|
Viajo a través del tiempo, a escondidas,
para que él ya no pueda percatarse de mi paso.
Y veo una ola por la bruma perseguida,
en este viaje, de cruceros y naufragios.
Ella es recia y dura... y golpea,
mientras que la bruma acaricia su belleza...
De la nube observo su inocencia,
siendo agua, se eleva vaporosa…
ella es diáfana, fría y vulnerable,
y se deja trasportar entre las olas.
De
sirenas el canto se oye lejos,
con aroma de sal y de quimera:
¡Suéltala, no la detengas,
ella estará a tu lado siempre que tú quieras!
Porque tú eres bruma y ella es ola,
porque eres vapor y ella es agua,
los dos de una misma esencia,
diferentes, solitarios, transparentes, alocados,
los dos... ola y bruma, mar y cielo.
Los separa solo la ilusión que aguarda
en una curva en el horizonte en calma.
Mas, por el viento que azota hoy en la orilla,
ella es recia y dura... y golpea,
y tú eres bruma volando sobre ella.
A lo lejos el canto de sirenas
me resuena entre mi piel de seda:
¡Suéltala, no la detengas,
ella estará a tu lado siempre que tú quieras...!
|