Los recuerdos de Eliezer Tsafrir, el último jefe de misión del “Mossad” en Irán antes de la Revolución Islámica |
Eliezer
(Geizi) Tsafrir (77) ríe cuando dice “soy siempre de los últimos”.Y
la referencia no es a los demorados de ningún tipo sino al hecho que
durante su servicio activo en las filas del Mossad, el Servicio Secreto
exterior de Israel, fue el último jefe de misión en dos sitios
“calientes” y considerados de gran importancia para el esfuerzo de
seguridad e Inteligencia de Israel. Fue
el último jefe del Mossad en Kurdistán, en cuyo marco ayudó durante
diez años a los kurdos en su lucha contra Irak, especialmente
contra el régimen de Saddam Hussein, y era también él quien
encabezaba la representación del Mossad en Irán cuando estalló la
revolución islámica y todos los israelíes tuvieron que dejar el país.
Además, fue “casi el último” jefe de misión del Mossad en Líbano,
luego del asesinato del Presidente Bashir Jumayiel.
En su “rincón libanés”, en una de las habitaciones de su
casa, nos muestra orgulloso un plato con el retrato de Jumayiel, que le
obsequió, según cuenta, su viuda. Muy
cerca tiene numerosas fotos de los
años en los que se sintió uno más entre los kurdos, recordando que le
llamaban “el hermano mayor Razi”, destacándose entre ellas una en la
que aparece de joven, con el típico turbante kurdo en la cabeza..y parece
uno más en el grupo. “Todos los oficiales israelíes que trabajaron con
los kurdos, salieron enamorados de ese pueblo”, sostiene con tono de
cierta nostalgia. Sobre
sus tres destinos tan singulares, ha escrito tres libros. Tsafrir,
nacido en Tiberíades, en el seno de una familia que generaciones antes,
del lado paterno, había llegado de Kurdistán, y del lado materno, de
Marruecos y España, domina el idioma árabe en varios de sus dialectos,
como si fuera su propia lengua. Lo estudió, explica, “en el terreno”,
caminando…no sólo en sus estudios universitarios. Hoy,
“Geizi” analiza lo que llama el “tsunami” en el mundo árabe e islámico,
sin demasiadas esperanzas, temiendo que el Islam radical tome las riendas
y eche por la borda toda esperanza de democracia. Pero justamente respecto
a Irán, donde él vio ante
sus propios ojos el avance de
la revolución islámica, cree que hay motivos para abrigar verdaderas
esperanzas. Esta
es su historia. P:
Eliezer, en tres libros de su autoría, usted resume un sinfín de
experiencias, sus tres destinos en Kurdistán, Irán y Líbano…Hoy, con
todo lo que está ocurriendo en la zona, creo que resulta de especial
interés recordar lo que vivió en Irán…. R:
Yo fui el último jefe del Mossad cuando estalló la revolución islámica
de Khomeiny. Mi libro sobre esa época se llama : “Satanás grande, Satanás
pequeño- Guerra y fuga en Irán”.Yo estuve a cargo del programa de
evacuación de todos los israelíes que se encontraban en Irán, que en
determinado momento llegamos a ser unos 1300. El personal de la embajada
era la minoría. La mayoría estaban a título privado. Había ingenieros,
agrónomos, contratistas de construcción, que ayudaban a desarrollar Irán.
Había muy buenas relaciones con el régimen del Shah. También desde un
punto de vista de seguridad ..Yo creo que podríamos decir que Irán era
el segundo país en importancia para Israel, después de Estados Unidos.
