Es una muchacha nada más
que lleva su cuerpo alzándolo
desde unos dulces huesos
quizá más breves
que cada señal contenida
en incontables zapatos de agua
y de sombra.
Se trata de decir aquí
que es nada más una muchacha
levantando unos cabellos
cuyo color renace
con cada movimiento único
de las finas materias
introducidas en la luz.
Una muchacha nada más
como una palabra llamada muchacha
usando el verbo caminar
para que la falda reciba
toda la fuerza de los muslos
y los pechos avancen
en razón de su interna oscuridad.
Es nada más una muchacha ya se dijo
escribiendo quizá con lenguas raigales
un cauce de trazos sonoros
y abiertos silencios.
Solamente una muchacha
utilizando los primeros verbos del día
y que vence cáscaras de asfalto
y traspasa revolturas de aire
y vuelve a usar la palabra muchacha
para que en toda su boca se ofrezca tal vez
la primicia de un nombre
recién descubierto. |