R: Los 60 años de independencia del Estado de Israel y paralelamente seis decenios de relaciones diplomáticas entre nuestros dos países, es un momento muy importante para el Estado de Israel y las relaciones bilaterales. Desde nuestra independencia y aún antes, Uruguay ha demostrado una amistad y una solidaridad muy profunda hacia nuestro estado.
El gobierno uruguayo de aquella época, liderado por Luis Batlle Berres, quien presidió el destino de Uruguay entre 1947 y 1951, apoyó clara y fervientemente la constitución de un estado judío y esas directivas fueron ejecutadas brillantemente por el Prof. Enrique Rodríguez Fabregat. Este incondicional apoyo traduce muy bien las relaciones de amistad y cooperación entre nuestros dos países. Somos dos estados con características muy similares y valores comunes.
Para mí es un privilegio personal muy significativo poder representar al nuevo-antiguo estado judío y aún más hacerlo en un país amigo como Uruguay, precisamente en un aniversario redondo, con un doble significado trascendental.
P: ¿Qué hay en la práctica, más allá de las frases altisonantes, de los discursos y los actos, cuando se habla de la amistad entre Israel y Uruguay? O sea: ¿cómo explicaría usted qué significa que usted está sirviendo como embajador de Israel, en un país amigo?
R: Como ya mencionara, compartimos valores e intereses comunes y tenemos en Israel alrededor de 12.000 ciudadanos israelíes de origen uruguayo, lo que le da un significado aún más profundo a nuestras relaciones. Paralelamente, viven aquí alrededor de 20.000 judíos uruguayos, integrados al quehacer nacional y que contribuyen al bienestar y progreso de este país. Tenemos muchos intercambios culturales, una cooperación política, que se ha traducido últimamente en un acuerdo entre los dos ministerios de Relaciones Exteriores sobre consultas bilaterales.
El ámbito comercial es también significativo y estamos negociando ahora la última fase sobre un acuerdo entre Israel y el MERCOSUR.
P: Hace pocos días se inauguró una exposición especial en el Museo Zorrilla, que anunciamos en Semanario Hebreo oportunamente, un evento sobre el que informamos también en el número de hoy. El hermoso y conceptuoso discurso pronunciado por el Vicepresidente de la República, Rodolfo Nin Novoa, fue de alto nivel y gran cercanía. Pero además, el tema fue destacado inclusive en el sitio oficial de la Presidencia de la República. ¿Le parece que eso es algo muy común?
R: Valoramos mucho el hecho que el evento haya recibido un destaque en el sitio de la Presidencia, con fotos y los discursos que se pronunciaron en esa ocasión.
Concuerdo que el discurso del señor Vicepresidente (en ese momento presidente en ejercicio) Nin Novoa, fue de una gran sensibilidad y aprecio hacia la comunidad judía local y el Estado de Israel, y fue elogiado por todos aquellos que tuvieron el placer de escucharlo. Probablemente, no es algo común, pero lo entendemos como un gesto más del profundo contenido de nuestras relaciones bilaterales.
P: También me parece algo muy singular otro evento que es anunciado asimismo en nuestro número de hoy, la sesión especial del Parlamento uruguayo con motivo de este aniversario. ¿Sabe usted de situaciones similares en otros países? Seguro no debe haber muchos ejemplos, si es que los hay ¿verdad?
R: La sesión especial del Parlamento es también, creo yo, un reflejo de los sentimientos de la gran mayoría de la sociedad uruguaya, que se traduce en una amistad profunda con Israel y solidaridad con su voluntad de obtener la paz.
Existen casos similares en otros países; no creo que sean muchos, pero provienen de aquellos estados que tienen lazos especiales y excepcionales con Israel. La comunidad judía local tiene también un rol importante en el relacionamiento tan particular entre Uruguay e Israel.
P: Es que me parece que aunque se destaque también el rol uruguayo en todo esto, por la ya mencionada figura del Dr. Fabregat, inevitablemente la sesión parlamentaria estará celebrando la creación misma de Israel….
R: Sin duda alguna, además de honrar la memoria de Rodríguez Fabregat, se trata acá de un evento donde Uruguay se junta a Israel para celebrar sus primeros 60 años y yo veo en esta sesión un gesto de Uruguay y su Parlamento hacia el Estado de Israel y la comunidad judía , demostrando satisfacción y orgullo del pueblo uruguayo y su dirigencia por haber tenido un rol central en los eventos que llevaron a la decisión de las Naciones Unidas de crear un estado judío y de los logros de Israel en estos seis decenios.
No debemos olvidar que en esa decisión de noviembre de 1947 se decidió, conjuntamente con el establecimiento de un estado judío, la constitución paralelamente de un estado árabe palestino. ¡Qué diferente hubiera sido el destino del pueblo palestino si en ese entonces hubieran aceptado dividir el territorio en disputa! ¡Quizás, los palestinos hubieran podido festejar hoy, con nosotros, 60 años de la constitución de ese estado palestino!
