tranquilidad. Además, has hecho esta pregunta a un apasionado de Jerusalem, fanático de Jerusalem prácticamente, ya que cada vez me gusta más. P: ¿Qué diferencia hay entre lo que se espera cuando uno viene de afuera, no importa de dónde, habiendo leído sobre Israel en las noticias y lo que uno ve al estar acá? R: Son las cosas de los periodistas. He estado en muchos países con problemas, o que al menos la televisión te los presenta como tales, en los que prácticamente no se puede salir a la calle porque uno no sabe si va a llegar vivo. Aquí te cabe a ti la responsabilidad , por ese dicho que conocemos, según el cual "buenas noticias no son noticias". Se ve en los titulares que hay atentados, que es un problema en Israel. Yo no los veo. Pero no he visto la noticia, en primera plana, de que una Embajada cultural como es la Orquesta sinfónica de Jerusalem, va a comenzar una gira por los 50 años de Israel. Y vaya que es noticia eso! Porque son los diplomáticos o los agentes del espíritu de una nación. ¿Por qué eso no sale? P: Justamente hace unos días, al entregarse un premio en la casa del Presidente del Estado, al maestro Zubin Mehta, éste dijo que espera ansioso el día en que la única voz que se oiga en el exterior sea la del espíritu cultural de Israel, que a él tanto le dice. R: Es que tiene toda la razón del mundo. El año pasado la Filarmónica fue a Sudamérica. Estuvieron en Buenos Aires y yo tuve el inmenso honor y el placer de escuchar esos dos conciertos maravillosos que dieron. Recuerdo que uno de ellos fue en el Hipódromo de Maroñas, al mediodía, con 90.000 personas y no volaba una mosca. Al otro día, pude ver, en titular del diario, que la orquesta se había presentado con un éxito fantástico, con toda esa audiencia. ¿Pero por qué no es normal eso? Es verdad que las bombas son importantes, pero revuelven el estómago mientras que estas cosas, lindas para el espíritu, momentos de meditación ¿por qué no sale eso? Esto es importante. Es importante que está saliendo una delegación cultural, que es representante oficial del Estado de Israel, la única institución, si se quiere, que sale oficialmente con motivo de los 50 años del Estado, además de lo que significa técnicamente la orquesta, un instrumento maravilloso, que tu has podido escuchar. P: ¿Te parece que Israel, en lo cultural, llegó a una madurez propia de quien siente que el cincuentenario es una fecha tan grande? R: Es una pregunta difícil. Nadie va a poner en tela de juicio lo que significa Israel en la cultura universal. Es impresionante no sólo en estos 50 años sino en lo que venía de antes también. Creo que por lo menos en lo que respecta a mi campo, el musical, son pocos los países del mundo con la madurez que tiene el Estado de Israel. Tiene orquestas maravillosas, solistas maravillosos por todo el mundo y conocemos a Pinjas Tsuckerman, Zubin Mehta, Bronfman, Barenboim, toda gente de primerísimo nivel mundial. Hay otro tanto en la pintura, otro tanto en la literatura, otro tanto en la filosofía, o sea que se ha llegado a una madurez intelectual muy importante. Y el cincuentenario te lleva a palpar una cantidad de circunstancias que ojalá se puedan aprovechar en varios países del mundo. Sé que en muchos lados se están organizando exposiciones de pintura o cónclaves de literatura. Todo se junta y es importante. P: ¿Crees que un país que despierta admiración en lo cultura, necesariamente vive en la estructura de su pueblo, en su vida política, una estabilidad que hace posible lo primero o se puede hablar de dos mundos paralelos, de una situación en la que no necesariamente uno de esos mundos es imprescindible para que exista el otro? R: Creo que es así, que son dos mundos paralelos. La última vez que estuve aquí y que tuve la oportunidad de ir a uno de los conciertos, al acto central del sexagésimo aniversario de la Filarmónica de Israel, uno tenía allí ganas de quedarse, sintiendo pena de que hubiera terminado ese concierto. Prácticamente te hacía sentir que la política no tenía nada que ver, que no había ninguna manifestación extraordinaria que pudiera molestar o causar disturbios a eso que estabas viviendo en ese momento. Y el público también lo expresaba así a través del aplauso o a través de los abonos. O sea que son fenómenos muy culturales los que suceden así, independientemente de que esté o no la política de por medio. El arte va a continuar eternamente, hasta el último día de nuestra existencia. P: Muchas gracias y muchísimo éxito, en esta gira y en toda la continuación de tu camino. R: Igualmente y gracias a ti. |
Ana Jerozolimski
Semanario Hebreo
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