Mis actividades María Esther Giribone |
Al
tiempo de estar en esta localidad, tener mi casa e ir integrándome a
distintas actividades, me entero que nadie había dado catecismo en los últimos
tiempos así que comenzé con esta actividad, tenía conocimientos en el
tema porque cuando estuve en Montevideo en mis épocas de estudiante,
estuve 2 años viviendo en un pensionado de religiosas y asistía a
reuniones de jóvenes y de catequesis a la Parroquia del Perpetuo Socorro,
también se realizaban reuniones en el pensionado, a misa por lo general
íbamos a Maturana, conseguí material, me puse en contacto con los
sacerdotes de la Horqueta, que eran los que venían acá a dar misa. Comencé
con un grupo chico y al año siguiente, daba a 2 grupos, esto lo realicé
varios años. La primera comunión trataba de hacerla el 8 de Diciembre o
el domingo más próximo, arreglábamos la Iglesia con muchas flores, en
esa época abundan las hortensias, poníamos muchas, quedaba muy lindo.
La primera Comunión es un acto de fe y siempre se recuerda
gratamente, cuando recibimos a Jesús por vez primera o como quieran,
compartimos el pan con él. Dando
clases de catecismo, me di cuenta que maestra no hubiera podido ser, no
tengo mucha paciencia, las clases las daba una vez a la semana, durante
una hora, hora y media y la verdad no veía la hora que se fueran, no era
mi vocación la docencia. Otra
de las actividades que comencé fue ir a la Escuela del Hogar a los cursos
de economía doméstica. El
primer año hice el curso de 4º año, con Nicer, Lilia, Mabel y otras,
pero al año siguiente me entusiasmé y comencé desde primero, haciendo
también lo teórico, dando exámenes a fin de año, hice los cuatro años
y el 5º debía ir a Colonia, para recibirme de profesora pero fue el año
que nació Leticia así que abandoné. En años posteriores concurrí a
cursos especiales como el de Decoración en azúcar, que luego hice varias
tortas de 15 años entre ellas la de mi hija, también el curso de
confitería, el de chocolate. En
estas clases, además de aprender a cocinar,
saber presentar bien una mesa, uno hace
amistades, se pasa un
rato muy lindo, luego lo que se cocina, se come allí mismo o se lleva para la casa. A fin de año se realiza una
exposición al público y cada uno presentaba un plato salado o torta, según
lo que le tocara en el sorteo. Se realizaban excursiones, un año fuimos a
Montevideo, otro a Minas, a Escobar en la Argentina a la fiesta de la
flor, también visitamos otras escuelas. Además
del curso de economía doméstica, dan clase de corte y confección, así
como de pintura en tela, de paja carda, cerámica en frío, hubo de macramé,
que lo hice, durante este curso fue el año que estaba embarazada de Mario
Enrique, luego que nació seguí concurriendo a clase y él pasaba el rato
en la baby-silla arriba de una mesa. Así como también hice
de tarjetas españolas y algunos cursos de computación. Durante
el año se realizan diversos beneficios porque en realidad lo que se paga
por clase no cubre el costo
de todo lo que se utiliza, a veces son pocas alumnas y la receta del día
es cara. Así que se realizan beneficios para cubrir
esos y otros gastos. Se realizaban en el mismo local de la Escuela,
se hicieron desde desfiles de trajes
de novias antiguas pasando por varias épocas hasta la actualidad, algunas
comedias u obras de teatro, lo que más se realizaron eran campeonatos de
truco, conga y lotería, donde se vendían bebidas, ravioles, postres y se
era invierno chocolate, con pasteles o masas dulces. No
me puedo olvidar en una oportunidad, que fui con Mario, no tenía hijos
todavía y estaba con un tapado nuevo, y como en todos los lugares siempre
había alguno pasado de copas, en esta localidad hay varios muy conocidos
y siempre presentes en estos eventos, uno de ellos, bastante joven y de
pelo muy frondoso, se dormía y se caía, lo llevaban a la casa, lo
acostaban pero estaba en la
escuela de vuelta antes que los acompañantes, esto lo realizaron una
noche no menos de tres veces. Pero
lo que me pasó fue con otro que a veces se las daba de cantor, y cantaba
“Muñeca Brava”, estaba hacía rato provocando, ponía un dedo en el
chocolate de Queco y se limpiaba en la camisa de Héctor, estos por
prudentes no le decían nada, luego compró una taza de chocolate y la traía
entre la gente en un solo vaivén y se acercaba a donde yo estaba, ya me
veía con el chocolate derramado sobre mi tapado nuevo y no pude con mi
genio y me salió de adentro: “Porque no se sienta en un rincón
tranquilo a tomar el chocolate” y para sorpresa de todos me hizo caso,
