Las dos vidas de la escritora iraní Marina Nemat |
Es
increíble que Marina Nemat todavía sonría, que su voz tenga tal
combinación de suavidad y firmeza, que ría abiertamente como si no
tuviera dolores que recordar….Los tiene, están presentes…y tras
veinte años de intentar lidiar con ellos
con un mecanismo de negación por el que no hablaba ni contaba
nada, decidió cambiar de rumbo. Comenzó a hablar…o mejor dicho, a
escribir. Marina,
nacida en el seno de una familia cristiana de
Teherán, fue detenida
a los 16 años de edad, el 15 de enero de 1982, por las Guardias
Revolucionarias de Irán. La llevaron a la
infame prisión de Evin, infierno sobre la tierra, la más temida de Teherán.
Estuvo allí dos años. A los seis meses
de llegar al lugar, su torturador le propuso casarse con él ,
aclarando que de lo contrario, sus padres y novio serían detenidos.
Marina aceptó . Tiempo después, su “esposo” fue asesinado y su
familia logró sacarla de prisión, dos años después de su detención. En
1991, logró llegar a Canadá. Junto con Andre, su otrora novio al que
conoció en la Iglesia de Teherán que le servía de escape y que se
convirtió luego en su esposo, empezó una nueva vida. Tiene dos hijos, de
18 y 21 años…Y también tiene, así lo siente, la obligación de
contar. Este es un resumen de la extensa entrevista que nos concedió durante tres horas, en Jerusalem, donde tuvimos la oportunidad de conocerla al haber sido invitada a la Feria Internacional del Libro en Israel. Marina Nemat ha escrito por ahora dos libros: “La prisionera de Teherán” y “Después de Teherán: Mi nueva vida”. |
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El segundo libro de Marina Nemat tal acaba de ser publicado en hebreo: |
P:
Marina…admito que no sé por dónde empezar….¿Cómo se resume lo que
usted ha vivido? R:
Es difícil resumir cualquier vida..no solamente la mía. Yo era
una niña de 13 años cuando estalló la revolución islámica. Hasta ese momento,
mi vida era la de una niña promedio en una sociedad muy occidentalizada,
recibiendo buena educación, con miras a estudios en la Universidad,
sabiendo que en principio podría convertirme en lo que quisiera. Mi padre
enseñaba danza. Mi madre era peluquera…Yo estaba enamorada de la
literatura, que era una parte
importantísima de mi vida. Además, por cierto, de mis amigos. Teniamos
un chalet de verano en el que pasábamos hermosas vacaciones, yo vivía
divirtiéndome con mis amigos, bailando, yendo a la playa de bikini,
escuchando música, enamorándome…siendo joven. Y entonces… llegó la
revolución. P:
Y dado que vivía en el centro mismo de Teherán, la vio desde la
ventana… R:
Exactamente. Era como si ahora, en El Cairo, hubiera vivido frente a la
plaza Tahrir… Pues empezó la revolución, la gente quería libertad y
democracia… y yo, a esa edad, ni sabía qué significaba eso. Ni tenía
idea quién era el Ayatollah Khomeiny.. Sí sabía quiénes eran los Bee
Gees y quién era Gene Austin… Uno miraba la calle y se captaba mucha
energía, mucho entusiasmo. La gente quería una vida mejor. P:
Y al principio casi pensaban que eso se lograría… R:
Así es…El Shah dejó el país
y volvió Khomeiny, que había estado exilado en Francia y en Irak. Y se
declaró la instauración de una República islámica. La vida cambió
pero aún no estaba claro en qué dirección iría el cambio. Varios
grupos políticos se habían sumado a la revolución: los liberales, los
marxistas…muchos se juntaron. En el gobierno creado por la revolución,
había discusiones, intercambios de ideas, salían nuevos periódicos y
eran publicados nuevos libros. P:
Como usted describe en el libro…que parece que al principio dejaban
hablar a todos, para identificar a “los enemigos”. R:
Justamente! Al principio parecía bueno porque se expresaban nuevas ideas.