P: El sexagésimo aniversario ya mencionado, se está anunciado hace ya un tiempo. ¿Se le han acercado figuras diversas de la vida nacional uruguaya-y no me refiero sólo a políticas- para manifestarle sus sentimientos? O sea, fuera de los actos, de las ceremonias oficiales ¿qué siente usted del pueblo uruguayo?
R: Siento de parte del pueblo uruguayo una amistad muy profunda, más allá de las visiones políticas, de la inmensa mayoría de la población uruguaya, acompañada por un cariño muy especial.
Podemos percibir a veces divergencias o desacuerdos con una u otra decisión o posición israelí, pero eso no disminuye ese fuerte relacionamiento de amistad, de valores y de intereses comunes. Hay, por supuesto, visiones extremas que se manifiestan, fundamentadas en ideologías obsoletas, pero no forman parte integral de las posiciones positivas y amistosas de la gran mayoría de la población uruguaya y de su dirigencia política con respecto a Israel.
P: Justamente en otras ocasiones también hemos hablado sobre las críticas, sobre sectores que juzgan a Israel a su criterio de modo injusto , lo cual se notó especialmente en ocasiones como la guerra en Líbano hace algo más de un año. Usted destacó que son excepciones, que esos casos existen pero que no representan la visión general de la sociedad uruguaya respecto a Israel. ¿Ha intentado alguna vez acercarse a esos sectores, tratar de convencer y explicar, o cree que es perder el tiempo?
R: Sin duda he intentado hacerlo porque creo que hay que dialogar con todos, simpatizantes y adversarios. El diálogo es la mejor base para entenderse entre los seres humanos y los pueblos.
Tuve una experiencia muy dura cuando visité la redacción de un diario local que manifiesta constantemente en sus ediciones posiciones negativas, críticas, parciales, destructivas, con un tinte ideológico negativo en lo que respecta a Israel y un apoyo absoluto a la posición palestina, donde, por ejemplo, nunca hemos visto una condena a los actos terroristas indiscriminados del lado palestino.
Fue un "diálogo de sordos". Ellos manifestaban sus visiones, yo las mías y no había ningún puente de diálogo entre nosotros. Sentí que el mensaje de nuestros interlocutores era "no nos confunda con hechos". Entendí que sería una "misión imposible" intentar cambiar en un ápice estas visiones fundamentadas en una base ideológica inquebrantable, que no acepta otros hechos y posiciones que la suya.
Por otra parte, tuve también experiencias alentadoras que han llevado a algunos medios de comunicación a un relacionamiento mucho más positivo y una posición mucho más equilibrada hacia Israel.
Nuestra expectativa de los diversos sectores de la opinión pública en cualquier país y de sus medios de comunicación es que tengan posicionamientos equitativos que incluyan las visiones, los intereses, las necesidades de los diversos actores del conflicto en el Medio Oriente. En general, ese es el caso de Uruguay.
Críticas, observaciones o comentarios en este espíritu, son siempre tomados en cuenta y analizados seriamente por las autoridades pertinentes en Israel.
P: Hace más de dos años cambió el gobierno en Uruguay y no es secreto que gente en la colectividad tenía cierto temor que hubiera un cambio en las relaciones con Israel, no por asociar al Frente Amplio con hostilidad a Israel, en absoluto, sino porque en su seno están aquellos sectores de los que hablábamos antes. Pero el propio Presidente de la República Dr. Tabaré Vázquez destacó en una entrevista a "Semanario Hebreo" hace algunos meses la ligazón de amistad que él siente entre ambos países. hace pocos días, en una entrevista telefónica con el ex Presidente, el Dr. Luis Alberto Lacalle-que saldrá el próximo jueves 29 de noviembre- él me decía al respecto que "si hay una política de Estado en Uruguay, esa es la tradicional relación de amistad con Israel". ¿Cómo lo ve usted hoy en su relación con el gobierno del Presidente Vázquez?
R: Concuerdo plenamente que más allá de las visiones y posiciones de los diversos partidos políticos y los diferentes gobiernos uruguayos, existe una tradicional relación de amistad con Israel y su pueblo, más allá de las convergencias o divergencias que pueden haber en las políticas con uno u otro gobierno israelí con respecto a la problemática del conflicto y el camino hacia la paz en el Medio Oriente.
Por definición, existen visiones diferentes entre las posiciones de uno u otro gobierno uruguayo en diversos temas y aspectos, incluyendo la política internacional y las posiciones con respecto al conflicto en nuestra región y hacia los países del Medio Oriente.
