Esmaltada la suma de tus pieles
con petróleo profundo
con espacios de blancor todavía lastimándose
bajo afilados pétalos de metal
donde ninguna sangre o suero
puede endurecerse o resecarse:
Tocadas una por una
las partes carnales de tu sombra
que se inclina y se aparta
soltándose del deseo
donde encuentra su razón y su alimento:
Alcanzadas las orillas
de aromas oscuros que convergen
en el límite de esa ácida puerta cegada
por el aire
de una garganta que empieza a respirar:
Encerradas las líneas de cada hueso individual
entre masas de jugo caliente
y espesas formaciones
que son el lugar ocupado por una figura
con sucesivos hallazgos y contactos:
Liberadas las escamas y las gotas
que el encuentro produce
como un astro expulsando su energía
fuera de la luz
que el opaco mundo le ha concedido:
Así el otro tu cuerpo
ese cuerpo casi de ti
despliega sus formas
rompe sudores y cáscaras de tela
se desnuda de sí mismo
se hunde se empapa se entreteje
se habita de cada otro cuerpo
de cada otra
de estas todas otras palabras. |