También en la escuela..yo era muy chica, pero los alumnos mayores debatían
sobre nuevas ideas, leían a Marx y Lenin.,..desde el 2º de liceo nos
parecía fascinante escuchar a los mayores…Pero luego, todo se volvió
caótico… P:
Y la Iglesia se convirtió en su refugio.. R:
Así es. Mi Era un lugar al
que yo podía ir y sentir que todo era previsible, sin tener que
preocuparme por comprender nuevas ideologías complicadas, sino sentirme
vinculada con el pasado, con lo viejo…con mi abuela a la que tanto quería,
que era la única religiosa de la familia y había muerto cuando yo tenía
siete años…No era sobre política, sino sobre sentirme cómoda, rezando
ante Dios… P:
Afuera, las energías ya eran diferentes ¿verdad? R:
Por supuesto. En la escuela y en el país todo, las
cosas empezaron a cambiar. Todo empezó con la revolución cultural. Cerraron universidades
para reestructurarlas, sacar profesores y traer nuevos, básicamente
para integrar la ideología en el sistema e introducir el Islam en las
universidades. Los liceos seguían abiertos pero los docentes fueron
reemplazados por fanáticos representantes de la
flamante Guardia Revolucionaria. Nuestra nueva directora tenía 19
años! Estaba allí para cerciorarse de que en las clases se enseñaba la
ideología de la revolución. Y aquellos que no estaban felices con ellos,
terminaban en su lista negra… P:
Que ella misma preparaba y entregaba a las autoridades… R:
Exactamente. Todo era propaganda, religión. Nosotros no estábamos
felices para nada. Queríamos la playa, la música….Protestamos, pero
nadie nos vio protestar. Ya no habían quedado periodistas extranjeros
en Irán. No había youtube, facebook ni twitter…y era difícil
sacar información. Era como si un muro muy alto hubiese sido construido
alrededor del país. Rápidamente,
vestir el “hijab” que lo cubre todo, fue declarado obligatorio. Para
mis amigas y para mi, que habíamos crecido vestidas de minifalda y bikini
en la playa, luciendo hermoso cabello,
eso fue sumamente difícil. ¡Todo tenía que estar tapado!
Y no importaba si uno era musulmán, cristiano o judío… Había
que comportarse de acuerdo al código oficial. Hace poco me reencontré con una amiga de entonces a la que no
había visto en 30 años. Me contó
que una vez, cuando tenía 14 años, estaba en camino a la escuela e iba
por la calle vestida con un
pañuelo bufanda negro que le cubría la cabeza, pantalones
negros, un tapado negro, zapatos negros y la detuvo la Guardia
Revolucionaria. Le preguntaron cómo se atreve a ir tan indecentemente
vestida… porque tenía medias blancas. P:
No se podía vivir… R:
Todo estaba prohibido. Bailar estaba prohibido. Cantar estaba prohibido..
Mi padre perdió su trabajo porque no podía enseñar danza. Tuvo que irse
a trabajar en una fábrica. Andre y yo, mi novio, no podíamos salir ya la
Guardia Revolucionaria podía detenernos. Si un hombre y una mujer
iban juntos por la calle, preguntan si eran hermanos, marido y mujer,
familiares y si la respuesta era no a todo, ibas a prisión. Por todo
esto, yo pasaba mucho tiempo en la Iglesia ya que ahí las puertas estaban
cerradas, el lugar era sólo para cristianos y allí Andre y yo podíamos
sentarnos juntos a hablar, podíamos reírnos, yo no tenía que estar
tapada.. La Iglesia era el único lugar en el que yo podía ser libre y ser
nuevamente joven. P:
Y de las listas negras, se pasó a las detenciones… R:
Si, empezaron los arrestos, siempre en medio de la noche. Si
llegaban a tu casa y no estabas, se llevarían de rehén a tu madre, tu
padre, algún hermano…no importaba. Yo tenía 16 años. Sabía que mis
amigos estaban siendo
arrestados. Y la verdad, sentía preocupación, pero no miedo. Es que
pensaba: ¿qué me puede pasar? Me pueden detener, hacerme unas preguntas
y liberarme. ¿Qué más se puede hacer a una jovencita de esa edad? Es
que uno no pensaba que podían hacernos algo, porque no habíamos hecho
nada malo… lo que habíamos protestado en la escuela era porque queríamos
que nos enseñen ciencia, matemáticas, árabe y no propaganda. Queríamos
salir a la calle vestidos como antes, queríamos escuchar a Gene Austin….
