Tengo en el patio murmullos,
tiempo de miel y candiles,
deja que pinte mis puños
con la muerte de los grises.
Mi corazón de rebaño
se bebe tus dulces tristes
y apresura todo el canto
en latidos indecibles.
En tus rojos enraizados
y en mi mudo rostro insisten
las palabras, monte y llano,
que en tu espalda te acaricien.
Son ventanas tus almohadas,
y mis venas que no fingen,
calles del alba mojadas
en suspiros de jazmines.
Luces de sueños, de pausas,
por tus ojos maletines,
cansancio de la mañana
por mis grietas. De confines,
de historia tan blancaespuma
destilando soles simples,
por arterias de una bruma
que de terca ya no existe.
Magia de dos en un cuerpo,
amor de marzo, ave libre,
religiones de deseos
entre nosotros, sin límites.
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