Descompuesto peregrino lleva escuálidos cuerpos.
Ingrata ventana nunca abres y el encierro come sin
misericordia “cada sueño prometido”. La
desesperación, el desgano, la imaginación consentida
por estupros bofeteros ensordecen ridículas pasiones
poco comprendidas. Negro es el calor de una cara
pálida ofuscada por rasgos descompuestos que no
llegan a ser gestos. Antípoda la mujer haciendo el
amor enmarañada en su salvaje gesto, su picardía.
Niñez entendida al poder en la satisfacción que todo
da.
Una cama desprolija y un hombre debilitado añoran
sentimientos que copulen con su alma.
Uno, dos, tres, cuatro,... noches y más noches
argumentando insomnio. Locura, neurosis, obsesión,
disponibilidad a ser amado. Karma de una vida.
¿Soledad eres acaso injusta por tu inequidad? Las mil
expresiones de mimo se compadecen comprometidas
a la tristeza pobre y el llanto.
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