¿Qué
tenía de malo? No entendíamos
que eso podía ser considerado un crimen… P:
Pero el régimen pensaba diferente… R:
Llegaron una noche, yo estaba en el baño, mi madre me llamó y cuando abrí
la puerta vi dos rifles apuntando a mi cara. No sentí miedo, no porque
fuera valiente sino porque a los 16 años, no entendía la dimensión de lo que estaba pasando y lo que iba
a suceder. Además, es como algo que va más allá del miedo. Es un estado
de shock que en alguna medida lo protege a uno porque crea una barrera que
te mantiene adentro y te impide reaccionar. Yo no entendía por qué mis
padres lloraban. Era evidente que sentían miedo, pero yo no entendía por
qué. P:
Ahí empezó su marcha hacia Evin.. R:
Me llevaron con los ojos tapados, llegamos a la prisión de Evin,
donde había mucha gente,..y me pasaron a un interrogatorio .El hombre que
estaba conmigo en esa pieza me empezó a preguntar sobre la escuela, los
estudios, los artículos que yo había
escrito en el diario mural de la escuela, sobre las protestas, el hijab..Estaba
claro que sabían todo, sabían
claramente quién soy, quiénes eran mis padres, mi novio, dónde estaba
mi iglesia…absolutamente todo. Me
preguntaron por una chica determinada y al principio yo ni me acordaba de
ella. Luego recordé de quién se trataba y que me había ofrecido sumarme
a un grupo marxista en el que ella era activa, pero yo no acepté diciendo
que soy católica.. La verdad es que a esa altura, ya estaba cansada de
conflictos. Le decía a mi madre que no puedo ir a la escuela porque
siempre termino peleando con alguien. Respecto a esa niña, la verdad es
que yo no sabía dónde estaba, ni idea. P:
Pero no le creían… R:
Me seguían preguntando. Primero me esposaron las manos. Como tenía
manos pequeñas, me colocaron las dos manos dentro de una esposa,
lo cual me cortaba la carne y me hizo gritar. Creo que si yo
hubiera sabido dónde estaba
esa chica, lo habría dicho, aún antes de esperar lo que sentí que se
venía. No sabía qué, pero sentí claramente que se venía algo malo. En
la pieza había una cama. Me tuve que acostar allí, me ataron, me sacaron
los zapatos y las medias y
otro hombre, Hamed, me dio como un latigazo en los pies con un cable.
…..No puedo describir el dolor. Fue algo mucho peor que dar a luz o
romperse huesos.. No sé cómo decirlo… Recuerdo una especie de
desesperación que no sabía que podría sentir alguna vez. Es difícil
recordar un dolor exactamente tal cual una lo sintió, pero recuerdo la
sensación absoluta de impotencia….de falta total de control..Creo que
habría traicionado a mi propia madre para pararlo…habría traicionado a
Dios para poner fin a ese dolor…Habría vendido mi alma al diablo para
frenar eso. En
cierto momento ya no podía respirar por el dolor… rezaba… hasta que no
pude ni rezar, ni pensar..nada. Cuando
finalmente me desataron.. me miré los pies y estaban enormes.. No entendía
cómo el cuerpo humano podía hincharse tanto. Yo tuve “suerte”… había
casos en los que después de esos golpes, hacían que la persona camine
para que baje la hinchazón y luego le volvían a pegar…. P:
Salvo lo de la chica a la que
buscaban, le pedían otros nombres, pero luego usted vio que ya los tenían…sabían
todo… R:
La tortura, en general, no es muy efectiva para lograr conseguir información, porque la gente
miente. Pero lo
que sí hace la tortura, es quebrar el alma humana. Yo creo que ellos sabían
que yo realmente no sabia dónde estaba esa chica. Creo que lo sabían
cuando empezaron a golpearme. Lo hicieron simplemente para hacerlo, para
quebrarme. Y hoy, son 6.000 los presos en la cárcel de Evin. El
juez de la Corte de Sharía (ley religiosa islámica), emitía sus
veredictos cada 30 segundos, dos minutos… no había abogado, no había
jueces… a veces ni el acusado estaba presente. Había muchísimas
condenas a muerte, para hacer lugar para nuevos presos… Oíamos todo el
tiempo las ejecuciones… del otro lado de la pared. Yo también había
sido condenada a muerte, pero me cambiaron la pena para cadena perpetua. P:
Una pregunta simple y muy compleja a la vez…¿cómo se sobrevive? R: Mira, aunque parezca
extraño.. te cuento que había tres
baños para celdas con 300 chicas… y dos de los baños generalmente
estaban descompuestos. Yo conocía sólo a tres o cuatro de las chicas, de
mi escuela. Y allí, en la fila, hablábamos. Pero no de las torturas que
absolutamente todas pasábamos, ni de ejecuciones que oíamos. Hablábamos
de cosas felices: de las vacaciones que recordábamos, de las fiestas de
cumpleaños, reuniones familiares, de poesía.. En
aquel momento no lo entendía, pero ahora comprendo que eso no salvó la vida, porque eso nos permitió crear una
memoria colectiva que nos mantenía, que pertenecía sólo a nosotras.