Pueden haber matices diferentes entre éste y gobiernos anteriores en lo que respecta a la política y las posiciones del gobierno israelí, pero estoy convencido que esa profunda y tradicional amistad hacia Israel y el pueblo judío, continúa siendo uno de los principios básicos y pilares del gobierno actual, como de todos los anteriores.
En ese aspecto, será un honor y un placer inmenso poder recibir al Señor Presidente Vázquez en Israel, en el marco de una visita oficial a nuestro país, muy probablemente en la primera mitad del año 2008, si las agendas de los dos presidentes así lo permiten.
P: Embajador, no puedo evitar mencionar en esta entrevista que hoy felizmente podemos concretarla, después de un susto que pasó usted por un problema de salud que afortunadamente, tengo entendido, no ha dejado secuela alguna. Ante todo, le deseo salud hasta los 120, junto a su familia. ¿Cambia la perspectiva de las cosas cuando uno pasa una situación así?
R: Gracias a Dios, me he recuperado bien del problema cardíaco acontecido a principios del mes de octubre. Tengo que tomar algunas precauciones pero he podido volver al ritmo de actividad anterior al incidente.
No hay duda que las perspectivas, las visiones de uno hacia el presente y el futuro cambian bastante. Nos damos cuenta de varios elementos: cuán frágil es el ser humano, la necesidad de poner los acontecimientos cotidianos en una perspectiva correcta, discernir entre lo importante y lo que es menos significativo, tanto a nivel profesional como particular. Y por supuesto, un principio trascendental: sin salud todo lo restante es secundario.
P: Le deseo pues mucha salud, realmente lo mejor y que tenga siempre buenos aniversarios como el que nos ocupa hoy, para festejar. Muchas gracias.
R: Gracias a ti y al Semanario Hebreo por poder manifestar mis visiones y pensamientos en vísperas de este doble festejo de los 60 años del Estado de Israel y paralelamente seis decenios de relaciones de amistad y fraternidad entre nuestros dos países y pueblos.
"Uruguay le ha hecho muy bien a mi familia"
P: Embajador, quizás sea ésta una pregunta casi retórica después de todo lo que hemos hablado, pero como además de representante de Israel es usted también una persona particular que tiene su vida, una familia, dos hijas pequeñas que van al gan, de todos modos le preguntaría cómo se siente usted en su vida diaria en Montevideo. ¿Está cómodo, alcanza a palpar algo de la vida diaria de Uruguay, de su vivencia más allá de lo político? ¿O es algo imposible para un diplomático que debe andar con guardias?
R: Me siento muy cómodo y muy satisfecho en este hospitalario país. La estadía en Uruguay le ha hecho mucho bien a mi familia y tengo la posibilidad de palpar la realidad uruguaya en sus diversos aspectos. Además, la simpatía del uruguayo, su espíritu abierto, su informalidad con respeto, facilita el acercamiento, la amistad, la comprensión y el conocimiento mutuo, y cuanto más nos conocemos mejor nos entendemos. Y todo esto se hace aún mejor alrededor de un buen asado que, creo yo, aquí en Uruguay es excepcionalmente rico.
P: Ese sí que es un buen ejemplo….¿Qué es lo que más le gusta de Uruguay?
R: La capacidad de acercarse a la gente sin mucha dificultad, el carácter abierto de las personas, el ambiente de tranquilidad de la vida cotidiana (probablemente porque la comparo con el estilo de vida agitado de Israel).
Me gusta mucho conocer el interior del país (no lo hago tanto como querría hacerlo), su riqueza natural, la abundancia de sus recursos hídricos (que en Israel no tenemos) y la gentileza tan especial de la gente del interior.
Aun es posible mejorar
P: ¿Hay algo de la situación actual de relaciones entre ambos países, que le gustaría cambiar, mejorar?
R: Siempre se puede mejorar las relaciones. No estoy satisfecho con el nivel de intercambio comercial (alrededor de 40-50 millones de dólares de importaciones desde Uruguay por año, mayoritariamente carne). Este año hemos importado más carne de Uruguay a causa de restricciones de exportación de otros países vecinos. Israel exporta a Uruguay 10-15 millones de dólares por año, productos de alta tecnología, maquinarias, productos agroindustriales, químicos y otros.
En el ámbito político multilateral, tenemos fructíferas deliberaciones con nuestros interlocutores a diversos niveles en el Ministerio de Relaciones Exteriores, que nos reciben siempre con un espíritu de amistad y colaboración. Me gustaría que Uruguay nos acompañara más en algunas votaciones de resoluciones en las Naciones Unidas, incluyendo aquellas que no revisten carácter político y en las cuales quiere Israel, como todo país miembro, contribuir con sus iniciativas de proyectos de resolución al desarrollo, progreso y bienestar de todos los países de este organismo internacional.
|