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Los colores confluyen,
se anulan
en el vitral del mediodía
rompiendo el vaivén
de la grisura
que parecía
irrevocable.
Una rara luz
contra el moho
de la ondulante profundidad
de la vida.
Un tango amargo se escucha.
Hundo mis ojos
en los titulares del día.
Letras inmóviles,
azotan con metáforas de muerte.
Hay hambruna de paz.
Máquinas de estruendo y muerte
se derraman,
por la nueva y vieja geografía
como una oscura aureola de petróleo.
La tierra chupa sangre inocente.
Miedo colectivo.
Al fondo
el sol,
un medallón inmóvil,
girasol de mar.
Su fuego clausura mis ojos. |