Ahora sé cuán importante fue todo eso, ya que ahora llevo
conmigo las memorias de todas y cada una de las chicas con las que alguna
vez estuve parada, conversando, en la fila para ir al baño. Soy su portadora. Algunas murieron, otras están con vida…
y
muchas de las que aún viven no pueden hablar y contar porque todavía están
en Irán.. Y creo que esto se convirtió
en mi trabajo, en mi deber: contar. Cuando
dejé Irán, traté durante 20 años de crear una vida
ficticia. Llegamos a Canadá, compramos una casa, tuvimos hijos, mi
esposo encontró trabajo. Tenemos una vida hermosa…pero si uno actúa
como si no hubiera sufrido, como si miles de inocentes no hubieran
muerto..no funciona. EL
MATRIMONIO OBLIGADO—Y LA PESADILLA DE LA VIOLACIÓN. P:
Un punto clave en la estadía en Evin, fue el matrimonio obligado con Ali R:
Alí me obligó a casarme con él aclarando que de lo contrario, detendrían
a mis padres y a mi novio. Una cosa es ser torturado en la sala de
interrogatorios, pero es peor todavía imaginar a tu propia madre pasar
eso. Bajo ningún concepto. Pensé y decidí, sin dudar. Si ese es el
precio a pagar, lo pagaré. Si me tengo que convertir al Islam, me
convierto. Si me tengo que cambiar el nombre, lo cambio.
¡Hasta me dieron la opción de elegirlo! El primer nombre que se
me ocurrió, fue Fatma. Y luego me dieron otra elección: volver a la
celda con mis compañeras o estar en aislamiento. Yo elegí el
aislamiento, algo que cualquier persona que haya estado presa dirá que es
locura total porque en aislamiento, un día pasa lento como 3 mil años…
Pero
no podía enfrentar a mis amigas después del casamiento con Alí. Era
como decirles “adivina qué hice anoche: dormí con mi
interrogador..”. ¿Te imaginas? No…
tenía
sólo 17 años… Me daba vergüenza. Antes
de que Ali me obligó a casarme con él, había sucedido que a las diez de
la noche llamaban por parlante a algunas chicas a interrogación …y volvían
a las 5 de la madrugada. Preguntábamos dónde habían estado… y decían
“en interrogatorio”.. o “lavando las escaleras.” Pero una sabía dónde
habían estado realmente. Y también sabíamos que no querían hablar de
eso. Y lo respetábamos. P:
En el libro escribe que violaban a las mujeres porque creían que eso
aseguraba que no irían al paraíso R:
Así es.. P:
Pero hay algo más ¿no? Es una forma de quebrar… R:
Claro que es otra forma de quebrarte. En Irán, en Oriente en
general, cuando una mujer es violada, terminó su vida. Una de las mejores
formas de quebrar una mujer es violarla. Es terrible… Cuando una volvía
a la habitación, hinchada por los golpes, eso se ve. Y te respetan. Y eso
no tiene nada que ver con la pregunta de si uno habló o no.. ya que las únicas
dos opciones eran hablar o morir… Cuando una compañera volvía a la
pieza toda hinchada y llena de sangre, nadie le preguntaba si había
hablado. Lo que hacíamos era abrazar, besar, apoyar a la amiga que volvía.
Pero si te habían violado…
¿qué haces? De eso, no se habla. En
Evin había chicas totalmente impotentes. Piénsalo: jovencitas de 15, 16,
17 años, sacadas de su casa en la mitad de la noche, llevadas a la
nefastamente notoria cárcel de Evin, donde
había salas de interrogación, celdas, llenas de hombres que podían
hacer todo lo que querían. Esos hombres tenían poder absoluto. Nadie
los iba a frenar. En Evin, la corte de Sharía podía inclusive
lidiar con la prohibición islámica de la violación, diciendo
simplemente “tu estás casada con él”. ¡Y ya está! Con eso, daban
permiso. Es más: ese “matrimonio” puede ser temporario. La sharia
puede casarte con tu interrogador por
dos horas. Es ley en Irán. Se llama “siré”. EL
DEBER DE CONTAR P:
Marina, durante muchos años, no quiso hablar de lo que vivió.. R:
Así es. Me quebraron y en realidad durante 20 años estuve quebrada, pero
de a poco, muy lentamente, logré unir las piezas. El ser humano es frágil
y sería ingenuo pensar que no podemos quebrarnos. Pero también se puede
recomponer lo roto… Hay quienes abusan de otros, otros que se
suicidan…cada uno responde de otra forma a su quiebra… mi respuesta fue
durante 20 años la negación total y luego, decidir que dejo de huir.
