Ruego a las Musas |
Oh Musas, inspiradoras de la escritura, hagan de mí su mediador para fluir sus conocimientos, los que son infinitos e infinitos serán, aquí
tiendo mis manos para empezar a contar. ese que purificó su alma en las aguas del Leteo, cuantas veces fue a rogarte tu ayuda Talía y que con gran humildad se la brindaste al querido Dante. Más atrás en el tiempo aún, no fue Homero el que aclamó su presencia Mnemosina y Calíope, y
tu Sófocles, no fuiste tú quien llamó a Melpómene y así pudiste contar la historia de Edipo. Y quien no dudaría también de Maquiavelo, o de Rousseau cuando escribió el Contrato Social, en todas las épocas los escritores han suplicado su elocuencia, y la modernidad no es excepción, que sería Saramago sin ti Clío. Nos han llevado por el mundo en ochenta días de la mano de Julio Verne, también por las victorias de Eneas relatadas por el buen Virgilio, conocimos el prohibido amor de Romeo y Julieta a través de Shakespeare y disfrutamos en la Mancha al Ingenioso Hidalgo Don Quijote escrito por Cervantes. ¿Quién será el próximo que pedirá su presencia?, porque el ser humano como tal es predecible, sea lírica, narrativa o prosa sus marcas quedarán y no vacilo en decir, que proveerán de éxito a las obras que rocen. Yo solo aclamo sus caricias por mi mente, regáleme un aliento de sabiduría, así seré uno más de sus hijos, al que ayudaron a dar sus primeros pasos en este camino. |
Facundo Galbán
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