Fundación o nacimiento |
En la caja de papel hemos puesto las palabras de cobre. La mesa tomada de la sustancia ciega del laurel o del cedro está simplemente debajo del ligero cofre que ahora balbucea como un pulmón de hombre cotidiano. Debajo de las patas sin uñas que contienen la dirección de los rumbos primordiales están los rectangulares pétalos de pino oscurecido. Debajo y más están los cimientos la sombra de la casa enterrándose las piedras aplastadas por fuerzas con un silencio de partículas que no cesan de huir. Más abajo del debajo está por fin el primer calor íntimo de la tierra está una móvil saliva con sus grumos de hierro y un líquido expulsado por mandíbulas quemantes y un suero espeso saliendo de ojos desinflados y un pellejo como aquella camisa de rey ensuciándose en una ceguera de espadas ladradoras y una cara de bestia familiar. No habrá un nombre en el collar de sórdidos metales no habrá resonancia de ningún silbido en las orejas trituradas no habrá tripas que astillas y vidrios perforaron no habrá más que confusas hojas de calcio sucios impulsos de nitrógeno y mantas manchadas de carbón. Y las palabras de coagulado cobre separadas así de nuestras manos se retuercen casi gritan y chocan con los muros de su caja de papel. |
Saúl
Ibargoyen
De "Hentropía"
El Cairo/México DF, IX-XII 1998
Ir a índice de poesia |
Ir a índice de Ibargoyen, Saúl |
Ir a página inicio |
Ir a mapa del sitio |