Una muchacha concebida
entre piedras y mojados vocablos
hizo que explotaran
glándulas de tinta
y eléctricos orgasmos.
Así nació en medio
de basuras ensoñadas
de restos de deseos carcomidos.
Y vivió y anduvo
desmembrándose y rehaciéndose
entre ritmos voraces
y adjetivos solos:
respirando el hedor del papel
la grasa de otras manos
el sudor de lenguas agresivas.
Una muchacha con diversas
nomenclaturas de muchacha
ahora tose por catarro
escupe por desgana
vomita por preñez interrumpida.
Y ahora se traspasa los pezones
a uña propia
se arranca las arrugas
y solamente envejece. |