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P:
Hay, en el mundo judío, variados proyectos recordatorios de la Shoá, de
homenaje a sus víctimas, de repudio a los crímenes nazis. ¿Qué tendrá
de especial el proyecto Shoá y la muestra que están preparando en
Uruguay para abril y mayo del año próximo?
R:
Nuestro proyecto se llama “Shoá: Memoria y Legado” e incluye
diferentes actividades relacionadas con el tema.
La
actividad principal consiste en una Muestra en la sala de exposiciones del
Subte Municipal de la Plaza Fabini. y actividades complementarias que
tendrán lugar en forma paralela como un curso para docentes de historia
organizado conjuntamente con la Universidad ORT, un ciclo de charlas en el
que participarán invitados
de renombre internacional y un ciclo de cine en el que se presentarán
diferentes películas y documentales sobre la temática.
Nuestro
trabajo está dirigido hacia la sociedad uruguaya en general, y hacia los
jóvenes en particular, y pretende, a
través de una propuesta educativa, dinámica y
participativa, transmitir el legado que la Shoá
ha dejado para toda la humanidad.
Por
eso además de homenajear a las víctimas y repudiar a los victimarios
este
proyecto tiene como objetivo tender puentes de acercamiento entre
individuos y brindar herramientas para una profunda reflexión acerca de
la responsabilidad cívica y moral que nos toca a todos y cada uno de los
seres humanos, con el fin de construir una sociedad más pacífica y un
futuro más justo para todos.
P:
En los materiales introductorios al tema que he leído, se destaca que han
sido jóvenes de nuestra colectividad los que tomaron la iniciativa. ¿Por
qué? ¿Cuál es la motivación, más allá del hecho que la Shoa nos debe
importar e incumbir a todos como judíos?
R:
Exactamente, la iniciativa partió de Samuel Dresel, Patricia Catz y Uri
Lichtenstein. Creo
que lo que más movilizó a estos jóvenes es la necesidad de actuar. Todo
aquel que toma contacto con lo ocurrido durante la Shoá, siente esa
necesidad de acción.
El
no permanecer indiferentes es una de las grandes lecciones de esta
tragedia, y hoy, a comienzos del Siglo XXI, vivimos en un mundo
cada vez más distante de los eventos del período nazi, pero no por ello
más alejado de prejuicios, de violencia, de discriminación, de
intolerancia y de odio.
Estos
jóvenes entendieron que hay mucho para hacer, se remangaron y comenzaron
a trabajar.
Y
su entusiasmo fue y sigue siendo tal, que han logrado transmitir este
compromiso a toda la comunidad.
P:
¿Se puede hablar de un objetivo determinado más allá de hacer conocer
lo sucedido? Ustedes hablaban por ejemplo de lo relacionado a la Shoa como
parte del programa de estudios en el sistema de enseñanza nacional…
R:
Nosotros manejamos el concepto de que la Shoá es un crimen que
se extendió más allá de sus víctimas
directas para afectar a toda la humanidad y que las reflexiones sobre las
responsabilidades deben ir más allá que el mero repudio a la crueldad
nazi. Se
trata de un hecho que compromete a la esencia misma del ser humano y como
tal debe ser enseñado. Conocer el Holocausto
permite pensar acerca del uso y el abuso del poder y acerca del rol y las
responsabilidades que le caben a los individuos, a las organizaciones y a
las naciones al enfrentarse con políticas genocidas y con violaciones a
los derechos humanos.
P:
En el folleto que me han hecho llegar, en la contratapa, hay unas frases
muy fuertes de A. Novinsky, sobreviviente del holocausto, dirigidas a los
maestros, a los docentes, que transcribimos acá en forma destacada en
uno de los recuadros. Es realmente muy especial..
R:
Así es. Es una frase que nos impactó desde que la leímos y forma parte de ese legado universal que los sobrevivientes nos han transmitido. Si observamos el mundo que nos rodea podemos comprobar que la educación en valores y no sólo en conocimientos y aptitudes resulta ser una enorme necesidad.
La
cita representa el espíritu que envuelve a la Muestra y a todo el
proyecto.
El
tema educativo es central y la Shoá brinda un marco y un contexto para el
análisis de temáticas y valores que son esenciales en toda sociedad
democrática.
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