También había en el país una comunidad judía muy antigua de
unas 85.000 personas y era necesario hacer posible para que quien lo
quisiera, pudiera irse. Recordemos que la propaganda que hacía Khomeiny
de cara a la revolución islámica era muy fuerte , contra Israel y los
judíos. Durante
el último medio año antes
de la revolución islámica, logramos ir sacando gradualmente del país a
todos los 1300 israelíes que estaban en Irán, salvo los últimos 34 que
nos quedamos en las últimas semanas
y que de hecho nos estancamos, como suelo decir, cinco minutos
pasada la medianoche…Recién una semana después de la revolución
logramos salir, en un primer avión norteamericano de evacuación. |
Eliezer Tsafrir, en su casa, junto a recuerdos de sus misiones secretas fuera de fronteras. Por un lado, un plato con el retrato del entonces Presidente de Líbano Bashir Jumayiel, que recibió de su viuda después del asesinato. Abajo, el plato con el rostro de Mustafa Barazani, líder de los kurdos, a quien conoció personalmente al ayudarle durante años, en nombre de Israel, en su lucha contra el régimen de Saddam Hussein. "Todos los israelíes que conocieron a los kurdos, salieron enamorados de este pueblo", nos contó. | |
LA
REVOLUCIÓN Y LA FUGA. P:
¿Cómo explicaría el desarrollo del proceso histórico que fue dándose
ante vuestros propios ojos en Irán? R:
En Irán , el último año antes de la revolución islámica, fue muy difícil.
Vimos que todo iba deteriorándose, con huelgas y todo tipo de ataques. En
la propaganda, los islamistas acusaban a la CIA y al Mossad de ayudar al
Shah a reprimir y torturar a presos políticos en las cárceles iraníes. No era cierto, en absoluto, pero nadie iba a
creer un desmentido. No era sencillo andar por las calles, pero teníamos
que hacerlo. Teníamos que limpiar a tiempo la embajada de todo tipo de
documentos , dejar en la embajada sólo a algunos pocos de turno, pero
trabajar desde casa. También el día en que Khomeiny volvió a Teherán,
salimos a la calle a ver a
los millones que lo recibían. Llevábamos una foto de Khomeiny, para que
la gente crea que somos parte de todo eso. Cuatro
días antes de la revolución, me llamaron a una cita con el último
Primer Ministro del Shah, Shapur Bakhtiar. Fui a verlo y le dije que yo
estaba a cargo del programa de evacuación de todos los israelíes. Le pedí
que me diga cómo está la situación, qué está pasando y él me
respondió que está todo bien… pero que nosotros hagamos algo con
Khomeiny… P:
Les pidió que ustedes lo eliminen… R:
Exactamente. Respondimos que no somos los policías del mundo y que
ellos deben lidiar con ese problema, que es de ellos. Fijamos un encuentro
para cuatro días más tarde, un domingo, que fue el día de la revolución.
Nuestro encargado de seguridad fue a la embajada a cambiar a quien estaba
de turno y cientos de personas atacaron la embajada. Prendieron fuego a
una estación de policía y volvieron a la embajada empuñando hoces y
cosas similares. Yo tenía una cita con el jefe del SAVAK, el servicio
secreto del Shah, que en ese momento era más o menos el vice de dios. Bajé
al centro y me arrepentí de haberlo hecho porque en cada esquina había
revolucionarios islámicos con kalachnikovs, detrás de barricadas. En la
oficina del SAVAK había , afuera, islamistas con las armas, y adentro,
sacos de arena ya prontos… estaba claro por todos lados que la tormenta
