Puede resultar un tanto desconcertante el intentar explicar las nominaciones al Oscar que recibió esta producción. A medio camino entre una telenovela de Red Globo y una previsible comedia sentimental, el filme generó tres nominaciones al Oscar (incluyendo Mejor Película) y una serie casi interminable de premios a lo largo y ancho de la crítica internacional.
(En este sentido baste nombrar a modo de ejemplo- las distinciones del Cine Independiente Británico, las condecoraciones Bafta y los Globos de Oro, entre otros subrayados).
Probablemente quien suscribe esté nadando contra la corriente y su incapacidad analítica haya sido obstáculo para percibir los valores de este largometraje sobre joven irlandesa que emigra a los Estados Unidos de América para buscar un futuro mejor y debe optar entre dos amores y contextos diferentes. Supuestamente, la intencionalidad conceptual del filme radique en demostrar un proceso de maduración, el esfuerzo por adaptarse y progresar o la básica elección de radicarse en un mundo lleno de oportunidades, alejándose de una aldea chismosa y estancada.
Todo esto -como de alguna manera sucedía en “Carol”- está profesionalmente envuelto para regalo con todos las excelencias que hacen al rubro vestuario, reconstrucción de época y desempeño actoral. Pero más allá de estos valiosos detalles puntuales, “Brooklyn” no parece convencer como para estar a la altura de un largometraje digno de ser considerado para nominaciones internacionales.
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