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Viajo en una marcha sin limites e interminable,
guiado por la luna, el sol y mi mente.
Quiero llegar desde el primer día
y aun no se si algún día lo haré.
Cuantos te envidian, oh dios que hablas en verso
y que tienes tu corte en Valhala,
dios que sacrifico un ojo por llegar,
si tu Odin convídanos de la dulce miel Mimir.
Será verdad el pensamiento de Platón,
el maestro de Aristóteles, ¿habrá llegado a su mundo real?;
¿habrá conocido las ideas que se reflejan en este?,
quisiera saberlo, quisiera imitarlo.
No se si mi vida alcanzará para alcanzar eso que deseo,
o talvez la muerte se considere vida
y sea el paso para subir donde esta él,
que fue forzado a beber la amarga cicuta.
Ha Confucio, gran maestro de Lu,
tu enseñaste la música y la literatura antigua
y tu dices que la sabiduría es parte del deber humano,
a mi me parece que son pocos los humanos entonces.
¿Conoceré a alguien que sea sabio?,
quien sabe, talvez lo conocí sin percatarme.
En este cosmos repleto de astros,
¿me convertiré en el próximo Fausto si hago un pacto?.
Atenea has mención a tu titulo de diosa de la sabiduría,
y ayúdame a culminar el camino,
el cual es más penoso que el castigo de Tántalo
pero no tan eterno, no tan oscuro. |