estaba por estallar. Esperé al director del SAVAK durante media hora… y
me acerqué luego a uno de los secretarios, le pregunté si va a recibirme
o no, le dije que la situación está muy mal y tengo que saber qué pasa. El hombre me dijo que su jefe, que supuestamente era
quien debía ayudarnos a poder salir del país, estaba con depresión y no
podía ver a nadie. Mandó a su número dos, un General. Este entró
corriendo a la habitación, pálido como un papel, se me tiró encima y
me dijo. “Llévenme con ustedes”. O sea que ya estaba claro que
todas las cartas estaban sobre la mesa y que la situación era
irreversible… P:
La revolución islámica estaba estallando y ustedes no sabían cómo podrían
salir… R:
Así es. Fui a la casa del Embajador Yosef Harmelin y
al llegar vi que los dos guardias de la residencia se habían esfumado. El
peligro era inminente. Fijé una cita con el Primer Ministro Shapur
Bakhtiar. Lo llamé por teléfono, me contestó
su ayudante y me dijo. “¡Decenas de miles de
personas rodean el edificio!” y me cortó. A la media hora, oímos
el Comunicado número 1 de la Revolución Islámica. P:
Y ustedes todavía en Irán… R:
Eso mismo. Comprendimos que nos equivocamos, que nos estancamos fuera de
hora, en una situación sumamente peligrosa. El encargado de
seguridad de la embajada me dijo que había quedado adentro una
lista de los últimos 34 israelíes que estábamos en Irán, con sus
direcciones y teléfonos. Dado que la lista cayó en manos de la revolución
, al caer la Embajada, avisamos a todos abandonar sus casas y resguardarse
en sitios seguros que habíamos preparado con anticipación. Durante una
semana entera estuvimos en esas casas sin sacar la nariz para afuera. Sólo una vez tuve que salir
para participar en una
consulta especial en la que me pidieron si nosotros podemos dar una
recorrida por el desierto al este de Teherán
y estudiar la posibilidad de aterrizaje y rescate
“azul y blanco”, o sea nuestro. Pero
llegué a la conclusión que lo que debíamos hacer era buscar vías de
comunicación con la parte cuerda de la revolución . P:
El sector no fundamentalista islámico… R:
Así es. Recordemos que al principio, había una parte de la revolución
contra el Shah, que era considerada más cuerda, más equilibrada, en cuyo
marco Khomeiny había hecho algún nombramiento de figuras de la sociedad
local, como Mahdi Bazargan para Primer Ministro..había ahí abogados,
gente que sabía qué significa Derecho internacional, diplomacia.. Y
estaba por otro lado la parte que yo llamo no cuerda de la revolución,
encabezada por un Tribunal Revolucionario Islámico cuyo jefe era el
Ayatollah Jaljalí. Esa gente primero disparaba
y luego preguntaba. P:
Es sabido que al principio, Khomeiny utilizó inclusive a la izquierda.. y
luego eliminó a todos.. R:
Por supuesto. Todos pensaban que podrían usarlo a él y luego sacarlo de
en medio pero
fue él quien movió a todos los demás. El hecho es que yo logré
entablar contacto con quien en ese momento era considerado número dos de
la revolución . Alguien mediaba entre él y nosotros y le dijo: “hay
aquí un grupo de diplomáticos israelíes, que son huéspedes en nuestro
país”. Y él dijo: “que me llamen”. Me
contacté con él justamente cuando de la central del Mossad en Israel me
habían indicado buscar refugio en la embajada de Estados Unidos en Teherán.
