Análisis internacional… |
Buena diplomacia = paz y equilibrio mundial |
La diplomacia, deriva del término griego diploos, capacidad de doblar y desdoblar y que representa en su justa dimensión, talento, habilidad y tacto, resulta ser la punta de lanza de la negociación de un país y obviamente su política exterior. La diplomacia es la acción justificada en la razón que se maneja en diferentes tiempos y de diferentes formas, es en sí mismo la preservación de los equilibrios dentro del juego del poder. Tradicionalmente se le ha conferido, según mi percepción, una connotación tergiversada o distinta a la diplomacia con cierta frecuencia, se le asocia al ceremonial (costumbre) o al protocolo (norma). La diplomacia es una ciencia, estados dos son técnicas que se emplean dentro de la ciencia. Por su dinamismo, interpretación y por su aplicación, la diplomacia se ve permanentemente moldeada por los cambios dentro del sistema político (nacional o internacional). Un buen político es un buen negociador, y un buen negociador es un excelente diplomático. Maquiavelo y otros autores, han definido esa sagacidad y la han interpretado de diferentes maneras, no obstante considero que una de las premisas que sostienen una diplomacia efectiva es ante todo la certidumbre y la veracidad, no se puede ser un buen diplomático si no se es objetivo y preciso. Pero, ¿cómo funciona la diplomacia dentro del juego de poder, llevado al plano internacional? El sistema internacional tiende por naturaleza ser anárquico, una especie de autopista de alta velocidad, un núcleo en constante dispersión, el combustible, el líquido que lubrica la intensidad de la circulación dentro de la autopista es la diplomacia. Mientras que los vehículos representarían a los sujetos del derecho y las regulaciones dentro del sistema que las otorga el Derecho Internacional. Ahora bien, el rumbo que cada sujeto le imprima de acuerdo a sus propios intereses (política exterior o política internacional, que no son sinónimos) es la que genera la dinámica dentro del sistema. De allí la capacidad de adaptarse a las diversas agendas que emanan dentro de la autopista. Si analizamos en el contexto de la realidad mundial, la diplomacia día a día tiene que afrontar retos de diversa índole: guerras, desastres naturales, rompimiento institucional, hambrunas, confrontaciones étnicas, nuclearización, etc. De la disuasión, a la contención, de la contención a la persuasión, de la persuasión a la prevención y viceversa, de diferentes formas y distintos colores en diferentes contextos. La diplomacia y la acción política en realidad representan la esencia de la prevención, establecimiento y consolidación de la paz y el equilibrio mundial que hoy como humanidad tanto necesitamos. ¡Hasta el próximo análisis…! |
Lic. Washington Daniel Gorosito Pérez
e-mail: danielgorosito@prodigy.net.mx
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