P: Lindas iniciativas, sin duda...
R: Los 60 años son para nosotros un acto de voluntad del pueblo de Israel, que más allá del mandato de Naciones Unidas sólo tuvo dificultades para lograr el sueño de Eretz Israel y por lo tanto creo que es un canto a la voluntad y a la determinación nacional, por encima de las divisiones partidarias, que como en toda nación democrática, existen también en Israel. Creo que además es el único país en el mundo al cual todavía increíblemente hay quienes le niegan el derecho a existir. Esto lo vuelve una nación particularmente distinta de las demás. Y en eso se fundamenta nuestra defensa permanente de la independencia y de la legitimidad del Estado de Israel. No necesita quién lo defienda, pero en tiempos en que se pretende negar la existencia de un país pequeño, yo que soy nativo de mi país y lo amo , respeto particularmente a Israel en esa circunstancia.
P: Como uruguayos, para nosotros, en esta fecha hay que destacar especialmente el accionar del Profesor Enrique Rodríguez
Fabregat. Fue muy principista..
R: Por supuesto, y siempre está incrustada en nuestra memoria esa actitud, que es la de todo el país, y que por suerte se ha mantenido a lo largo de los distintos gobiernos, algunos como nosotros con un énfasis mayor porque tenemos también el vínculo espiritual, pero creo que es una política de Estado. Si hay una política de Estado en Uruguay, es el respeto, el cariño y el apoyo a Israel.
P: Usted visitó Israel tres veces, una de ellas siendo Presidente de la República. Aunque es una pregunta muy grande ¿cuál fue su impresión? Y recuerdo que papá decía que envidia la emoción de quienes vienen por primera vez.
R: Si, la primera vez siempre es el impacto. Yo creo que nosotros tenemos que pensar que Israel ha dejado de ser el país pequeño y vulnerable, es el país fuerte, con lo cual tiene responsabilidades distintas, con lo cual sus actos tienen que estar guiados por mucha prudencia.
El entorno ha cambiado, por suerte. Gracias a Anwar el Sadat, tenemos paz con Egipto, tenemos una ventana con Jordania , creo que mantener la fuerza y la diplomacia al mismo tiempo tiene que hacer que algún día termine el conflicto con Siria y todo el entorno se convierta en un entorno de cooperación. Creo que algún día va a haber una gran zona de libre comercio, de mercado común. Creo que allí está todo. Está la inteligencia de esos pueblos, de árabes y judíos, la tecnología, el capital, el pensamiento, la ciencia. Creo que hay un futuro por el lado de la paz, aunque tenemos siempre el problema de los extremistas y terroristas que no nos van a dejar dormir tranquilos.
P: Entrevisté recientemente a un músico compatriota, Sergio Fernández Cabrera, que fue invitado a Israel y brindó un concierto y una clase magistral en el Conservatorio de Ashdod. El me decía que Israel "es una potencia" y se refería a lo cultural. Y en otro reportaje, el Director de la OCDE el mexicano Angel Gurría, me decía que Israel es una potencia de desarrollo económico, que ayuda a países menos desarrollados .¿Se equivocan todos aquellos que cuando hablan de Israel piensan sólo en el sinónimo de tensión y guerra?
R: Por supuesto. Es una nación con todos sus atributos, que además tiene tiempo para el arte, para la cultura, para la investigación tecnológica de primera, para haberse incorporado al mundo de la informática como nadie, para dominar en el mundo del conocimiento, sin perjuicio de mantener la fuerza necesaria para su defensa física. Así que creo que es una nación que tiene la estatura mucho mayor que su territorio.
P: Yo recuerdo cuando lo entrevisté a usted cuando llegó en visita presidencial a Israel. El reportaje fue en el hotel en el que se hospedaba en Tel Aviv. Recuerdo el entusiasmo con el que me hablaba de Montevideo como el umbral del Mercosur..
R: Era antes de que el Mercosur fuera desvirtuado..
P: Y también de lo que me contaba sobre el software uruguayo. Le comento esto para preguntarle en qué áreas siente que hay especial afinidad, especiales coincidencias entre Israel y Uruguay, más allá de los valores compartidos...