Pues llamé a ese hombre, el de la revolución, me atendió su secretaria
y me dijo que se había ido a la embajada de Estados Unidos que había
sido conquistada por revolucionarios. Esa no fue la ocupación de la
embajada que todos recordamos, que duró más de 400 días, con la toma de
los rehenes, sino algo que duró dos días.. Pero poco a poco veía que
todas nuestras cartas se iban perdiendo. Logré hablar con él al día
siguiente y le dije que somos
un grupo de diplomáticos israelíes, que si ellos quieren que sigamos en
el país, podemos continuar trabajando (aunque esa no era mi intención),
y que espero que él me indique qué es lo que desean. Me respondió que
tiene que consultar, que lo llame al día siguiente. Asi lo hice y cuando
me atendió me dijo : “Se tienen que ir”.Le pedí que avisen a la
embajada de Estados Unidos, que están de acuerdo en que seamos evacuados
junto con ellos, cuando se abra el aeropuerto. P:
Y usted no tenía más remedio que confiar en él… algo que me imagino no
habrá sido fácil… R:
Es verdad. En el día clave, este hombre me derivó a alguien del
ministerio de Exteriores que me indicó que a determinada hora, todos los
israelíes se presenten en el hotel Hilton, que se había convertido en el centro de evacuación de los norteamericanos, cada
uno con solamente una valija. Pero al llegar allí las cosas no estaban
tan ordenadas.. no estaba claro si nos esperaban o no. Las Guardias Revolucionarias ya estaban allí, revisaban a
todos… era todo muy inseguro. Unas horas después de llegar allí,
tuvimos que subir a un ómnibus en
el que nos llevaban al aeropuerto… pero pensaba que quizás el destino
era el Tribunal de la Revolución… El que montaba guardia junto al autobús
era un niño de 13-14 años, que llevaba
un arma bastante grande, y que resultó se había entrenado en un
campamento de Al Fatah en Líbano.. O sea que la situación no era nada
sencilla… Era todo muy tenso. Mi orden era ser el último en subir al avión,
como comandante de todo el operativo. |
Tiempos de lucha..Junto a combatientes kurdos. Tsafrir, más joven, a la derecha, como uno más de ellos...Su libro sobre aquellos años, se llama "Ana Kurdi", o sea "Yo soy kurdo". |
ENTRE
DOS DICTADURAS P:
En aquel momento ¿estaba claro que las cosas no iban en buena dirección,
que no se estaba tirando abajo a la dictadura del Shah por algo mejor,
sino por otro tipo de dictadura, que luego terminó siendo peor todavía? R: A mi modo de ver, estaba clarísimo desde un principio. Se veía que la
dirección era negativa. Cada vez era más claro que toda la incitación de
Khomeiny no era sólo contra el Shah y el SAVAK sino también contra los
judíos en general, contra Israel y Estados Unidos… P:
Israel tenía buena relación con el régimen del Shah, que todos sabemos
era un duro dictador ¿Cómo puede usted explicar por qué Israel tenía
que mantener ese vínculo con uno de sus vecinos no inmediatos
tan importante como Irán del Shah, inclusive sabiendo que él
estaba lejos de ser un gran demócrata? R:
Israel ha vivido muchos años en situación de guerra, de profundo
conflicto con el mundo árabe y en cierta medida con el mundo islámico.
La sensación siempre fue que si ese conflicto no es eterno, pues será sí
por muchísimos años. Con eso de fondo, sintiéndonos aislados, tuvimos
necesidad de buscar amigos donde podíamos encontrarlos. Así fue desde
los tiempos de Ben Gurion, que hizo un pacto de minorías en la
periferia..todo aquel que es
enemigo de mi enemigo, es mi amigo.. No tuvimos el lujo de buscar sólo
amigos democráticos. En realidad, hoy nadie determina amistades únicamente
según la consideración moral pura. Surgió la posibilidad de un pacto secreto estratégico tanto con
Irán como con Turquía. El régimen del Shah, aunque es musulmán, no es
árabe.. y su población es chiita. Tenía muchas tensiones con el mundo árabe.
Turquía por su parte, aunque su población musulmana es sunita, igual que
la mayoría del mundo árabe, tiene muchas quejas contra el mundo árabe,
que considera traicionó al Imperio Otomano
y al Califato en su momento. Todo
esto hizo que lleguemos a la posibilidad de un pacto común con estos países,
basado en elementos como mutuas consultas, intercambio de información
sobre objetivos comunes. P:
¿Y esto no equivale a decir, por ejemplo, que Israel apoyó la represión
del Shah? R:
¡Por supuesto que no! Bajo ningún concepto, nunca intervenimos en nada
de eso. Es más: en este tipo
de regímenes dictatoriales, incluso cuando uno está en contacto por
ejemplo con Generales del Servicio Secreto, en relación a temas comunes,
también tiene que cuidarse muchísimo para que nada parezca como intervención en sus temas
internos. También en lo referente a la situación de los propios judíos
iraníes, porque eso es considerado un tema interno iraní. Y respecto a
Turquía, algo similar, que queda reflejado en lo que me dijo una vez una
importante personalidad turca: “En el patio del Sultán, ladran sólo
perros turcos”, o sea, cuidado , no intervengan en lo que no les atañe.