pero desde allá con todo su vozarrón comenzó a gritar: “Aquí no
molestaré a la partera” yo hubiera querido que la tierra me tragara, no
hubo nadie que no se enterara y al final la lotería mayor la saco a media
con este señor. Con
motivo del centenario de Conchillas, la comunidad consiguió tener una
casa que adquirió el Ministerio de Cultura
y se la cedió a la Intendencia y así tener Casa de la Cultura con
salones para diversas actividades y la biblioteca. Se dictaron muy
diversos cursos desde pintura con la profesora Lida, al cual fueron mis
hijos y tengo en casa muy lindos cuadros, con ella tenemos contacto hasta
la actualidad, se encuentra radicada en Montevideo. De taquigrafía,
contabilidad, jardinería, a estos concurrí a todos, hoy hay de inglés,
de música, órgano y guitarra. El maestro Carlos daba danza y tubo en más
de una oportunidad grupos muy lindos. Mucho tiempo estuve en el grupo de
apoyo de la casa de la Cultura. Así
como todo el tiempo que mis hijos jugaron en el baby, estuve apoyando y
acompañándolos siempre que podía, allá iba, en camiones entre muchos
niños y éramos 2 o 3 madres, porque la mayoría parecían huérfanos,
llevando botellones de refrescos y bandejas de tortas. Lo hacía con gusto
y me dieron muchas satisfaciones, además a mis hijos les apasionaba
jugar. Cuando los campeonatos se realizaban acá o sea éramos locatarios,
hacíamos tortas fritas para vender, lo clásico en esta zona, aunque veo
que ahora se ha divulgado por todos lados. Hacíamos un fogón y en un
medio tanque freímos, había ratos que no veíamos nada entre el humo, lo
hacíamos en la intemperie con una sola chapa de reparo, con leña y
hojarascas. En la actualidad constan en la cancha con un hermoso vestuario
con agua caliente en los baños, el bar de material con buena comodidad,
antes un mostrador que era una tabla sobre dos caballetes debajo de un árbol,
la cancha alambrada y hasta luces para jugar de noche, hace 15 años atrás,
se cambiaban entre las chilcas, Teresa y yo juntando las ropas que se
dejaban porque siempre algo dejan. Cuando había que ir a otra localidad
que por lo general lo hacíamos en un camión, recuerdo una mañana
bastante temprano que fuimos a Palmira y lloviznaba, tuvimos que recorrer
más de una casa, porque se dormían o se olvidaban la cédula, como de
costumbre pocos mayores, y allá estábamos con Teresa cuidando los que no
jugaban en ese momento y luego que salían de los vestuarios juntando lo
que dejaban y en los resultados deportivos siempre perdiendo y muchas
veces por goleada. En el último año que jugó Luis los resultados fueron
mucho mejor, esto a nivel selección, con respecto al cuadro local,
llamado Centenario, siempre anduvieron bastante bien, como no tienen un
local propio todavía tengo en casa una caja con trofeos y las primeras
camisetas. Este
año pasado Luis fue técnico de Centenario en algunas categorías. Integré
la Comisión de Apoyo a la Policlínica y Ambulancia, esto comentado en
otro momento en otro capítulo, como creo que merece un apartado propio el
Centenario de Conchillas que en la comisión me desempeñé como
secretaria de Actas. En
la comisión de Fomento de la Escuela 104 estuve mas de una vez integrándola
y cuando no, apoyando el grupo de mis hijos porque siempre tenían alguna
actividad o juntar fondos para la excursión de fin de año, con Leticia
fui varias veces en los paseos, al que nunca acompañé fue a Luis, no se
daba. La
comisión de apoyo al liceo o sea Apal, la integré varios años, estando
en ella fue que comenzamos con las Estudiantinas, evento ya reconocido en
la localidad y alrededores. Superándose cada año, sobre todo en el
desfile de las carrozas, como las realizan. Recordando las primeras y
viendo las del último año es notorio la superación, todo muy
rudimentario el primer año, pero con un gran entusiasmo, y en la
actualidad con movimientos, mucha música, luces y con equipos electrógenos.
El desfile en las calles de Conchillas, donde se reúnen muchas personas
y luego continúa en los galpones de la Cooperativa, con los
distintos juegos o competencias entre las clases del liceo y 6º de la
escuela, se elige la Reina de la Estudiantina, últimamente es la pareja.
Parte de lo recaudado se entrega en premios y se les da a todos los
grupos. Este año fue la 8ª e integré el jurado al no tener mas hijos en
el liceo, era neutral. Estando
en esta comisión se construyó el edificio nuevo del liceo, porque en su
iniciación funcionó en el edificio de la Escuela 104, en horas de la mañana.
