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Desde el fondo de la tierra,
brota un sonido…
Se oye desgarrador
no hay brisas luminosas,
ni pájaros que vuelen,
los nidos y el cielo,
se ven desiertos.
¿Por qué no resuenan las tonadas
armoniosas en el cielo?
Nadie las oye, o somos sordos al viento;
ya los brazos de los árboles
no se elevan con donaire,
caen como cansados
a ambos lados del torso.
Las hojas vibran al ser acariciadas
por el pampero del Sur,
sólo caen lentamente.
No hay canto, hay lamento.
Lamento del mundo
a través del grito de la tierra,
¡cuánto dolor dormido y atrapado!
Desechando sombras, sofocando infiernos.
Ruedan lágrimas de intenso dolor,
por vanidades que han cubierto
nuestras almas,
ciegas al hambre,
dolor y tanta desesperación.
Desde el fondo emerge,
el grito de la tierra,
apremiante, de dudas angustiosas,
lamento de un mundo,
suspenso de guerra… |