P:
Es problemático todo este tema de los aliados no democráticos pero
Israel evidentemente no fue el único país que tuvo relaciones cercanas
con países de ese tipo, aunque el caso de Israel tiene de fondo la
explicación del profundo aislamiento regional…Y de todo esto se habló
mucho también ahora, cuando cayó el Presidente de Egipto Husni Mubarak
… R: Con esto me recuerdas otra cosa. Yo fui testigo de cómo Jimmy
Carter, entonces Presidente de Estados Unidos, traicionó al Shah de
Persia, que había sido columna vertebral de la política norteamericana
en Oriente Medio. Le hizo perder toda su seguridad y así la oposición
islámica comprendió que Estados Unidos ya no apoyaba al Shah, lo cual le
ayudó a dar un paso más hacia adelante en el avance de la revolución
islámica. Carter tuvo un rol clave en todo eso. De la misma forma, en las
últimas semanas, vimos cómo el Presidente Barack Obama traicionó
a Mubarak, que había sido su aliado, también columna vertebral de
la política norteamericana y del mundo libre en la región, así como de
la política en pro de la paz en la zona. P:
Obama lo planteó en términos de
“ideales”…del apoyo a la democracia.. R:
Quiero aclarar este punto. No critico esa actitud
porque esté contra la democracia, en absoluto. Toda persona
ilustrada debe aspirar a vivir en democracia y a que también los demás
puedan hacerlo. Pero hay que saber hallar el camino apropiado para hacerlo,
sin traicionar a aliados y amigos, sabiendo además que la democracia en
Oriente Medio no es un producto tan común y pronto para usar. Hay un
dicho conocido, que usa a menudo el Director de la televisora “Al
Arabiya”, patrocinada por Arabia Saudita, que es especialmente tajante:
“El Islam y la democracia no se encontrarán”. Así de duro. Yo digo
que si caen del cielo elecciones democráticas y libres para el mundo árabe
e islámico, el ganador será el Islam fundamentalista. Y ese día,
termina la democracia. LUCHA
POR LA DEMOCRACIA P:
Pero esto no quita el hecho que lo que está pasando en el mundo árabe,
es un auténtico clamor por mayor libertad
y democracia… R:
Es indudable. Esto es un llamado auténtico de jóvenes en el mundo árabe
e islámico , cansados de dictaduras y de la situación socio-económica
en la que se hallan. Pero al mismo tiempo hay que decir que al final,
parece que este movimiento , quizás ingenuamente, abrirá el camino, sin
quererlo, a los fundamentalistas islámicos. Una verdadera democracia en
Oriente Medio, me parece imposible. Donde las cosas pueden ser diferentes,
es en Irán… P:
¿Por qué lo dice? ¿Hay algo de lo que está pasando hoy en Irán que le
recuerda lo que usted vivió allí hace 30 años? R:
Si, las grandes cantidades de manifestantes en las calles. Es un
movimiento auténtico de jóvenes en el mundo árabe en general. Pero en Irán
creo que se puede hablar de
mayores razones para sentir optimismo, porque contra lo que se está
protestando allí es precisamente contra el extremo islamista duro. Ahí,
cualquier cambio puede ser sólo para bien. No puede ser peor. Y sabemos
que quieren el cambio más
del 80% del pueblo iraní, jóvenes que nacieron después de la revolución
islámica, mujeres que quieren poder vestir jeans y pintarse los labios,
quieren poder usar internet y vivir con libertad. En los últimos diez años
hemos visto en ciertos
tiempos más que nada manifestaciones de estudiantes, en los campus
universitarios. Eso no es suficiente para que haya una revolución. Pero
desde las últimas elecciones, algo cambió y salen cientos de miles a las
calles, no sólo los estudiantes, llenan las calles y gritan “¡Muerte a
