“En el pozo”. Guión y Dirección: Bernardo y Rafael Antonaccio. Producción: Clara Charlo, Bernardo y Rafael Antonaccio (Saico Films). Edición: Magdalena Schinca y Javier Devincenzi. Con Paula Silva, Augusto Gordillo, Rafael Beltrán y Luis Pazos.
Es una suerte de thriller a la uruguaya muy bien trabajado. Un personaje femenino regresa con su novio montevideano al pueblo que la vio nacer. Allí se reencuentra con viejos amigos que deciden pasar juntos una tarde en una alejada cantera que se ha convertido en laguna. Así de simple -en apariencia- es la anécdota pero en el transcurrir del largometraje, el calor agobiante y la soledad del páramo parecen dar pie a viejos secretos que van comprometiendo la tranquilidad del asunto. Desde un principio, el espectador toma conocimiento de una antigua relación y diálogos posteriores van tensando esa apacible reunión hasta convertirla en una situación incómoda que puede derivar en problemas mayores. Esto lo percibe el auditorio desde los primeros minutos y, en este sentido, hay que destacar la precisión guionística, el adecuado manejo secuencial de los acontecimientos y -sobre todo- la excelente actuación de los intérpretes que dan gala de una frescura totalmente desintoxicada de expresiones declamatorias. Por el contrario, “En el pozo” resulta una sorpresa más que agradable por el sobresaliente rendimiento del elenco y la perfecta inmersión en el cine de género (tantas veces subvalorado por la hiper-crítica) donde las piezas se “acomodan” bajo la atenta dirección de los directores Bernardo y Rafael Antonaccio quienes demuestran haber visto mucho cine, absorbiendo un marco teórico que han sabido instalar en su ópera prima. Antiguos ganadores de un premio Grafitti por el clip “Revólveres y rosas” y con experiencia en guiones televisivos, los hermanos Antonaccio han dado su primer salto a la pantalla grande con humildad y sabiduría. En este sentido hay que rescatar la obvia economía de recursos, la prolija edición de imágenes y la redondez de un argumento que puede parecer sin mayores pretensiones mas allá que descubra prejuicios y pasiones que trascienden presuntos localismos. Bienvenida esta nueva generación de cineastas nacionales. Una muestra que nuestra producción audiovisual sigue creciendo y diversificándose en forma saludable. Vale.
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