Patria perdida |
Creí que era una fruta amarillenta en tus manos padre fruta de septiembre ajena a todo árbol encontrada como el aire que inventa su alto viento y se pierde entre las hojas violentas de la tarde. Creí que era una fruta padre una fruta amarillenta en tus manos porque todo septiembre es como un pétalo muerto de aquellas flores o rosas que no quise construir y dejar entre tus huesos. Creí que era una fruta en tus manos y era solamente la palabra que tu silencio me concede en cada septiembre que hacia tu vida oscurecida nuevamente pasa. |
Saúl Ibargoyen
Patria perdida
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