la dictadura!”. P:
Sabiendo que corren peligro de muerte con ello.. R:
Por supuesto. El hecho que son ya cientos de miles los que están
dispuestos a arriesgarse, a morir o resultar heridos, vaticina que en algún
momento llegará el cambio, aunque no se sepa cuándo. Creo que ese
momento está más cercano que lo que yo pensaba hasta hace unos meses,
porque creo que el tsunami que envuelve
al mundo árabe, influirá también en eso… LA
NECESIDAD DE INFORMACIÓN, EL AGENTE Y EL ROL DEL MOSSAD P:
¿Usted estima que desde que usted se fue, al estallar la revolución islámica,
volvieron agentes israelíes a Irán? ¿Cree que hoy hay agentes del
Mossad en Irán? R:
La pregunta me parece
ingenua… Estado de Israel debe tener información de todos aquellos
sitios sobre los cuales es clave que la tenga… Estaría yo muy triste si
pensara que Israel no tiene agentes en Irán… Está claro… Pero
aclaremos: un buen servicio de Inteligencia debe lograr reclutar agentes
en el lugar sobre el que se necesita información y también debe poder
introducir allí a sus agentes.. No importa cuál es la nacionalidad… no
quiere decir que deben ser necesariamente israelíes… el tema es que sean
agentes nuestros. P:
Lo pregunto porque después que usted tuvo que irse…. la necesidad de
información cambió, al terminarse la alianza con el Irán de entonces..
y
de hecho quizás la necesidad aumentó más todavía… R:
Cuando estábamos allí, no necesitábamos agentes como ahora, adentro..
No
recogemos información de inteligencia sobre países amigos… Y eso fue
justamente parte del problema, cuando fue deteriorándose la situación
por la revolución islámica, ya que me di cuenta de que la situación iba
cambiando, que el país se daba vuelta, y nosotros no teníamos
información de Inteligencia… P:
¿No cree que hay que estar un poco loco para ser agente israelí en el Irán
de la Revolución islámica? Algo me dice que sentir el gusto por la
adrenalina que corre, no es suficiente… R:
Ser un agente y también reclutar y activar a los agentes, no es un trabajo
en la Histadrut, en una oficina, sino un trabajo con muchos riesgos. Pero
claro está que nadie llega allí como israelí.. Hay varios pasos a dar,
varias historias de cobertura que expliquen con lógica por qué tal o
cual llegó al país, qué hace allí, por qué está… Pero eso lo hacen
todos los servicios de inteligencia del mundo. Hay que reclutar agentes
locales, introducir agentes… todos lo hacen… además por supuesto de
usar los instrumentos electrónicos que ayudan al espionaje… P:
¿Qué debe tener una persona para ser apropiada para estas situaciones? R:
Hay cualidades básicas que todo servicio de inteligencia del mundo buscará
en su gente: integridad, dedicación y entrega a la meta, capacidad de
actuación y valentía, pero no valentía exagerada que equivalga a
estupidez de quien se da la cabeza contra la pared una y otra vez, sin
pensar… P:
¿Tuvo miedo alguna vez? ¿Sintió en algún momento “me muero, de esta
no salgo”? R:
Por supuesto. Muchas veces. Pero el “miedo” es algo relativo. Hay quien
tiene miedo casi clínicamente, gente que por miedo no logra hacer nada y
no va a llegar a nada en la vida. La mayor parte de la gente tiene
miedo… y todos tenemos un sistema natural de alerta ante situaciones que
pueden provocar miedo. En el mundo de la Inteligencia y el Servicio Secreto, no existe no tener miedo. Se necesita un carácter muy determinado y una
instrucción apropiada, para saber cómo controlar los miedos y seguir
adelante con la actividad que uno tiene que hacer a fin de no exponerse.
