Aramís ordena que los doce Meses
Formen en la rueda con las doce Horas.
Las Horas sonríen; los doce Condeses
Hacen reverencias para las señoras.
(Beaumarchais se acerca. La Valliere saluda,
La Chevreusse camina, Maintenon se sienta;
Sévigné pasea su espalda desnuda,
Mientras Guiche sonriendo su pasión le cuenta).
Luis, Rey de primores, en un grupo alterna,
Dando a sus palabras caprichosos
giros;
(Las enamoradas de su linda pierna
Le brindan miradas, risas y suspiros).
Comienza la danza. Sus divinos vuelos
Emprenden las Horas: un iris de seda
Se cierne en la nube de los terciopelos,
Y en mágica urdimbre de flores se enreda.
Avispas de raros metales parecen,
Que cercan zumbando divinos panales,
Y raudas estrellas que saltan y crecen,
Siguiendo los ritmos de mil
madrigales.
Prosigue la danza. Su baile ligero
Emprenden los Meses: una cabalgata
De
arqueros celestes cruza e! abejero
De tacos bordados y hebillas de plata.
Parecen falenas de volar extraño,
Bellos sagitarios de la diosa Iris,
Los doce Condeses del Reino del Año
Que rigen las riendas del potro de Osiris.
El Viejo Patriarca
que todo le abarca,
Se riza la barba de príncipe asirio ;
Su nívea cabeza parece un gran lirio,
Su nívea cabeza de viejo Patriarca.
Aramís ordena que las danzarinas
Cuenten sus historias. La orquesta
acompaña.
(El Rey Luis escucha, tras una cortina,
El rondó de espuma del vino champaña)
« »
La menor, la Una, canta la primera:
«Yo he nacido en Grecia, yo he nacido en Nubia :
«Yo soy negra y blanca, triste o hechicera;
«Mi cabeza es negra, mí cabeza es rubia».
«Los insomnios tristes son de mis imperios,
«Y mis ojos queman con mirar profundo:
«Soy la negra bruja de ios cementerios,
«La querida ardiente que ilumina al Mundo».
«Soy la Una, una nocturnal sombría
« Hija de la noche, maga de la Luna;
«Soy la Una, una lámpara del Día,
«Soy la negra Una, soy la blanca Una»...
La Dos; «Soy la hermana de la buena hermana
«Que contó su historia, y una
es nuestra vida;
«El sultán del Día me nombró sultana;
«El cafre nocturno me hizo su
querida».
La Tres: «Soy el hada que sus oros labra
«En la adamantina villa de los
astros;
«Y que adora al negro, raro, abracadabra
«Que por donde pasa deja negros
rastros».
La Cuatro: «Yo brillo cuando en los Estíos
«El Sol llega á Piscis y en Piscis se escuda;
«Yo beso y despierto los tiernos rodos;
«Yo brillo en Enero cuando el Sol madruga».
La Cinco: «Yo luzco toda engalanada,
«Al pie de Castillo de prismas aéreos;
«Yo aclaro, yo azulo la inmensa mirada a
«De los Capricornios y Acuarios
etéreos»
La Seis: «Soy el cisne del parque de Urano.
«Yo las Primaveras del azul enfloro;
«Yo pinto la mitra de! Mago Verano,
<f Yo escribo en el cielo madrigales de oro».
La Siete: «Yo ostento rodela y tiaras
« De reyes del regio país Fantasía
«Yo enseño brocados y túnicas raras,
«Yo soy la mimosa del Reino del Día».
La Ocho: « Yo estrello con blancas avispas,
«De la bruja noche la oscura caverna;
«Yo soplo en la fragua de Dios, y mil chispas
«Bailan en el cielo la gavota
eterna».
La Nueve, la Diez y la Once: (coro)
«Nosotras amamos la sombra y la lumbre;
«Reinas de azabache, codiciamos oro.
«Somos alegrías; somos pesadumbre».
Canta al fin la Doce: «Mi pupila ardiente
«Mira siempre fijo; mi pupila
abrasa:
«Soy la más amante, soy la más vehemente,
«Soy la que atraviesa, soy la que
traspasa;
«Soy la silenciaria, la de negras alas,
« La trasnochadora que las almas roe,
«La que tiene el brillo de las luces malas
«En que se inspiraron Baudelaire y Poe.
«El gato que vela y el ave nocturna
«Tienen mis siniestras vagas armonías,
«Soy la que no duerme, soy la taciturna,
«Y en mis ojos brillan las alevosías.
«Soy la que levanta las heladas losas,
«La de los puñales, la de los secretos;
«La de las macabras dentro de las fosas,
«La que cena y baila con los esqueletos.
«Richepin y Huysmans, los ebrios divinos,
«Me eligieron Diosa de sus
borracheras.
«Maeterlinck y Wilde y otros peregrinos,
«Me llamaron Reina de sus calaveras.
«Soy la Doce blanca: soy la Doce negra,
«Soy tristeza y sombra, resplandor y goce:
«La que todo abate, la que todo alegra.
«Soy la blanca Doce; soy la negra Doce».
Un coro de aplausos atruena el espacio.
(Richelieu sonriendo se acerca á una dama).
Pajes con bandejas llenan el
palacio.
(Moliere por un beso vende un epigrama).
Resuenan los coros:
Amemos al Viejo Patriarca
que todo lo abarca:
Su frente de viejo ermitaño
Parece el desierto de todo lo antaño,
En ella han carpido la hora y el año,
Lo siempre empezado, lo siempre concluso,
Lo vago, lo ignoto, lo iluso, lo extraño,
Lo extraño, lo iluso. |