DATO
Ficha técnica
“Alien. Covenant”. (Estados Unidos/Reino Unido/Australia/Nueva
Zelanda, 2017). Dirección Ridley Scott. Con Michael Fassbender y
Katherine Waterston.
Desde hace larga data, los monstruos están de moda en la pantalla. O para decirlo de otra manera, estos fenómenos del terror casi siempre suponen una taquilla segura. Es probable que a Ridley Scott no le importe tanto el dinero como la gloria de haber construido el ícono “Alien” de la ciencia ficción y esta continuidad del filme “Prometheus” estaría confirmando esa sed de fama universal.
Los fanáticos del tema saben que esta historia se remonta a fines de la década del setenta y funcionó como proyecto conjunto donde la imaginería del suizo H.R. Giger aportó la atmósfera de un universo aterrador (y el boceto del alienígena) que Scott supo aprovechar en el rodaje original. El resto es conocido y establece la fusión de varios creativos que metieron mano en el producto o marcaron influencia. (Esta lista acoge a guionistas como Ronald Shuset pasando por el diseñador Ron Cobb y al extravagante Giger, entre otros).
Los fanáticos también saben que, desde su estreno, “Alien” se transformó en un filme de culto que aparece en toda selección jerárquica de fantaciencia y ha generado una serie de “estiramientos” con Sigourney Weaver enfrentando al bicho repugnante.
La primera idea era básica y se resumía en el recorrido mortal que hacía una entidad extraterrestre (que se colaba por nave espacial en el cuerpo de un astronauta) y comenzaba a aniquilar a todos los tripulantes de a bordo. El éxito, como decíamos, derivó en continuaciones que no estuvieron a la misma altura (sin desmerecer la segunda parte dirigida por James Cameron) hasta que el propio Scott reinició una especie de saga con mayores pretensiones de corte existencial/filosófico. (Cabe señalar que el cineasta aclaró desde el vamos que no se trataba de una precuela de “Alien”, a pesar de los puntos en contacto. Quien suscribe confiesa no interpretar dicha idea, en realidad).
Lo cierto es que, en “Prometheus”, se podían visualizar desde conceptos subliminales extraídos de “2001, Odisea del Espacio” de Arthur C. Clarke hasta claros rastros de la mitología grecolatina donde una divinidad se sacrifica para que la vida germine con el fuego del Olimpo.
Con “Alien, Covenant” resurge el nombre de la bestia pero también se agrega el detalle de vida artificial enfrentando al ser humano (¿Otra vez “2001” y HAL? ¿O tal vez “Blade Runner”? Aunque algo había con el androide interpretado por Ian Holm en el primer largometraje). Quizás resulte una afirmación apresurada pero esta nueva entrega parece derivar en una mescolanza que se queda en medio de un entrevero argumental. Prosigue lo iniciado en “Prometheus” pero juega con enigmas a descifrar y finaliza (?) con una vuelta de tuerca diversa que resulta un poco difícil de relacionar con la matriz. De todas maneras, Ridley Scott dice presente con la creación de un contexto fascinante, nuevas monstruosidades y algunas escenas de antología aunque se haga necesario llevar el manual cronológico de los puntos de partida. Algo es algo.
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