Ahora
también tiene ese horario pero no los sábados y se extiende hasta las 2
de la tarde. Este edificio muy grande y bonito hecho en dos bloques y con
un patio en el centro con grandes ventanales, cuando decidimos ponerles
cortinas, Leticia trajo desde Montevideo la tela y con Graciela, Susana y
Sonia las cortamos, cocimos y colocamos. Ahora tienen jardinero pero en un
primer momento el jardín lo hicimos nosotros. Además de las
estudiantinas como beneficio hicimos venta de pollos asados, asado con
cuero y chorizos, rifas, ferias del platos y otros. Mientras
mis hijos concurrieron siempre estuve al lado de Carlos, el maestro, como
se le conocía, apoyándolo en el Jardín de infantes “las
Ardillitas”, a los 15 años de actividades, cerró el jardín, hicimos
una hermosa fiesta invitando a todos los maestros que colaboraron con
Carlos, a todos los exalumnos y al pueblo. Yo me tomé el trabajo de
realizar un mural con fotos de los distintos años. Esta fiesta la tengo
filmada como también tengo filmado un fogón de los Scouts, porque aquí
también estuvo formado ese grupo y mis hijos como de costumbre también
estaban. Hicieron cosas muy lindas, como así aprendieron muchas,
realizaron varios campamentos, hasta el día de hoy en las calles de
Conchillas hay letreros de ellos, un año fueron el 2 de noviembre al
cementerio a sacar agua, porque lo que hay es un pozo y ayudaban a los
ancianos, como un verano que el encargado de cuidar
la plaza estaba
fracturado se encargaron ellos de cuidarla y regar las plantas. Luis y
Leticia fueron a Pando al campo Escuela a realizar el curso de Flor de
Liz, para líderes. Diversiones Las
diversiones del pueblo no eran muchas, en verano ir a la
playa el que tenía en que, los domingos había ómnibus, por lo
general iba con Jacinta y la familia o con Nicer, cuando no íbamos a la
playa lo hacíamos al arroyo, hay un lugar conocido por “Los tres
clavitos” en realidad sobre una piedra hay cuatro, es un lugar muy panorámico. En
invierno los domingos había, como en la actualidad, fútbol, hay varios
cuadros del pueblo y de los alrededores, va bastante gente. Los bailes de
Central Labradores eran todo un acontecimiento, sobre todo el del
24 de Diciembre, en aquellos años mirá si las mujeres iban a ir a
un baile de pantalones, pocas eran las que usaban y menos para un baile,
ya el sábado al levantarnos, si era invierno nos poníamos poco abrigo,
porque los vestidos eran de manga corta o finos. Las otras salidas los
beneficios que se hacían para las distintas instituciones. En el otoño, sobre todo los cuadros de fútbol realizaban sus asambleas anuales, con una fiesta campestre, o sea en un lugar ya apropiado, el tradicional asado con cuero y chorizos. De todas estas fiesta la mas grande y mas concurrida era la de la Sociedad de Fomento Rural, que se realizaba en un lugar del otro lado del arroyo conocido como el picnic, hermoso lugar, con mucha sombra, lugar para dejar los vehículos, los caballos, con pista de baile también, que se realizaba en la tarde, en este momento no existe, se llenó de yuyos y los árboles mas grandes los han cortado. En
ese lugar las mujeres de acá concurrían a tomar el té cuando celebraban
algún cumpleaños o realizaban alguna despedida de soltera, allí
realizaron la mía, sobre el césped al lado del arroyo, se colocaba un
mantel, blanco y almidonado, por lo general era de Doña María Esther, se
hacía un fogón donde se calentaba el agua para el té, sobre el mantel
la loza y todo lo que se llevaba para comer, siempre en abundancia y
exquisito. Los
carnavales era otra de las
diversiones, se realizaba, como en la actualidad, unos días en Conchillas
y otros en Pueblo Gil, hacen un escenario donde hay algún espectáculo,
desfile de las aspirantes a reina del carnaval, hace unos años atrás con
Sonia y otras persona, nos disfrazábamos, lo pasábamos de lo más
divertido, en una oportunidad me disfracé de la partera del pueblo, eso
decía el cartel que me había colocado en la espalda, por supuesto que de
túnica, quién iba a suponer que era yo. Años mas tarde disfrazaba a
mis hijos. Me
olvidaba comentar, una de las diversiones que había en esta localidad
cuando llegué era el cine. Todos los domingos a las 8 de la noche función,
era una cita obligatoria, sobre todo para los novios, era la ocasión de
estar unas horas juntos, mucha gente del campo, que se quedaban desde la
tarde que venían a los partidos de fútbol y la salida era completa.
Ibamos de a pie, porque el cine estaba en el pueblo Gil, en la actualidad
está el edificio y terminó en una fábrica de alfajores, en este momento
nada hay. Las butacas están, algunas en Uruguayo, otras en el altillo de
la cooperativa, allí iba con un montón de jovencitas, diría niñas, que
las madres las dejaban a mi cargo. Las películas había de todo, pero aunque no fueran buenas igual íbamos, no había otra cosa, porque pub o confiterías no existían. |
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las calles de Conchillas
María Esther Giribone
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