R: Yo creo que lo que falta a Uruguay es la voluntad que tiene Israel, porque un país que ha sufrido poco como el nuestro, no comprende las ventajas que tiene, la bendición que tiene, y no se ha puesto las pilas, como dicen los muchachos. Pero la materia prima es muy parecida. Aquí hace falta que la gente comprenda que solamente con esfuerzo y trabajo se hace adelante y que la educación es el eje. Estamos pasando por un momento de una educación pública que fue el gran orgullo del país y que hoy está eclipsada totalmente, aunque fue el gran factor de igualación social y de oportunidades.
P: Volviendo a los 60 años de la resolución de la ONU sobre la partición que hizo posible la independencia de Israel ¿qué tiene hoy para decir sobre ese organismo internacional?
R: Las Naciones Unidas ya son un remedo de lo que se pensó. Cuando vemos que en la Comisión de Derechos Humanos son miembros los países violadores de los derechos humanos, ya pasó a ser una ficción. Las Naciones Unidas han perdido su autoridad , diría incluso. Pero siguen siendo un ámbito en el cual hay que participar. La partición de Palestina, en aquel entonces no aceptada, habría sido para los palestinos una gran oportunidad. Lamentablemente se perdió y ahora están tratando de obtener algo parecido, después de 60 años de dolor, combate y muerte.
P: Y la sensación es que todo esto influye en el espíritu con el que la gente ve a sus líderes yendo a nuevas rondas de negociaciones, a la cumbre de Annapolis, al diálogo. Hay más dudas, más escepticismo. Si bien preguntarle a usted al respecto no es realmente preguntar como de afuera, por su afinidad al tema ¿cómo ve esto desde Uruguay?
R: Creo que sí, que hay un escepticismo que está bastante fundado porque recordemos que hubo tantos intentos y planes, la hoja de ruta, la reunión de Madrid, Clinton, la reunión de Oslo, son demasiadas las veces que se ha frustrado todo esto. Pero hay que perseverar. Creo que los que somos pueblos de la Biblia, tenemos que perseverar todo el tiempo.
P: Me encanta el "somos" que usted usa....
R: Si, es natural...
P: ¿Cree que si se votara hoy en la ONU lo que se votó hace 60 años, Uruguay actuaría igual?
R: Uruguay en ese sentido ha tenido continuidad en la política respecto a Israel. Creo que así sería.
P: Aunque cuando asumió el gobierno actual hubo quien se preguntaba qué va a pasar.
R: Aquí tenemos alguno medio salido de línea, pero el Presidente mantiene por suerte esa tesitura, y tenemos que confiar en su conducción.
P: ¿Qué opinión le merece el hecho que en el Parlamento uruguayo haya habido una sesión festiva en homenaje a la fecha?
R: Me parece que es el ámbito más lindo que puede ofrecer el propio país. Y creo que lo lindo es que podamos, donde está todo el país representado, homenajear a una nación amiga.
P: Dr. Lacalle ¿qué es lo que le une tanto en el sentimiento a Israel y al pueblo judío? ¿Sentimientos, convicción ideológica..?
R: Y sobre todo, religiosa porque siempre he sido educado en la lectura de la Biblia, del Antiguo y Nuevo Testamento, tema que ha sido reforzado por la magnífica actitud del Papa Juan Pablo II en sus Encíclicas y su aproximación a las sinagogas, a la religión judía, a la hermana mayor , como llamamos a la sinagoga, la hermana mayor de la Iglesia. Y eso nos ha reconfortado. Y además la amistad con un personaje , el Cardenal Lustiger de París. El era judío circunciso y luego se convirtió. Para mi era el puente entre las dos religiones.
P: Y hay también puentes de otra índole, que se expresan también en la amistad personal. Sé que eso lo sintió usted directamente, en una ocasión triste, al fallecer su mamá..
R: Así es. Cuando murió mi madre, fue a verme Roberto Wajner, que sabés que es muy amigo, me dio un abrazo y me dijo: "Voy a casa a rezar el kadish". Le dije: "Vamos a rezarlo acá". Y lo leyó adelante de todo el mundo. Lo interesante es que minutos antes había estado el Padre Sturla rezando un Responso en nombre de la Iglesia Católica. Te lo cuento porque eso llega a mucha gente. Y a mi también. Fue impresionante.
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