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La lógica del mundo al revés |
Ya no tendríamos que sorprendernos, pero cada tanto, admitimos, la originalidad del mundo -o de algunos de los que lo habitan- logra sobrepasarnos. Estos días ha circulado en Internet un video que aparece en You Tube -la fecha no está clara, pero no es imprescindible saberla con exactitud- en el que Hillel Neuer de la organización UN Watch, choca con el Presidente del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas a raíz del discurso que Neuer pronuncia criticando duramente a dicha instancia tanto por su inacción ante flagrantes violaciones de los Derechos Humanos en distintos países como por la tendenciosidad con la que actúa ese marco en relación a Israel. UN Watch -aclaremos antes de continuar- es una ONG con sede en Ginebra, afiliada al Comité Judío Americano, que tiene como declarado propósito «monitorear el desempeño de las Naciones Unidas de acuerdo a los parámetros determinados por su propia Carta constitucional». Cabe recalcar que este marco apoyó la creación del cargo conocido como Alto Comisionado de la ONU para los DDHH, suponiendo que actuaría debidamente, luchando contra los abusos en el mundo entero. En el discurso que Hillel Neuer pronunció ante el Consejo de Derechos Humanos, se sacó los guantes. Habló del sueño hecho añicos de los fundadores de la ONU y de quienes suscribieron la Declaración Universal de Derechos Humanos, de los crímenes cometidos impunemente por tantos criminales en regímenes oscuros en diferentes partes del mundo y del hecho que el propio Consejo de DDHH ni siquiera trata esos temas. Criticó la pasividad total del Consejo ante el asesinato de musulmanes a manos de musulmanes, ante el terrorismo, ante las libertades coartadas a civiles en diferentes países anti-democráticos. «Hay numerosos informes sobre tortura, persecución y violencia contra mujeres»- dijo Neuer. «¿Qué ha declarado este Consejo? Nada. Su respuesta ha sido la indiferencia, el silencio »- acusó. Pero hay algo, agregó, un tema, en el que el Consejo sí que es activo: Israel, tema al que se dedica intensamente y por el que convoca sesiones especiales, aunque los muertos en incidentes sobre los que traten esas sesiones, sean mucho menos que los registrados en enfrentamientos, por ejemplo, entre los propios palestinos. El representante de UN Watch habló directamente de «los dictadores de Medio Oriente» y desenmascaró a los que dicen preocuparse por los derechos de los palestinos pero permiten asesinatos o hasta los alientan, en sus propios países. Y fue más allá todavía en su ataque frontal, al referirse (sin nombres) a varios de los gobernantes de los países no democráticos que son miembros del Consejo, llamándoles «los dictadores que controlan este consejo», a los que acusó de que «no podía interesarles menos los derechos palestinos» y de tratar de «demonizar a la democracia israelí, de desligitimar al Estado judío». Eso, una acusación tan abierta y fundamentada, fue evidentemente demasiado para el Presidente de turno del Consejo, el mexicano Luis Alfonso de Alba, que como no tenía evidentemente la capacidad, la posibilidad –y quizás tampoco el deseo- de afirmarle a Neuer que lo que dice no es cierto, calificó su discurso de «inadmisible». En lugar de responder a las acusaciones tan claras y directas, lo amenaza que si vuelve a usar «ese lenguaje ofensivo», quitará sus palabras del protocolo. Así nomás. Típico. Le amenaza con actuar, de hecho, concorde a lo que ha sido siempre la línea del Consejo de DDHH. Ocultar, esconder, o mejor dicho actuar como si las cosas no sucedieran. A las violaciones de derechos humanos, si no se puede culpar a Israel por ellas, no presta atención. Pues sería cómodo hasta poder borrar las acusaciones al respecto que le hacen de afuera. Esta semana, conversando con conocidos sobre el destino que han elegido para trabajar unos periodistas extranjeros con los que tienen relación personal, nos cuentan que están en Pakistán. Un sitio interesante, sin duda, para quien vive con adrenalina corriendo en las venas, aunque peligroso al mismo tiempo. Uno de esos periodistas es una mujer, que cuenta a estos conocidos nuestros, que no puede salir a la calle como salía vestida en Israel ni en su país natal (Europa, no importa cuál), sino que debe, siempre, salir totalmente cubierta. ¿Se imagina alguien qué diría un periodista si en Israel tuviera que salir así simplemente para ir al almacén? Cabe atreverse a adivinar que lo que allí, en Pakistán, o en otras latitudes similares, se toma como aceptación natural de una costumbre o tradición local, de un parámetro religioso que debe ser respetado, en Israel sería titular de un diario. Aclaremos. Ni nos alegra que allá tenga que salir tapada para comprender las características de otros regímenes, ni nos molesta que en Israel eso sería visto como impensable. La comparación que quisiera, no es con Pakistán. Lo que molesta es la facilidad con la que se critica lo que sucede en un lado, analizando todo con un solo ojo, y lo que encierra, el peligro que encierra, la facilidad con la que se comprende lo que hacen otros, aquellos que violan diariamente los derechos humanos. En esas mismas latitudes, un fotógrafo sacó una serie de testimonios importantes: imágenes de mujeres «castigadas» por sus familias por diversas razones, atacadas con fuego, ácido, diferentes tipos de agresiones, para enseñarles. Este cronista gráfico fue valiente y fiel a los principios que deben guiarlo, al servir de testimonio histórico. El problema aquí no es él, al contrario. El problema es aquel al que Hillel Neuer hacía referencia. ¿Alguien oyó de alguna sesión especial del Consejo de DDHH convocada para tratar ese tema? Lejos estamos de creer -y lo hemos dejado en claro en más de una oportunidad en estas páginas- que todo lo que hace Israel merece ser bendecido, que no hay errores ni políticas erróneas. Ni siquiera consideramos que todo esté permitido en aras de la seguridad, porque además de seguridad, Israel está comprometido moralmente a dar a sus ciudadanos una vida digna, democrática y fiel a ciertos principios. Pero hay años luz entre los errores que comete Israel, los problemas que ocurren en el terreno, y la imagen demoníaca que pintan del estado judío sus enemigos. Esto se agudiza más todavía al ver claramente cuan poco importan a quienes le dictan moral, todas las injusticias del mundo. |
Editorial
Semanario Hebreo - pág. 2
Montevideo
- Uruguay
Nº 2409 - Año XLIX
Jueves 17 al 22 de Diciembre de 2009
30 de Kislev de 5770
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