Quien tiene miedo no sólo corre peligro por la situación misma en la que
se encuentra sino que por el miedo puede comportarse de una forma que lo
exponga y así lo haga correr más riesgo. P:
¿Será correcto decir que Israel, por su situación especial en la región
en la que vive, necesita más que otros un buen aparato de Inteligencia? R:
Sin duda. Tienes toda la razón. Para Israel, el tema, si no es
existencial, se acerca a ello. Cuando hay tantas amenazas
alrededor, un buen servicio de Inteligencia es una condición para evitar
muchos problemas y hasta diría que ahorra guerras. P:
Eliezer ¿considera que la aureola de prestigio que acompaña al Mossad es
justificada? R:
Si, creo que sí. Se considera en general, entre los servicios de
Inteligencia, que el Mossad logra hacer cosas imposibles. Claro que hay que
ser cauteloso porque también comete errores. Pero sólo quien no hace
nada, no se equivoca. Hay otros servicios de inteligencia con no menos
capacidad que la del Mossad, pero claro está que para nosotros es muy
importante que nuestro sistema de Inteligencia sea sumamente capaz y esté
siempre listo . P:
¿Hubo operativos en los que usted haya participado o que simplemente
fueron realizados por el Mossad, que al recibirse la orden de llevarlos a
cabo usted cree que los propios agentes deben haber pensado “esto es
imposible”? R:
Lo primero que me viene a la cabeza fue
el rescate de los rehenes llevados por terroristas en el avión de Air
France secuestrado a Entebbe. Lo llevó a cabo Tzahal, las Fuerzas de
Defensa de Israel, pero en
gran medida el operativo estaba basado en información de Inteligencia. ¿Qué
otro servicio de Inteligencia habría emprendido un operativo de ese tipo?
P:
Fue algo glorioso, impresionante… el 4 de julio de 1976. R:
Así es. Yo siento un vínculo especial con todo aquello. Los
secuestradores dieron una lista de 50 presos cuya liberación exigían a
cambio de los rehenes. Los primeros cinco
eran tres palestinos y una pareja de alemanes, que medio año antes
habían intentado derribar un
avión de El Al en Nairobi, Kenya. Yo fui uno de los que los capturó.
Pero no sólo eso: los
capturamos diez minutos antes del momento en que pensaban disparar hacia
el avión. Y en ese avión, viajaba mi sobrina, que había salido de
Johannesburgo y venía a Israel a completar sus estudios secundarios. La
realidad, en general, supera la ficción. P:
“Geizi”, para terminar… una pregunta más sobre algo que ya
mencionamos… pero desde otro ángulo. Antes le pregunté qué se necesita
para ser un buen agente secreto ….Se me ocurre que para serlo en esta
zona, como israelí, más allá del deseo de aportar a la seguridad y de
la ideología que probablemente lo acompaña,
también tiene que sentir una atracción especial por la cultura
del entorno en el que trabaja, que es justamente el del “enemigo”, lo
árabe, lo islámico… R: Te lo contestaré directamente. La cultura árabe y la cultura islámica, el idioma árabe, son tan ricos, que pienso que si se entregaran a sus valores culturales, el mundo sería diferente. Yo cito continuamente proverbios árabes maravillosos, cada uno de los cuales guarda una enseñanza especial. Es una pena que el mundo islámico no se entrega a esos valores sino que en lugar de ello adopta tonos extremistas, que lamentablemente creo que nos darán problemas por mucho tiempo más. El problema es que aunque la enorme mayoría de los 1300 millones de musulmanes del mundo es gente de bien, que lo que desea es mantener a sus familias, trabajar y vivir con derechos, son llevados por la nariz por una minoría radical que no creo que tenga más de 100.000 locos en total, todos estos de Al Qaeda y otros grupos extremistas.. Ahí están Hizbala. Hamas, Jihad Islámico, los chiitas radicales de Irán…que logran sacar millones a las calles… |
Ana
Jerozolimski
Semanario Hebreo
Nº 2471 - Año L
Jueves 17 de Marzo de 2011
11 de Adar II de 5771
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