Análisis internacional… |
“Combatir la pobreza, construir la paz” |
Así se denominó la Jornada Mundial de la Paz desarrollada el pasado mes de enero. Usted se preguntará que tiene que ver esto con la crisis global que vivimos. Una de las consecuencias de esta crisis financiera y económica es el reconocimiento del colapso de la actual organización económica mundial. La misma no puede seguir sustentada en una ideología promovida por conductas individualistas, que por su codicia acarrean situaciones de privilegio y ganancia desmedida en desmedro de la estabilidad económica mundial y, lo peor en perjuicio de las mayorías pobres del planeta. En ese contexto este escriba, comparte la posición delPapa Benedicto XVI, dada a conocer en la Jornada Mundial de la Paz. El humanismo cristiano hoy, afirma una vez más los viejos principios, en los que reposa su edificio doctrinal, pero a la vez identifica con certeza los problemas relacionados con la globalización, la pobreza y las implicaciones morales que esta tiene, así en su mensaje nos invita a reflexionar sobre temas como: 1- El equivocado “axioma” que relaciona directamente pobreza con crecimiento demográfico, pues no hay que olvidar que “entre las nuevas potencias económicas, los que tienen un mayor índice de natalidad disfrutan de mejor potencial para el desarrollo. En otros términos la población se está confirmando como una riqueza y no como un factor de pobreza”. 2- Las enfermedades pandémicas (malaria, tuberculosis y sida). Sostiene, categórica y valientemente que sobre todo el sida debe afrontarse comprendiendo los problemas morales con los que está relacionada la difusión del virus. 3- Los problemas de la lucha contra la pobreza, y su intrínseca dimensión moral, pues la pobreza de las familias es la pobreza de los niños que son los más vulnerables. Y es que por ello es necesario fortalecer la familia, pues cuando ésta se debilita los daños son mayores entre los niños. 4- La relación entre el desarme y el desarrollo. En este aspecto Benedicto XVI, hace énfasis en que “los recursos ahorrados se podrían destinar a proyectos de desarrollo de las personas y de los pueblos más pobres y necesitados”. 5- La crisis alimentaria actual, que amenaza a vastos sectores del planeta, sobre la cual precisa que ésta se caracteriza “no tanto por la insuficiencia de alimentos sino por las dificultades para obtenerlos y por fenómenos especulativos”. Como podemos ver, la Doctrina Social de la Iglesia Católica está vigorosamente vigente, escrutando los problemas de nuestro tiempo y ofreciendo soluciones reales a los mismos. Enseñándonos que no hay que temerle a la globalización sino que más bien hay que aprovecharla para acabar con esos problemas, orientándola a construir la paz atendiendo los intereses de la gran familia humana, sustentada en una fuerte solidaridad global, tanto entre países ricos y países pobres como dentro de cada país. Ese es el reto, he allí la tarea para quienes profesamos un humanismo cristiano y sustentado en él, queremos construir un mundo mejor. ¡Hasta el próximo análisis…! |
Lic. Washington Daniel Gorosito Pérez
e-mail: danielgorosito@prodigy.net.mx
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