Decidí que mejor lidiar con la realidad que pasé y , como testigo,
prestar testimonio. Si rehúso hacerlo, es como matar de nuevo a mis amigas
que murieron. El
pueblo de Irán necesita saber que miles de jóvenes fueron y siguen
siendo masacrados por la República Islámica de Irán, que esa es la
realidad y que hay que hacer algo al respecto. Tendríamos que haber
terminado con esto hace 30 años y no lo hicimos. Hay que hacerlo ahora. P:
El mundo árabe está ahora en ebullición…¿Cómo ve este cambio,
sabiendo lo que pasó en Irán? R:
Una parte de mi dice “dios mío, va a suceder de nuevo, la gente luchará por democracia pero recibirá
una nueva dictadura”. Pero hay que recordar que en una revolución hay
mucha energía, como un volcán que explota. Ningún analista podrá
decirte con plena certeza qué pasará en Egipto o en cualquier parte del
mundo árabe que ahora está haciendo revoluciones. Por ahora, digo que es
bueno que están cambiando, pero también sé que hay motivos de
preocupación, porque hay en las sombras gente que está esperando para
controlar esa energía. Por eso, hay que estar alerta. P:
Para que no se repitan los errores… R:
Claro. En Irán, el 95% de la población votó en aquel momento y dio el
“sí” a la revolución islámica, a la imposición de la Sharía. No
sabían, no entendían qué sucede cuando la Sharía
gobierna un país. Si uno quiere saber qué pasa
cuando la sharía gobierna un país, que mire a Irán, a Afganistán,
lo que los Talibanes han hecho a su gente… que miren a Arabia Saudita, el
gran amigo de Estados Unidos, donde las mujeres ni siquiera pueden
manejar. Hasta hace poco ni siquiera podían tener cédula de identidad.
Tenemos que ser conscientes de todo esto. La gente en Egipto quiere ahora
libertad y democracia. Entonces, no deben votar por la sharía ni por los
Hermanos Musulmanes. Si lo hacen, estarán condenándose a si mismos a una
dictadura religiosa, que suplantará la secular. Una dictadura secular es
algo malo. Una dictadura religiosa, es peor aún. Logren un gobierno
secular. Es importante. Todos, sea cual sea su religión, deben poder
votar. La sharía no puede garantizarlo. No conduce jamás a la democracia.
Nunca. Es imposible. P:
Usted siente la responsabilidad de alertar… R:
Exactamente. Siento responsabilidad de advertir sobre lo que puede pasar,
porque no quiero que nadie más esté en prisión, sea torturado,
ejecutado o quede quebrado por el resto de su vida. No quiero que eso le
suceda a nadie. P:
Tampoco en su país natal.. R:
Sé lo que está pasando hoy en Irán. Allí funciona una dictadura brutal
que se impuso y que hace
sentir a cada ciudadano que tiene un rifle apuntando hacia su cabeza.
Pensemos en las madres viviendo en Irán. Tengo amigas que están
allí. Viven con temor por sus hijos, sabiendo que pueden, por nada, ser
arrestados, torturados, ejecutados.. Es algo que pasa..es un hecho de vida
en Irán. A pesar de eso, la gente ha salido a la calle a protestar. O sea
que hay quien osa hacerlo. Y eso significa que lo harán de nuevo. Pero si
mucha gente no lo hace, es porque saben que los ejecutarán… En realidad,
ser ejecutado quizás no es lo peor… La
historia tiene una fecha de expiración. El tiempo ha madurado y algo
tendrá que pasar en Irán. Hoy no es el día de Irán. Quizás sea la
semana que viene, en dos meses, o cinco años. Pero llegará, porque esto
no puede durar siempre. La gente se entera de lo que está pasando en el
mundo árabe alrededor.. y si ven que las cosas en otros lados mejoran, eso
los alentará. Claro que el tema no es solamente hacer una revolución
sino lo que pasa después… Revolución, ya han tenido… y no ha salido
bien. P:
¿Está segura de que en el Irán de hoy, 30 años después de la revolución,
hay gente que está sufriendo lo mismo que usted sufrió? R: Sin duda, eso es absolutamente seguro. Hoy mismo en la cárcel en la que yo estuve hay 6 mil presos políticos. Y están siendo torturados y ejecutados. Lo sé, me consta. Eso tiene que terminar. |
Ana
Jerozolimski
Semanario Hebreo
Nº 2470 - Año L
Jueves 3 al 16 de Marzo de 2011
27 de Adar de 5771
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